Las matemáticas canarias versus inmigración ilegal
A propósito del rechazo a la reforma de la Ley de Extranjería en el Parlamento del Estado, vemos como no se hace realidad normativa el reparto vinculante por toda la geografía nacional de los menores inmigrantes llegados a Canarias de manera ilegal.
¡Las orejas que asoman en Canarias son cada vez más peludas y deslumbra la blancura de los colmillos de un lobo al que se le hace la boca agua! Es solo una metáfora, claro, y solo encierra un gran miedo, sí, y no me importa decirlo.
No hay consenso entre los grandes partidos políticos sobre la reforma legal ni sobre la realización de un debate que esté a la altura de las extraordinarias circunstancias inmigratorias de la nación. Unos porque se limitan a impulsar ese cambio normativo que solo afecta a los menores, sin afrontar con ambición el problema galopante de una amenazante inmigración masiva -y no solo se trata de menores, claro-, y otros porque desean un debate integral de la inmigración, y son inflexibles en ello, pues cuando el agua la tienen al cuello otros, esa postura de dureza es tremendamente fácil, y hasta muy estilosa y digna de aplausos de los correligionarios.
En verdad, creemos que ambas cosas son necesarias, complementarias, esto es, el reparto vinculante y un debate nacional sobre la inmigración, porque tan importante es comer hoy como hacerlo en el futuro. Y eso lo decimos porque es obvio que ya muertos de nada valen las medidas que estén por llegar más adelante. ¡Si es que lo hacen algún día! Podría pasar lo que dijo un gran lanzaroteño en otro contexto: ¡sería como ponerle un supositorio a un muerto!
Todo esto se trata de un juego político de pseudo valientes en el que, claro, pagan otros: los sufridos canarios con sus impotentes políticos a la cabeza. En ese dramático debate parece que la política va por un lado y la realidad sigue otro camino diferente, ajena a tantos prejuicios ideológicos que no hacen sino confundirnos en lo que es de sentido común.
En este asunto existen muchas vertientes, complejas, no podemos ignorarlo, sin embargo me van a permitir que lo aborde, a modo de ejemplo, con meros números, quizá utilizando la teoría matemática más antigua, “la cuenta de la vieja”, propia de la escasez de nuestro pasado. Puestos más finos, dicen que el universo es pura matemática, y será por eso por lo que siempre nos tropecemos con ella. Queramos o no. Seamos de letras o de ciencias. De izquierdas o de derechas. ¡No importa!
Soy de letras, y por eso espero que alguien más ducho en estos menesteres de cálculos aritméticos me corrija, cosa que deseo en verdad, pues me declaro lego en la materia y sigo las cuentas de nuestra gente.
Entremos en materia, la “Consejería de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias”, anunció en noviembre de 2023 que el presupuesto inicial de la Consejería para 2024 era de 715 millones, aunque con la aportación del Estado haría un total de 832 millones de euros, que sería el total previsto en este departamento autonómico para todo el presente año.
De ese presupuesto total se dedicaría a “Servicios sociales e inmigración” la cifra de 163,7 millones de euros. Observemos que esta última partida incluye dos conceptos que parecen como hermanarse presupuestariamente, como si ilustrara así una especie de pugna aritmética entre el bienestar de los canarios y el atendimiento a los inmigrantes. No es erróneo tal cosa, pues, lógicamente, cuanto más gasto haya en inmigración, menos habrá en esa bolsa presupuestaria para los naturales de Canarias necesitados de protección social. Eso no es más que pura lógica matemática. Nada más. ¡Lo bueno será que se equilibren ambos gastos y el uno no mate al otro!
Sin meternos en decir cómo se debe repartir esos dineros entre inmigrantes ilegales y residentes canarios, esta previsión presupuestaria, como todas, es una cosa, y la realidad que debe afrontar luego puede ser otra muy diferente. Y así ha ocurrido en este concreto capítulo presupuestario del que hablábamos como un todo.
¿Cuál debe ser la actual realidad del gasto por estos conceptos de servicios sociales e inmigración? Me temo que brutal. Y no es, precisamente, por la magnitud de la política social destinada a los canarios en este año, sino por el otro asunto. ¡Sabemos que actualmente debe existir un enorme gasto en inmigración ilegal! Lo último que oí decir es que no se quería dar el dato de lo que costaban los inmigrantes para las arcas canarias (más concretamente de los menas), porque eso podría ser utilizado dialécticamente por la extrema derecha. En conclusión, debemos decir, en puridad, que es una información de la que parece que estamos privados los canarios, la mayoría al menos, incluyendo a los que no son de extrema derecha.
Si nos ceñimos a los últimos datos reconocidos oficialmente, en enero del presente año 2024 el gasto se decía en aquellas fechas que era de unos 90 euros por menor y día. Ello supondría en las circunstancias actuales de 6.000 menores que se está gastando unos 540.000 euros diarios, y en un año sería la cifra de 197.100.000 euros anuales.
Pero muchos se temen que, siendo esa cifra disparatada y de fuentes fidedignas, la misma sea, en realidad, mucho más alta. Reconocemos acudir a la especulación para decir que hay una teoría que afirma que cada menor inmigrante custodiado por el gobierno de Canarias cuesta en realidad 6.000 euros mensuales a las arcas públicas, es decir, 36.000.000 de euros al mes. Según esa idea, en una año se produciría un gasto que ascendería a la astronómica cifra de 432.000.000 de euros por ese concepto.
Aunque esto es una realidad cambiante y se espera que lleguen entre 10.000 y 15.000 menores más en breve, algo que dispararía la situación de necesario desembolso para los canarios. Todo ello a pesar de las treinta monedas que puedan llegar del Estado o de la CE. De hecho esas ayudas comprometidas por el Estado recientemente, son ridículas y, además, siempre llegan tarde, por lo que sabemos.
Perdón que haga un inciso, pero me gustaría saber cómo es que una familia canaria de cinco miembros vive con menos de 2000 euros, por ejemplo, y se necesite tanto dinero para un solo niño. ¿Alguien estará haciendo negocio con todo esto? ¿Quizá las ONG? Espero que no. Debe haber una explicación.
De los 163.700.000 euros que se destinarán en 2024 a gasto social e inmigración, tal como decíamos, deberíamos detraer la referida cifra de 197.100.00 euros (calculados por los datos oficiales de enero 2024 sobre gastos de cada menor), ¿o quizá la cuantía de 432,2 millones? ¡Pero hay un problema! En ambos casos, no podemos quitar a lo que es inferior algo que es mayor: esas cifras, ambas, absorberían EN SU TOTALIDAD lo que tenemos en Canarias para las “políticas sociales” destinadas a los “residentes canarios”, sean extranjeros o nacionales, ¡da igual!
¿De dónde sacará el gobierno de Canarias esos dineros que tendrá que ser contemplado en los sucesivos presupuesto? ¿Será de nosotros?
¡¡¡Veamos quienes somos nosotros!!!
Según datos ofrecidos por el gobierno de Canarias en este año, esta amenazante realidad inmigratoria descontrolada se está produciendo en un escenario en el que el porcentaje de población canaria en riesgo de pobreza o exclusión social (la denominada tasa AROPE)se situó en 2023 en el 33,8% del total de la población. Y no nos olvidemos que a nivel nacional, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social es mucho menor, pues siendo elevado también, alcanza una cifra considerablemente inferior del 26,5%.
Pero más recientemente, según el noveno informe de la “Red Europea de Lucha contra la Pobreza”, 773.422 canarios, más de 35 % de la población -superior en 50.000 personas a los de 2018-, son los que, en realidad, están en ese riesgo extremo de penuria económica. Ello supone para Canarias estar a la cabeza de toda España en ese triste ranking, pues son casi 10 puntos por encima de la media nacional.
¡Somos los más pobres del Estado, y con diferencia!
La pretendida modificación de la Ley de Extranjería para que los menores migrantes llegados a estas islas sean distribuidos por todas las comunidades de España, ¡volvamos a ello!, solo sería responder a una situación perentoria y dramática a nivel económico -sabemos que no solo es eso-, sin embargo nuestros compatriotas la han rechazado. Pero si esta modificación legal no se produce en el futuro inmediato, ello podría suponer un cierto caos económico en las islas. Y eso sin hablar de otros aspectos igual de sangrantes, insistimos.
¡Caos de Canarias!, claro, porque en la península estarán a salvo, al menos, de momento. Aunque ya se habla de pateras aéreas. ¡Esperemos que no se limiten a blindarse! ¡Seguro que no! Pero extraña que la pretendida independencia de un territorio español sea tan dramática, y sin embargo el echar a los lobos, o a los leones, a otra parte de este, sea algo tan pacífico y digno de una estrategia política de patriotas. Siendo las migajas perentorias y urgentes, son medidas necesarias, aunque por sí solas no garanticen nuestra supervivencia.
Un marinero intenta siempre que no se hunda el barco, los buenos al menos, y como no puede evaporar el mar, como es lógico, deberá calafatear su navío para que no se anegue con todas las aguas marinas, sin límite alguno. ¡Sería absurdo! Por mucho que desde Canarias se luche por repartir a los inmigrantes menores por toda España, ¡algo obvio y mínimo!, si ello no va acompañado de una política de Estado que afronte el problema de verdad, con la necesaria intervención de la armada o de la OTAN que impida el descontrol y el caos en nuestras fronteras marítimas. Siempre respetándose los derechos humanos, y velándose por la vida de los inocentes puesta en juego por los piratas que trafican con vidas humanas.
¿Se está trabajando por parte de nuestros políticos para poder ampararnos en la Unión Europea? ¿O solo vale atacar al contrincante político que es el que disputa los sueldos y las dietas? ¿Tal vez, únicamente, preocupa subir estos y estas?
Mientras nos invaden, algunos se resignarán a dejarnos solos, y otros presumirán de luchar denodadamente por cambios legales que no son sino afrontar lo perentorio -aunque aun así fracasan-, ajenos, como el avestruz, a un problema necesitado de medidas mucho más ambiciosas.
Qué me corrija algún matemático si he cometido algún error, ¡seguro que sí!, y hasta permítanme ser más atrevido para pedir que lo haga uno de nuestros políticos. Como ciudadano, estaría más tranquilo y agradecido si esa rectificación se produjera, ¡y no me refiero al error aritmético, precisamente!
Comentarios
1 Carlos Mié, 14/08/2024 - 10:02
2 Rosa Lun, 26/08/2024 - 23:08
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