La lista de agravios de Ástrid María Pérez
Ástrid Pérez no es el PP, ni mucho menos, lo que no quita para que haga lo que le venga en gana en el partido y en la administración en la que gobierna. Aún así, conociendo que hay muchos en el PP que discrepan de sus formas y de sus decisiones, me cuesta entender que no sea contestada públicamente por los suyos, aunque sepamos que eso sería el suicidio político de los discrepantes mientras ella mandé lo que manda. Mucho les tiene que tirar la política para que aguanten los desmanes de Ástrid, o mucho les apetece el sueldo de un cargo público al que aspiran mientras esperan con el culo pegado a la pared.
En la lista de agravios no sé cuánto pueden pesar lo que ella consideraría como agravios internos y que no menciona, y es que otros cargos públicos de su partido acumulen índices de popularidad con los que no comulga. Tal es el caso del PP en el Cabildo. Porque si yo me quisiera cargar, pongo por caso, a Jacobo Medina, porque su notoriedad me empieza a molestar, me invento la ruptura municipal a sabiendas de conocer la automática respuesta del PSOE: Jacobo a la calle. Ha jugado al disimulo manifestando que romper en el Ayuntamiento no implica hacerlo en el Cabildo dada la eficacia del pacto en esta administración y aunque tejer semejante madeja para cargarse a Jacobo no parece de cuerdos, en la personalidad de Ástrid cabe hasta eso y sabía que, roto el ayuntamiento, se exige una réplica contundente. Con Jacobo en la calle, también le acompaña Ángel Vázquez, muy considerado entre el empresariado del sector turístico, y precisamente por eso, toca bajarlo del pedestal.
Ástrid ha intentado neutralizar las iniciativas de sus socios del PSOE en el ayuntamiento con el objeto de que no le restaran protagonismo, aunque los acuse de desleales, y no contempló que Loli permitiera el lucimiento de Jacobo y de Vázquez, cosa que ha hecho sin reservas. El asunto la debe de haber sacado de sus casillas porque pone de manifiesto que en el Cabildo han superado las diferencias políticas para sacar alguna cosa adelante en el área de obras públicas y en turismo, y mostrando sintonía con la presidenta, cosa que ella es incapaz de hacer ni con los suyos.
O rompía el pacto Ástrid o lo hacía Loli, pero tendría que haber sido en un momento más próximo a las elecciones, y no me acabo de creer que la razón es que quisiera pactar con CC, pues eso lo podría hacer en cualquier momento sin necesidad de regalarle dos años de gobierno municipal que los otros iban a rentabilizar. Las razones verdaderas ella no las comparte con nadie y es probable que no las pueda ni revelar porque no fueran honorables, pero se inventa los agravios y desprecios de los socios de gobierno y todos hacen piña en esos alardes de docilidad, unos socios que por no molestar, ni chupaban cámara, electoralmente hablando. No es como en el Cabildo donde el PP venía mostrando mucha presencia pública. Llegados a este punto habría que retomar seriamente que la maniobra no tenía más fin que quitarse a sus dos incómodos compañeros de en medio. Es perversa y retorcida -la maniobra-. Nada nuevo, no obstante.
Da igual que defienda que son órdenes de Génova. Ella va por libre y no acepta imposiciones de nadie ni el permiso del partido. “El partido soy yo”.
Y en las próximas generales, Jacobo al Senado, como hacen todos los partidos con aquellos a los que quieren lejos para que no molesten, y Vázquez a su casa. Los dinosaurios, los peligrosos y algunos inútiles suelen ser los tres tipos de candidatos que van a la cámara de representación territorial.
Y ahora, igual la alcaldesa nos regala alguna explicación de dónde queda el mal gobierno de CC que propició el pacto del PP y el PSOE. Será que ya expió sus pecados.
Comentarios
1 Anónimo Mar, 23/11/2021 - 10:46
2 Anónimo Sáb, 27/11/2021 - 17:39
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