Idiotas
Si la mujer española de sesenta y ocho años que ha salido de una clínica americana con una hija gestada en el vientre de otra mujer hubiera sido un hombre, no le habrían caído como fieras hasta en el Congreso de los Diputados. Porque eso ya ha pasado aquí y no ha tenido más recorrido que el rato dedicado a la notoriedad del cantante español que tomó tal decisión y se hizo con dos hijos, y luego con otros dos de su pareja. Y ahí se acabó todo. A la actriz que ha tomado tal decisión sólo le queda bajar al foso a que la lapiden las muy progresistas féminas podemitas, las socialistas, o la de Sumar, mujeres precisamente, algunas de las cuales claman porque sobre su cuerpo deciden ellas pero también quieren decidir sobre el cuerpo de otras mujeres que libremente lo ceden para que otros y otras sean padres y madres. Esas mismas que deciden que aquí se pueda abortar libremente a los 16 también quieren decidir que no hagan lo que deseen aquellas que proyectan dar vida y llevar a término un embarazo para otra, ya sea con óvulo propio u óvulo ajeno, o con óvulo de una tercera con material genético de una cuarta y espermatozoide de la pareja de la cuarta.
En misa y repicando, estas dueñas de sus cuerpos y aspirantes a dueñas de cuerpos y decisiones de otras, hasta hablan de ética de moral y de la edad de la nueva madre no gestante. Ahora que la mujer ha dejado de ser vieja a los treinta y es joven después de los setenta, se la señala. En unos momentos en que las abuelas vuelven a ser madres adoptivas de sus nietos porque los padres de esos niños o son una panda de inmaduros, o no los pueden mantener, hemos decidido que una mujer joven de sesenta y ocho años no ejerza de madre por subrogación, como si sólo se pudiera ser madre por parir o por adoptar; como si no hubiera males madres de hijos paridos. A quien libremente decide prestarse a ese proyecto de dar vida para otra la señalan como abusada, si tan siquiera preguntar si lo hacen porque quieren. La política española se ha llenado de histéricas manipuladoras y bastantes idiotas que quieren hacer de sus antojos, documentos legislativos con los que recuperar algunos milenios de falta de protagonismo. Eso sí, con las mismas malas formas que sus homólogos varones que legislaban a golpe de testosterona. Apenas hay diferencia entre ellos y ellas. Y los violadores en la calle por su estupidez y soberbia. No nos merecemos esto. Lamentable.
Comentarios
1 Pepa Mar, 04/04/2023 - 12:08
2 Lagunero Mar, 04/04/2023 - 16:41
3 Diógenes Mié, 05/04/2023 - 08:24
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