José Torres

Dueños de nuestro tiempo y nuestro destino

Por una Autoridad Portuaria de Lanzarote

El mar ha dado de comer a los lanzaroteños durante siglos. El hombre de Lanzarote siempre ha mirado al mar como una fuente de vida y riqueza. Por el puerto volvían los marineros con el pescado, entraban los materiales, las ideas y hasta el agua dulce… el mar siempre ha sido una puerta a la vida.

Arrecife es un puerto natural que se convirtió en capital por la intensa actividad comercial y se consolidó con el desarrollo de la industria pesquera. Llegó a tener hasta seis conserveras y la mayor flota sardinal de Europa.  Las relaciones comerciales con la costa africana eran intensas y provechosas, pero una serie de circunstancias terminaron por asfixiar estas actividades y un gran potencial que hoy puede reactivarse y dar lugar a nuevos yacimientos de empleo. 

El puerto ha sido y es estratégico para el desarrollo económico de Lanzarote, para la calidad de vida y para sus habitantes. Sin embargo, esta infraestructura vital la hemos dejado en manos ajenas. Los órganos de decisión del puerto de Arrecife están en la isla de Gran Canaria. Las personas que deciden sobre nuestro puerto viven allí, tienen intereses y empresas allí y defienden con mayor ahínco otro puerto más grande, el de La Luz, que se engulle al de Arrecife. 

Ahora mismo es un puerto cautivo, dependiente de una instalación mayor, contaminada en sus conductas por el centralismo provincial. Su  estrategia comercial, su potencial creador de empleo, su desarrollo sostenible, su futuro, están en manos y cabezas de gentes que no conocen ni les importa la realidad social de la isla.

Tenemos la mayoría de edad, ha llegado el momento de que el Puerto se gestione desde Lanzarote, directamente con Puertos del Estado, sin intermediarios interesados, para trazar en conjunto una estrategia comercial portuaria para toda Canarias, no sólo para los grandes puertos.

Tenemos enormes posibilidades de desarrollar actividades en sectores multiplicadores de empleo que podrían amortiguar una tasa de paro que el Turismo jamás absorberá, porque EN EL TURISMO NO CABEMOS TODOS. El puerto tiene potencial generador de nuevos yacimientos de empleo vinculados al mar: trabajos subacuáticos, reparaciones navales, reparaciones de aparatos electrónicos y de navegación, náutica de recreo y deportiva, servicios vinculados al transporte marítimo, logística en tierra y en mar, avituallamiento, servicios comerciales, carpintería de rivera, posibilidad de incentivar proyectos de economía verde, energías alternativas, mejora de la conectividad que permita mayor diversificación económica, y un desarrollo de la zona franca que dé lugar a nuevas industrias transformadoras. 

Contamos con un Instituto Marítimo Pesquero capaz de formar a esos nuevos profesionales que se demandarán. Un centro de referencia profesional en Canarias que cuenta con la ventaja exclusiva de estar enclavado en el corazón del Puerto.

Disponemos de unas instalaciones portuarias con envergadura suficiente para tener una Autoridad Portuaria propia, con volumen y resultados que nos sitúan, ya de entrada, en la zona media del ranking de autoridades portuarias del Estado, según datos de la propia Autoridad Portuaria de Las Palmas.

Tenemos un puerto versátil y ágil que con una mejor gestión comercial sería capaz de atraer un tráfico moderado pero más que suficiente para nuestra capacidad.

 Somos la isla de Canarias más deseada por los cruceristas, pero hemos perdido el primer puesto que ostentábamos hasta 2008, en beneficio del Puerto de La Luz, por decisión de ese consejo portuario en el que apenas hay representación de Lanzarote. Se nos ha ido de las manos, como se nos ha ido la pesca y como se nos están yendo de las manos tantas otras oportunidades que necesitamos para la isla y sus habitantes.

El potencial es tan grande y el camino tan fácil de recorrer, que es del todo inevitable que suceda. A todas luces, la creación de una Autoridad Portuaria de Lanzarote es cuestión de tiempo, pero 44 años deberían pesar lo suficiente para no dejar pasar uno más. Desde 1971 hasta la actualidad, la demanda se ha pospuesto en numerosas ocasiones, pero esta vez es la definitiva y necesitamos que toda la sociedad conozca lo que el Puerto significa para su realidad cotidiana y vital. Porque todo o casi todo lo que consumimos y utilizamos entra por el puerto.

Necesitamos la implicación social en esta cuestión que no es de los empresarios ni de los políticos, sino de todos y cada uno de los ciudadanos que habitan esta isla porque el Puerto es una cuestión que afecta a todos.

Ya lo hemos hecho anteriormente y siempre con resultados positivos y beneficiosos que generan no sólo actividad económica sino retorno social. Lanzarote ya se ha segregado de la tutela provincial en organismos como el patronato de turismo, los colegios de abogados, graduados sociales o arquitectos y organizaciones empresariales como la Confederación y la Cámara de Comercio.

Tenemos que quitarnos ese complejo de inferioridad inculcado durante años por el paternalismo provincial porque los lanzaroteños sabemos ocuparnos muy bien de nuestros recursos. Ahí está el ejemplo del Turismo Sostenible donde nadie nos discute el liderazgo de ser la isla de referencia en España.

Nadie va a venir a cuidar de nuestras cosas si no lo hacemos nosotros y nadie, además, lo va a hacer tan bien como nosotros mismos. Debemos ser dueños de nuestro tiempo y nuestro destino.

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