Echedey Eugenio

A derecha y a izquierda, solos

Solos y sin importarles la suerte de quienes llegan en busca de una oportunidad, ni de quienes tratamos de ayudarles como mejor permiten nuestras posibilidades, y sobresaturados por la situación.

A la izquierda, más preocupados por escenificar la irresponsabilidad de la derecha que por solucionar el problema, obviando la solución inmediata. Dar respuesta a esas 6000 almas abandonadas a su suerte podría ser tan sencillo como preparar un café en el próximo consejo de ministros. El ministro canario olvida la Tierra de la que, hasta no hace tanto, fue presidente y a la que no ofreció ni buscó soluciones ni siendo Presidente ni como ministro.

A la derecha, aunque sin sorprender a algunos, han hecho valer el peso político de sus líderes, anulando el grito silencioso y desesperado de los populares canarios. Aparentando una falsa responsabilidad ante el reparto de un puñado insignificante de oportunidades que nos hicieron creer a algunos que habíamos estado equivocados durante unos pocos días.

A izquierda y derecha han olvidado esta Tierra y su gente, han olvidado a los menores acogidos en Arrecife, en Lanzarote, y a los casi 6000 en toda Canarias. Han preferido, a izquierda y derecha, que Canarias siga siendo la cárcel de las esperanzas de quienes quieren llegar a Europa.

A izquierda y derecha, en los distintos gobiernos del Estado español, han negado a las aguas Canarias la posibilidad de tener un sistema que proteja las vidas humanas. A izquierda y derecha, los partidos estatales de uno y otro bando se preocupan más de su enfrentamiento y de su batalla electoral que de las más de 6.000 muertes que ambos tienen colgadas a sus espaldas. En 2023, la ruta canaria cobró la vida de 6007 personas, de las cuales 384 fueron niños.

A izquierda y derecha, independientemente del color político o del nombre del presidente de turno, Canarias ha sido siempre la gran olvidada en temas migratorios. Han tomado acciones inmediatas y contundentes en Ceuta y Melilla o en debates electorales, definiendo la ruta mediterránea como la única problemática migrante en el Estado español. Los canarios estamos solos, ni a izquierda ni a derecha entienden nuestra situación. No comprenden que Canarias es un territorio limitado y dividido, que no puede albergar a más de 6000 jóvenes por una capacidad física de nuestro territorio y por una capacidad social de nuestros servicios. Olvidan que están generando un futuro aún más complicado. Esos 6000 menores en algún momento cumplirán la mayoría de edad y alcanzarán una situación irregular de legalidad que les impedirá desarrollarse como personas, obligándoles a buscarse la vida y subsistir de la manera que mejor puedan.

A izquierda y derecha están generando un problema social en nuestra tierra debido a un choque cultural, al no implementar medidas adecuadas. Están generando un problema de saturación de servicios, un problema de colapso y tensión para las personas que llegan en una embarcación, jugándose la vida. A izquierda y derecha se olvidan de Canarias, de los canarios y de la vida de más de 6000 menores que, a día de hoy, malviven en una tierra sin capacidad ni recursos para atenderlos. Pero todo esto les da igual. A izquierda y derecha se tiran los trastos: el señor Feijóo al señor Sánchez, el señor Sánchez al señor Feijóo, y VOX a Junts. Mientras tanto, 6000 menores siguen hacinados en espacios infradotados en el territorio insular, en condiciones muy lejos de lo que determinan los derechos humanos para la atención de un menor. Izquierda y derecha han dejado solos a los canarios y canarias, pero sobre todo, han dejado solos a esos menores a los que desprecian, aunque se llenen la boca diciendo que piensan en su futuro y su porvenir.

A izquierda y derecha deben saber que no nos callarán y que los canarios volveremos a ganar la batalla a su ninguneo y abandono, a su irresponsabilidad con esta Tierra y su gente. No es un problema de racismo o de xenofobia, sino de capacidad. Esos 6000 menores colapsan nuestro sistema educativo, que no tiene capacidad, y acabarán colapsando nuestro sistema sanitario. Desde aquí, los que sí conocemos el problema, no vamos a permitir que jueguen con la educación y la sanidad de los canarios.

Escuchen nuestra voz, escuchen nuestro grito y nuestra exigencia. No vamos a permitir que nos conviertan en la Lampedusa del Atlántico mientras ustedes hacen cuentas estadísticas y electoralistas pensando en unas futuras elecciones generales y no en el futuro de esa gente y de esta Tierra.

Señor Sánchez, somos nosotros, sus vecinos de la residencia de La Mareta, los que le estamos exigiendo soluciones inmediatas. Utilice los amplios salones de su residencia de verano para convocar aquí al señor Feijoó y vean lo que ocurre un poco más allá del helipuerto y las canchas de tenis. Entiendan lo que está pasando tras esos muros y mire hacia ese mar del que tiene unas estupendas vistas en su residencia veraniega. Háganlo tomando un café y, con responsabilidad, háganlo en consejo de ministros por urgencia y consensúenlo en el Congreso después. No permitan que en una de esas olas que ven desde La Mareta lleguen a esa playa casi privada de la que disfruta cuando nos visita más muertos de los que ya han llegado ante su indiferencia y abandono.

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