Samuel Cabrera

Cuál es el más viejo espacio inundable de la capital

Sr. alcalde,  si tuviéramos que poner fecha de nacimiento al espacio urbano que coincide con el casco histórico de Arrecife, podemos estar hablando de algún momento en torno al siglo XVI. Sabemos por las crónicas que existía un conjunto de inmuebles que, probablemente, estaban destinados a almacenes y avituallamiento. A partir de ese momento, se va configurando una trama urbana que, una vez consolidada, apenas tuvo ninguna modificación a lo largo del tiempo. La comparación de la evolución del trazado del conjunto histórico da resultados sorprendentemente idénticos, más si consideramos que sus edificaciones han sido objeto de un proceso imparable de sustituciones. Para un visitante profano el conjunto histórico no es reconocible, pues sólo quedan  unas pocas muestras edificadas testimoniales, insertas en una trama -esta sí- perfectamente identificable.

Tras este preámbulo, podemos detenernos en uno de los espacios urbanos cuya configuración permanece a lo largo del tiempo. La Plazuela, que es al que nos referimos, ha tenido una constante a lo largo de su vida y es que una parte de su superficie se encontraba -si no se sigue encontrando- por debajo del nivel de las mareas más altas. No sólo se ha inundado durante siglos por la acción de las lluvias, sino por efecto de las mareas altas, como sucede en Venecia, pero sin que encontremos otra comparación con aquella.

Contado en inviernos, son cientos las estaciones en que se ha venido inundando este espacio. Ninguna administración municipal ha sido capaz de poner remedio a tal asunto. Para nuestra perplejidad, ni tan siquiera en el periodo de desarrollo de los últimos sesenta años, se ha dado una respuesta efectiva.

Tiempo atrás, con posterioridad a la última intervención que la dota de su aspecto actual, propiciada por un conejero en el gobierno, se eleva su cota y se ciega la conducción que llega directamente al mar, por lo que el agua salada deja de ocupar parte de la calzada, como sigue sucediendo puntualmente en la confluencia de las calles León y Castillo y Jacinto Borges. Algunos años después de esta intervención, siendo otro lanzaroteño director general de Aguas del Gobierno de Canarias, se acomete una intervención que iba a solucionar parte de los problemas de saneamiento de la vía  así como las recurrentes inundaciones que tenían a los vecinos de la calle con el alma en vilo y el mobiliario arruinado. Justo como sucede hoy con los comercios que se ven afectados por la mezcla de agua de lluvia y detritus invadiendo sus negocios. Algunos alcaldes y alcaldesas, en un alarde de originalidad más propio  de un conflicto bélico,  proveían hasta el pasado año  de sacos de arena para colocarlos en los accesos de los inmuebles y negocios, algo que pone en evidencia el desinterés del personal que nos representa, incapaz de asumir las intervenciones que se demandan. Este invierno, ni eso, ni la limpieza de imbornales, donde no cabe una colilla más y que forma densos tapones. A La Plazuela acudía hace muchos años la policía municipal en situaciones como la del viernes uno de diciembre, con todo inundado. Se arremangaban y levantaban alguna tapa de alcantarilla que localizaban golpeando el suelo con una barra de hierro. Tal que si se tratara de las fauces abiertas de un monstruo, aquello se tragaba todo y en un plisplás, se acababa el tormento. Ya sabemos que hoy la policía municipal pasea en coche, echa horas en los gimnasios y les debe ronchar el servicio público. Algunos ni conocen más función que multar vehículos. A la municipal ya no la he visto más en un punto caliente como este. No sé si estuvieron en otros o no querían mojarse el calzado.

Toda la artillería se le está yendo, Sr. alcalde  en tenernos distraídos en festejos, conciertos y demás quincalla que sabemos que las obras que se acometen le vienen heredadas. Aquella actuación de La Plazuela consistente en soterrar un artilugio tan grande como un microbús,  nunca funcionó más que como nido de ratas y de cucarachas, y como foco de un permanente hedor que, a veces, remedian con un chorrete de silicona. Ante cada episodio de lluvias, miles de insectos se desparraman por la calle para ponerse a salvo subiendo por las fachadas más cercanas semejando aquella película que me aterraba en la niñez, "Cuando ruge la marabunta",  de Byron Haskin.

Sí, lo sé, también otras vías se inundan -lo cual penaliza aún más a nuestros gobernantes- y resultan dramáticos los daños, pero ninguna ha acumulado,  Sr. alcalde, tan ingente  cantidad de lunas, tan grande como la incompetencia de sus predecesores y predecesoras.

En estos últimos años, la pelota ha ido del Ayuntamiento al Cabildo y a la inversa, y al gobierno, acumulando mandatos sin que nadie intervenga en la resolución del problema que está perfectamente delimitado, e identificados esos puntos.

Con lo que nos ha costado la corrupción, la dilapidación de recursos y los ginorys, habríamos resuelto el problema de mil inundaciones y habríamos ahorrado tantos sinsabores, tanto disgusto y tanto cabreo.

Sr. alcalde, si usted no conoce esta realidad, sus concejales no se la trasladan, y sus asesores se la ocultan, al menos,  articule un procedimiento de escucha ciudadana. No se imagina todo lo que sabe este pueblo que le toca administrar y cuyas iniciativas contribuiría a facilitar un buen gobierno. Vale que sólo se nos escucha en periodo electoral y que el resto del mandato ni les interesamos, pero esfuércese en hacerlo. Nosotros lo agradeceremos y usted lo rentabilizará. Y cambie de equipo asesor y de gente de confianza. Son tan extraordinariamente inútiles como los sacos de arena.

 

Comentarios

Totalmente de acuerdo con su articulo. En las calles Triana y Portugal igual, con obras recientes y tuberias para mear un gato. Da verguenza con tanto tecnico mirando las obras todos los dias y nadie es responsable.
Mejor explicado,imposible.Por supuesto, de acuerdo con todo lo que dice.
Me adhiero totalmente a su comentario, describe con detalle lo que ocurre un año sí y otro también ¡¡¡y sin proferir insultos!!!, saludos
sr. alcalde: ¿cuándo va a reponer la farola quemada por los contenedores en la calle Garajonay?

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