Con el horizonte más crítico para 2100, con un aumento de cuatro grados en la temperatura del mar, en Lanzarote se producirían retrocesos de las playas de entre 25 y 40 metros.
“La erosión y la inundación son los dos problemas principales para la costa”
Con el horizonte más crítico para 2100, con un aumento de cuatro grados en la temperatura del mar, en Lanzarote se producirían retrocesos de las playas de entre 25 y 40 metros.
El ingeniero hidráulico Íñigo Losada es uno de los expertos más relevantes a escala internacional en costas, cambio climático y energía off shore. El experto explica que el riesgo en la costa está formado por tres componentes: la exposición, la vulnerabilidad y la peligrosidad. Y para intentar reducirlo existen dos posibles acciones: la mitigación y la adaptación. Además, es importante “tener una visión sistémica de la costa” ya que esta “no entiende de competencias ni de límites municipales”.
El nivel del mar subirá más cuantas más emisiones de CO2 se emitan a la atmósfera, porque el océano las absorbe. El nivel del mar aumentará, pero no de igual forma en todas partes. De momento, en Canarias la subida media es de cuatro milímetros al año, pero eso supone que en algunos tramos acabará subiendo el doble.
La cota de inundación no es igual en todos lados y por eso es importante tener la información local, matizó Losada en una conferencia en la Fundación César Manrique (FCM), sobre los riesgos y la adaptación al cambio climático en la costa de la Islas.
En un escenario en el que apenas se reduzcan las emisiones, en el año 2100 el nivel del mar podría llegar a subir más de un metro en algunas zonas, con una subida media de 20 milímetros al año. “En ese caso no seríamos capaces de adaptar la costa”, sentencia.
La mayor preocupación para los expertos está en los fenómenos extremos, que cada vez van a ser más frecuentes. La erosión y la inundación son los dos problemas principales para la costa canaria. Aunque el nivel medio aumente poco, va a tener influencia en la inundación.
En cuanto a la erosión, “si la playa retrocede, ya no se recupera”. Por cada centímetro de aumento del nivel del mar, la playa retrocederá un metro. La pérdida de las playas es uno de los mayores riegos para las costas canarias “si no hacemos nada”. “Y no solo sería malo por el turismo, sino porque, si no hay playa, las olas no rompen, y, si no rompen, hay más probabilidad de inundaciones”, destaca el experto. La adaptación, por su parte, no tiene una visión global, sino que se trata de algo muy local.
El Gobierno de Canarias encargó un amplio estudio que permite conocer los indicadores del riesgo de inundación y erosión costera frente al cambio climático en Canarias. En ese estudio, realizado por Grafcan con el apoyo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en el que también participó el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria del que Losada es cofundador, se hacen todo tipo de escenarios futuros posibles.
El estudio, que presenta los posibles mapas de inundación y se puede consultar en la web pimacostas.grafcan.es, realiza la función de evaluar el riesgo y conocer así la peligrosidad a escala local.
En Lanzarote, si no se actúa, el mayor riesgo se encuentra en las zonas urbanas
Se calcula el riesgo sobre cinco elementos: la población, el tejido productivo, el patrimonio, las infraestructuras y los ecosistemas. Con el horizonte más crítico para 2100, con un aumento de cuatro grados centígrados en la temperatura del mar, en Lanzarote se producirían retrocesos de las playas de entre 25 y 40 metros.
En el informe se añade un índice con todas las posibles actuaciones de adaptación a realizar en las costas canarias, desde grandes infraestructuras a pequeñas intervenciones en función de los riesgos y de los diferentes escenarios y espacios temporales. En Lanzarote, si no se actúa, el mayor riesgo se encuentra en las zonas urbanas.
“Vivir con más riesgo”
En cuanto a las adaptaciones, el profesor apuntó que en España “todo el mundo tiene competencias en las costas”, todas las administraciones, y por tanto las políticas respecto a la costa están muy fragmentadas. “La costa es transversal y hace falta una coordinación importante”, aseguró apelando a una nueva gobernanza.
Para adaptar la costa se pueden llevar a cabo acciones de retirada planificada, acomodación, protección o incluso de avance. La línea del deslinde marítimo terrestre, en cualquier caso, va a seguir avanzando hacia el interior. “Va a ser difícil mantener la costa como ahora, tendremos que aprender a vivir con más riesgo”, o adaptarse según Losada, que puso como ejemplo que Reino Unido baraja escenarios en los que el Támesis suba hasta cuatro metros.
El experto finalizó exponiendo el caso de Garachico, “que ha servido como laboratorio”, tras haber sufrido varias inundaciones recientes, algunas de ellas muy extremas. En Garachico no se puede retroceder, por el terreno escarpado, y tampoco es viable levantar un muro, que taparía la visión del mar. En ese pueblo, las pérdidas económicas por las inundaciones ya son de 800.000 euros, mientras que en la Macaronesia se calculan en unos 250 millones, según Losada, que explicó las medidas que se han aplicado en Garachico. “Es necesario actuar”.
Como conclusiones, la costa canaria sí que está amenazada por el cambio climático. No obstante, el Archipiélago ya ha dado un paso importante, que es haber realizado esa primera evaluación del riesgo. Es fundamental la colaboración entre administraciones y de estas con el sector privado, y también es básica la monitorización de la evaluación del riesgo porque permitirá reducir costes, así como la mitigación y la adaptación, que harán que la costa sea resiliente a los efectos del clima.
Comentarios
1 Chancla Dom, 05/11/2023 - 08:28
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