Un estudio revela como los aborígenes de Lanzarote gestionaron la muerte durante 1.200 años
El análisis de las muestras revela que existieron enterramientos tanto en cuevas como en fosas abiertas en la tierra
El Cabildo de Lanzarote ha acogido hoy la presentación de un estudio que el Gobierno de Canarias encargó a la empresa Tibicena, con el objetivo de profundizar en el modo en el que la población aborigen gestionó la muerte a lo largo de 1.200 años.
La presidenta, María Dolores Corujo, estuvo acompañada por la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Nona Perera; la arqueóloga e integrante del equipo de investigación de la empresa Tibicena Arqueología y Patrimonio, Verónica Alberto, y la consejera de Patrimonio del Cabildo, Ariagona González.
La investigación ha consistido, principalmente, en el análisis y la datación de material arqueológico y bioantropológico encontrado en diferentes lugares de Lanzarote, lo que ha permitido conocer detalles sobre el ámbito funerario excepcional de la población aborigen y las condiciones de vida de las poblaciones massies hasta la invasión franco-normanda del siglo XV.
También permitirá acrecentar la escasa información disponible sobre la antropología de Lanzarote, ordenar y secuenciar los restos óseos pertenecientes a los fondos de la Corporación insular, y tener un marco de referencia para el conocimiento de la nueva sociedad insular tras la conquista.
Para María Dolores Corujo, la importancia del estudio es manifiesta, “nuestras raíces explican los rasgos que nos definen hoy como comunidad y, más importante aún, deben ser los pilares sobre los que construir el futuro”.
La presidenta del cabildo mostró su gratitud “al Gobierno de Canarias y a la empresa Tibicena su aportación al legado histórico y arqueológico de la isla”.
Por su parte, Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, apuntó “los interesantes datos” que se desprenden del estudio ya que "como comunidad, no hay otras urgencias más relevantes que dar respuesta a preguntas planteadas desde hace siglos".
La investigación ha contemplado piezas procedentes de nueve enclaves: La Chifletera, Los Jameos, Cueva de la Caldera en Montaña Mina, Rincón de Zonzamas, Laderas de Guanapay, San Marcial del Rubicón y otras tres de procedencia desconocida. Hasta el momento, la cronología era imprecisa y no permitía la adscripción cultural de los restos.
El análisis de las muestras de las escasas piezas óseas humanas de la población aborigen, revela que existieron enterramientos tanto en cuevas como en fosas abiertas en la tierra. También confirma la naturaleza funeraria y el carácter simbólico de Montaña Mina para los últimos aborígenes y aporta un marco de referencia para el conocimiento de la nueva sociedad colonial que se inaugura a raíz de la conquista.
Por último, arroja conclusiones de interés sobre los modos de vida y abre nuevas vías de estudio sobre la antropología de Lanzarote.
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