No es habitual que un pleno del Ayuntamiento de Haría levante demasiada expectación. Pero tras más de un lustro copando titulares, el pleito entre el Cabildo y el Ayuntamiento por la explotación de la Cueva de los Verdes vivió este miércoles un punto de inflexión: el grupo de gobierno municipal acordó pedir al tribunal que suspenda el procedimiento –que el viernes los magistrados iban a votar y fallar- para abrir un periodo de negociación de dos meses con el Cabildo.

En el Cabildo gobierna Coalición Canaria, con el apoyo del PIL y la oposición, entre otros, de Somos Lanzarote. En Haría gobierna Coalición con el apoyo cerrado de Somos y la oposición de PIL y, especialmente, del Partido Socialista. Fue precisamente con el portavoz del PSOE, Alfredo Villalba, con quien tuvieron el alcalde y el teniente de alcalde, Marci Acuña y José Pérez Dorta, varios encontronazos dialécticos durante la sesión plenaria.

En el pleno, Villalba se adelantó al posible escenario de que, en el convenio entre el Cabildo y el Ayuntamiento, el Consistorio renuncie a toda o parte de la indemnización millonaria que fijó la sentencia del Juzgado en primera instancia: las entradas a la Cueva entre finales de 2010 y principios de 2015. “El PSOE no va a renunciar a ni un duro que le corresponda al Ayuntamiento”, aseguró Villalba. Por el momento, su partido –en eterna “negociación” con CC para gobernar en el Cabildo- ya le ha frenado un comunicado crítico con el grupo de gobierno norteño que tenía pensado difundir antes del pleno.

Villalba acusó a Marci Acuña de dirigir el Ayuntamiento con “actitud autoritaria”, dio a entender veladamente que defendía el “interés” del Cabildo y que pretende que prevalezcan “los intereses de su compañero y amigo Pedro San Ginés”. “Más que a un alcalde nos han mandado a un corresponsal del presidente del Cabildo”, dijo.

El alcalde echó en cara a Villalba en una de sus intervenciones que estuviese “instalado en el insulto” y “en la amenaza”

En un remedo hariano del famoso “¿Por qué no te callas?”, José Pérez Dorta reaccionó a una de las reiteradas interrupciones de Villalba mientras intervenía con un “no interrumpa, cállese un poquito, cállese que estoy hablando yo”. “Como vuelva a interrumpir sin pedir la palabra voy a tener que tomar medidas”, le espetó el alcalde. “Actué en consecuencia”, replicó el socialista.

Fue el primer enfrentamiento, pero hubo más. El alcalde echó en cara a Villalba en una de sus intervenciones que estuviese “instalado en el insulto” y “en la amenaza”. “Cuando defiende algo no lo hace con argumentos sino con crispación y va siendo hora de que tanto en la forma como en el fondo empiece a corregirse, porque no sabe ni comportarse”, afirmó Acuña.

“No le voy a permitir que siga tachándome de crispador, porque no insulto y no le he faltado el respeto a nadie”, respondió Villalba. “En mi trayectoria profesional me he caracterizado siempre por defender en lo que creo con vehemencia, pero jamás insulto”, dijo el socialista, quien aprovechó para poner sobre la mesa cuentas pendientes: “En plena campaña electoral, al único que insultaron y pintaron la sede fue a mí; me llamaron hijo de puta y cabrón”.

Villalba: “No le voy a permitir que siga tachándome de crispador, porque no insulto y no le he faltado el respeto a nadie”

El pleno entró entonces en el polémico terreno de la legalidad: “Si veo algún tipo de irregularidad mi obligación es ponerla en conocimiento (de la Justicia se entiende), pero esto no es una amenaza”, dijo Villalba. “Esas cosas no se anuncian”, contestó el alcalde. “A mí me llama mentiroso y dice que estoy prevaricando. Si considera que el gobierno o que el alcalde están cometiendo una ilegalidad, denuncie”, añadió Acuña, quien también trató de zanjar dudas sobre las pintadas contra el socialista: “Fui el primero en condenarlas”.

El Cabildo celebra pleno este viernes y no está previsto que se aborde la suspensión del pleito de la Cueva. Al menos en el orden del día no aparece, aunque lo más probable es que se comunique la decisión al tribunal y luego se dé cuenta a los grupos políticos, al revés de lo que ha sucedido en Haría. Queda pendiente así para un próximo episodio de la política insular descubrir si Somos defendería en el Cabildo un acuerdo impulsado por San Ginés, si el consejero pilista Manuel Cabrera mantiene la postura de rechazo de su compañero en Haría y si el PSOE deja en anécdota la actuación de su concejal o la respalda en la primera institución.