El consejero de Obras Públicas del Cabildo, José Antonio Gutiérrez, ha vuelto a reclamar al Gobierno de Canarias financiación para culminar la carretera de Tahíche, que se abrió al tráfico sin el ajardinamiento contemplado de forma inicial en la vía para atenuar el impacto del ruido de los vehículos en las viviendas próximas.

Precisamente el Tribunal Supremo, que acaba de declarar ilegal el proyecto por el que se adjudicó el desdoblamiento de los 3,6 kilómetros de la carretera de Tahíche, al carecer de evaluación de impacto ambiental, resalta la afección del ruido como una de las claves para anularlo.

Gutiérrez apunta que el Cabildo todavía no ha analizado las consecuencias de la sentencia firme del Tribunal Supremo, aunque aventura a señalar que pueden ser “efectos testimoniales”.

No obstante, insiste en que se ha reclamado, sin éxito, al Gobierno regional para que coloque los elementos vegetales y el mobiliario que se preveían para la carretera. Harían falta, indicó, al menos 300.000 euros para una “pantalla vegetal” entre las casas y la carretera. “El Gobierno quitó todo lo que convertía a la carretera en una vía de carácter urbano”, se queja.

La sentencia del Tribunal Supremo que declara ilegal el proyecto de desdoblamiento de la carretera de Tahíche, y rechaza un recurso interpuesto del Gobierno de Canarias, se produce a raíz del recurso de un grupo de vecinos afectados por la duplicación de la vía, que pasó de dos a cuatro carriles.

El tribunal considera que se vulneró la legislación por “la falta de la evaluación del impacto ambiental y del trámite de información pública” para la “salvaguarda de la calidad ambiental del entorno urbano”. Es de la opinión que se hizo “una vía rápida” en una “travesía urbana” que, “particularmente, produce un notable impacto acústico en las edificaciones que la circundan”.

El tribunal sugiere que el Gobierno intentó engañarle al asegurar que no habría más ruido

Así, el Supremo considera que se debió ejecutar un mapa de los ruidos que generaría la carretera y afirma que “parece difícilmente creíble” que la duplicación de la calzada “no incremente el nivel de ruidos”, como llegó a asegurar el Gobierno, que argumentó que no habría mayor generación de ruido “debido a la baja velocidad” de la carretera, que cifró en 40 kilómetros por hora.

“Si se duplica la carretera es porque se necesita para el paso de vehículos, por lo que no resulta verosímil que el ruido sea el mismo que en la actualidad”, concluye el Supremo.