Uno de los primeros informes que se elaboraron de las consecuencias de las prospecciones petrolíferas frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura se hizo hace una década para el área de Pesca del Cabildo de Lanzarote por la bióloga Mónica Pérez, que destaca que “la exploración de hidrocarburos entraña un montón de riesgos ambientales”.

Pérez indicó en ‘La Entrevista’ de Biosfera TV que tanto la prospección sísmica, que ya tuvo lugar en 2003, como la perforación y las siguientes fases suponen un riesgo y “no necesariamente en al área pegada a la zona de prospección”.

La bióloga hizo hincapié en la “contaminación acústica”, que “es el gran problema que preocupa a todos los investigadores que trabajan en el medio marino, porque es bastante difícil de medir y de estudiar”.

Así, subrayó que “el aumento de decibelios que se están metiendo en el mar es un tema prioritario en todos los ámbitos de investigación y se sabe que las prospecciones afectan no solo a la población de cetáceos, que quizás son los mamíferos más sensibles al ruido, sino que se ha demostrado que hay mortalidad de las larvas de peces”.

“Los cetáceos se comunican por el sonido, por lo que desde que aumenta el ruido ambiental esos canales de comunicación que les sirven para alimentarse o para criar quedan alterados”, explicó la bióloga, quien destacó que los efectos de las prospecciones pueden provocar desde mermas en su “posibilidad reproductora o de alimentación” hasta “casos extremos” de mortalidad.

Con respecto a la declaración de Lugar de Interés Comunitario (LIC) de las aguas próximas a Lanzarote y Fuerteventura, Pérez destacó que “no cabe ninguna duda que esa área es significativa a nivel ambiental, con una biodiversidad marina que hay que proteger”.

Las aguas próximas a las dos islas orientales son “la zona más rica de Europa en cuanto a biodiversidad de cetáceos, y a Europa le preocupa que esas áreas se protejan dentro de la Red Natura 2000”, indicó.