Las previsiones apuntan a una menor producción de uva esta vendimia
Los expertos prevén que disminuya la cosecha de este año hasta un 40 por ciento en algunas zonas aunque mejorará la calidad de la fruta
Una importante reducción en la vendimia se espera para este año. Las previsiones chocan con los datos del año pasado, cuando se produjo la vendimia “más abundante” desde 1993, fecha en la que empezaron a contabilizarse los datos de producción de la Denominación de Origen de la Isla. La cosecha del pasado año alcanzó los 3,9 millones de kilos de todas las variedades y los vinos de esa añada fueron calificados como “muy buenos”.
Según señala el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote, Rafael Morales, las previsiones apuntan a una disminución de, al menos, el 15 por ciento de uva en la próxima campaña con respecto a la vendimia de 2018, mientras en la zona de Masdache, la que refleja mayor producción actualmente, se espera una reducción del 25 por ciento, según comenta Rafael Espino de Bodegas Vega de Yuco.
Por su parte, Antonio González, el enólogo de Bodegas Rubicón, hace una valoración menos optimista aún y fija la disminución global en hasta un 40 por ciento. El presidente del Consejo Regulador explica que hay zonas donde las parras aún no se presentan de forma “muy homogénea”, aunque recalca que existen lugares con buena producción. Aun así, “todavía es pronto para una valoración fiable”, añade.
No hay que descartar situaciones meteorológicas adversas, como una posible ola de calor, que pueden provocar una merma de la producción. De esta forma, el máximo representante de la denominación de origen se muestra precavido y recuerda que no se puede “cantar victoria mientras no llegue la producción a las bodegas”, dado que tienen que concurrir una serie de factores que permitan mantener estas cifras de producción previstas.
En este sentido, también explica que, en la actualidad, los viticultores se están enfrentando en sus viñas a la enfermedad del oidio, comúnmente conocida como ceniza, y que puede provocar una fuerte reducción de la cosecha. Se trata de una enfermedad grave, que conviene controlar a partir de su aparición, en lo que ya trabajan los agricultores.
En todo caso, Rafael Morales desea mantener una actitud positiva y espera que el tiempo “sea favorable para procurar una vendimia que ofrezca unos buenos frutos” para esta nueva añada de los vinos de Lanzarote.
Por su parte, Rafael Espino, quien destaca un “retraso” de la uva con respecto al año anterior, no se muestra tan optimista y apunta a una “caída de la producción del 25 por ciento en la zona más favorecida”, que es Masdache.
Señala que la producción está evolucionando de forma dispar, aunque en líneas generales augura una “buena cosecha”. El desarrollo de “una primavera húmeda” con la incidencia de la “ceniza” en las parras es una de las características del cultivo de este año, mantiene Espino. “Unos días muy húmedos con algunos pequeños chubascos que provocan que el desarrollo de esta plaga sea superior al del año pasado, que fue maravilloso en cantidad y calidad”, explica. Aun así, se muestra optimista porque, al menos, no están proliferando otras enfermedades que afectan a la vid.
Racimo afectado por la ceniza.
El enólogo Alberto González señala que en la zona que controla Bodegas Rubicón, con viñedos en La Geria, Haría y Tinajo, se encuentran “bastantes zonas con poca uva” que, junto a la ceniza y el calor, han provocado una disminución de la producción de hasta el 40 por ciento. Sin embargo, esta menor cantidad va a contribuir a que la uva sea de mayor calidad. “En La Geria hay variedades que si no enferman van a ser mejores, al soportar menos producción las parras que darán un fruto de muy buena calidad”, comenta.
“Los viticultores se enfrentan a un periodo crítico en el que tendrán que estar atentos a la meteorología”, advierte también el enólogo quien ha visto cómo el aumento del calor en los últimos días está provocando que, frente a ese retraso inicial del que alertaba Espino, la maduración de la uva esté “cogiendo carrerilla” en sus zonas de control, por lo que espera que se recupere la vendimia para los primeros días de agosto con las variedades malvasía volcánica y listán negro, de la que dice que “puede dar una sorpresa”.
Menos subvenciones
Una buena noticia es que las bodegas, tras haber vendido “muy bien” su producción, esperan que el precio de la uva suba durante esta campaña, según augura Rafael Espino, lo que está provocando que el sector se muestre optimista. En la vendimia de 2018, los viticultores cobraron a 1,90 euros el kilo de malvasía volcánica y 1,60 euros el de listán negro.
Rafael Espino señala que uno de los principales problemas del sector es “la ausencia de un rejuvenecimiento del tejido agrario”, que se intenta compensar a base de incrementar la rentabilidad
Por contra, y a la espera de un marco que regule el desarrollo de las bodegas, prosigue el mismo problema que en campaña anteriores: “La ausencia de un rejuvenecimiento del tejido agrario” que se intenta compensar a base de incrementar la rentabilidad”, matiza. Hecho al que no va a beneficiar “dejar sin subvenciones” a prácticamente la mitad por del campo lanzaroteño.
Se refiere al riesgo de perder las ayudas europeas provenientes del Programa Comunitario de Apoyo al Campo (POSEI), debido a que el Registro Vitivinícola elaborado por el Gobierno de Canarias no se actualiza desde el año 1997.
"Si este registro no se actualiza, más de 600 agricultores con viñedos no cobrarán esta ayuda, lo que representa en torno al 50 por ciento de los viticultores de Lanzarote", reconoce el nuevo consejero de Agricultura del Cabildo, Ángel Vázquez, que respalda las reivindicaciones del sector para desbloquear los expedientes “y que nadie se quede sin cobrar su ayuda”.
“De un lado, intentamos subir el precio, pero nos topamos con que, desde el punto de vista administrativo, están poniendo palos en las ruedas del carro”, sentencia Espino. Según las estadísticas del Consejo Regulador, 1.283 socios estaban acogidos a las subvenciones del POSEI para el mantenimiento de la viña en 2018 con un total de 1.595,17 hectáreas.
Mientras tanto, el Consejo Regulador ultima los trámites para la constitución del nuevo órgano de dirección a la espera de que el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria convoque el pleno después de que desde febrero de este año haya concluido el proceso electoral en el que “solamente se ha presentado una plancha”, señala el presidente Rafael Morales, concretamente, la misma que en el mandato anterior.
Actualmente, el Consejo Regulador está compuesto por su presidente: Rafael Morales, vicepresidente y tesorero: Rubén Acosta, y vocales: Teodoro Camacho Hernández, Mónica Romero Gutiérrez, como representante de Afrilan, Eduardo Martinón Ramírez, de Bodegas Martinón, Víctor Rafael Díaz Figueroa, representando a Bodegas Rostro Colorado, Ricardo Socas Romero, de Bodegas Malpaís de Máguez, y Fermín Otamendi Rodríguez-Bethencourt, representando a Bodegas El Grifo.
Rafael Morales comenta que no se descarta su renovación pero que “lo más importante es que, realmente, estará el mismo equipo, quien sea el presidente es lo de menos”, añade. El actual presidente del Consejo destaca que se garantiza la “continuidad” del proyecto emprendido en el último mandato del que realiza un “positivo” balance.
En este mandato, asegura, se han realizado “bastantes avances” gracias a la unión que ha gobernado durante estos últimos años por parte de los sectores viticultor y bodeguero. También resalta el trabajo de promoción de los vinos de Lanzarote, que “han logrado una gran repercusión” y valora, especialmente, la estrecha colaboración con el Cabildo para lograr este reto. “Dentro del sector primario el vino siempre se ha mantenido en primera línea y, en general, ha sido un mandato positivo”, resume.
Aun así, considera que “faltan flecos” por cubrir, como La Geria, donde considera que las instituciones tienen que apostar por mantener este “paisaje único”. “Hace falta un incentivo económico”, señala. Otro logro a favor del sector vitícola ha sido conseguir que “tras haber pasado grandes dificultades para coger toda la uva en algunas campañas con mayor producción y la demora en el pago de la misma al viticultor”. “Ahora ya se pagan y vamos por buen camino”, resalta.
También, la incorporación de nuevas bodegas durante los últimos años es un punto a favor para el sector, dado que contribuye a que, cuando en una campaña se sobrepasen los kilos previstos, “tengan capacidad para recoger estas uvas”, concluye.
Añadir nuevo comentario