La zona de extracción minera en el pequeño pueblo de La Degollada, promovida por empresas vinculadas al ex alcalde de Yaiza, Honorio García Bravo, ha terminado en el Juzgado. Las empresas han presentado un recurso por la vía contencioso administrativa contra el Cabildo, que denegó meses atrás la calificación territorial para la cantera y la machacadora. El Ayuntamiento de Yaiza se ha personado en el procedimiento como “perjudicado”, según destacó la alcaldesa, Gladys Acuña.

La polémica cantera de La Degollada, que albergaría unos 6,8 millones de metros cúbicos de basalto, ha levantado en armas a los vecinos del pueblo, al Ayuntamiento sureño y al Cabildo. Los vecinos presentaron más de 200 alegaciones contra el proyecto, el Consistorio ha descartado la cantera en el nuevo Plan General y el Cabildo ha hecho lo propio en el Plan Insular que está elaborando.

El desarrollo de la zona minera implicaría intervenir en una montaña que ocupa 300.000 metros de superficie, aunque se explotaría la mitad. Las empresas promotoras han insistido en que el Plan Insular vigente, de 1991, “caracteriza la superficie de explotación como suelo rústico potencialmente productivo minero”.

En cambio, el Cabildo argumentó para rechazar la autorización territorial que ahora se ha llevado ante la Justicia que el proyecto de extracción de basalto afecta a yacimientos arqueológicos “de la cultura aborigen” y “manifestaciones rupestres”, así como a suelo de valor paisajístico y agrícola. De hecho, asegura que “la menor” parte de suelo que ocuparía la cantera y la machacadora estaría calificada en la actualidad como uso minero.

El interés económico de las empresas promotoras para que salga adelante la cantera de La Degollada es elevado: en el proyecto aseguran que tendría una vida útil de 58 años. También manejan una previsión de ingresos que rondarían los 2,3 millones de euros anuales y unos beneficios de 1,8 millones por ejercicio.

Las empresas promotoras destacan que a pesar de la situación económica actual, hay infraestructuras públicas como carreteras o la ampliación del puerto de Playa Blanca, que necesitan de basalto, y resaltan que “no parece para nada descabellado” que durante el medio siglo de explotación de la cantera, “existe y existirá una demanda de áridos de construcción en el mercado insular”.

Para las instituciones públicas de la Isla el impacto en el paisaje del valle de La Degollada, que conserva buena parte de su aspecto ‘virginal’, es inasumible. La propia consejera de Industria del Gobierno de Canarias, Francisco Luengo, dijo en el Parlamento que aunque “la actividad extractiva tiene interés para la industria”, esperaba que ese entorno natural “tan maravilloso” se “mantenga”.