Arrecife, la “pequeña Venecia del Atlántico” como la denominaba el escritor Agustín de la Hoz, ha experimentado en los últimos años una explosión de actividades en su marina y en el Charco de San Ginés. Para ordenarlas, el Ayuntamiento de Arrecife ha elaborado una ordenanza que se tiene previsto debatir en el pleno del mes de junio.

A lo largo de sus 82 artículos y su anexo específico para el Charco se detalla lo que se puede hacer y lo que está prohibido en el litoral capitalino, se establece un régimen sancionador y también se pone una lista de tareas que tendrá que llevar a cabo el Ayuntamiento para mejorar la calidad del espacio público más valioso de la ciudad.

La marina de Arrecife, gracias a la escasa profundidad de sus aguas, la temperatura y una salinidad ligeramente superior a la habitual, así como una elevada penetración de la luz solar en el agua, tiene las condiciones idóneas para ser el hábitat de especies de gran interés científico, como la zostera noltii, una planta acuática que se encuentra en el Catálogo español de especies amenazadas.

La ordenanza de gestión del litoral capitalino, según se destaca en la propia normativa, busca “mejorar” la situación de la marina y de las playas, adaptando “las demandas turísticas actuales” y su “mayor utilización” para que no repercutan “negativamente en la conservación de los recursos naturales costeros”. Entre las prohibiciones que se recogen en la normativa se encuentra no realizar fuego salvo las hogueras de San Juan o la quema de la sardina en Carnaval.

Tampoco se permite pintar, lavar o acondicionar embarcaciones en playas, en el litoral o en calas del municipio capitalino, ni “cualquier otra actividad que genere contaminación”. Del mismo modo, se prohíbe orinar o defecar en el mar o en la playa y no está permitido acceder a las playas con envases de vidrio, para “evitar el peligro” que supondría una “eventual rotura”.

La ordenanza municipal, que se prevé aprobar en junio, prohíbe fumar en la playa, el acceso de perros al litoral y limita la pesca a caña en determinadas zonas y en horario nocturno

Además, “se prohíbe fumar en cualquier playa o cala” del municipio, “con el fin de evitar el abandono de colillas” en la arena, lo que también está perseguido en la nueva normativa.

La ordenanza deja claro que está prohibido el baño cuando se encuentre izada la bandera roja y que la Policía Local abrirá un expediente sancionador si se incumple la norma. También está prohibida la presencia y baño de animales en las playas y calas, “a excepción de los perros destinados a salvamento o auxilio”, que podrán estar pero en ningún caso bañarse.

En la normativa se insiste en que el acceso de animales a la costa no está permitido, ni siquiera en horario nocturno, “en ningún punto del litoral del municipio” y, especialmente, en los arrecifes, ensenadas o islotes, donde cría el chorlitejo patinegro, otra de las especies amenazadas que viven en la capital, muy sensible a la alteración de su hábitat.

En cuanto a la pesca y el marisqueo, está vedada la pesca deportiva desde la orilla de la playa o desde los espigones, en el muelle de la Pescadería o en el muelle Comercial. El fondeo e instalación de nasas en la bahía de Arrecife está prohibido y, por razones “higiénico sanitarias”, tampoco se puede pescar ni mariscar “dentro del Charco de San Ginés, hasta que los informes de Salud Pública indiquen lo contrario”.

En general, ni se puede mariscar ni capturar pulpos “en ninguna época del año”, ni practicar pesca submarina. Y la pesca a caña, en las zonas autorizadas y con licencia, sólo se podrá hacer entre las diez de la noche y las cinco de la madrugada.

Prohibido dar de comer a aves y peces en el Charco

La ordenanza incorpora un apartado específico para el Charco. Así, insta al propio Ayuntamiento a retirar la “grava añadida artificialmente” cerca de Puertos Naos y prohíbe el varado de embarcaciones para reparación, limpieza o pintado. Las embarcaciones sin identificación serán sancionadas y retiradas. También se determinarán los puntos de fondeo, se prohíbe la pesca y marisqueo en las aguas del Charco y las regatas requerirán permisos. Lo mismo sucede con actos deportivos o festivos. La normativa prohíbe la instalación de “escenarios -o de cualquier otra- estructura fija flotante o móvil” que use como soporte de la mitad de su superficie “la ribera del Charco o su lámina de agua”. Por último, se prohíbe dar de comer a las aves y a los peces que frecuentan el Charco de San Ginés y el acceso de perros a las orillas.

Ni tiendas de campaña ni figuras de arena

La ordenanza de gestión del litoral prohíbe “durante todo el año y a cualquier hora” la instalación “de tiendas de campaña, así como las acampadas de cualquier duración de tiempo” en las playas o calas. También se prohíbe el fondeo de embarcaciones en las zonas de sebadales de la playa del Reducto. Se veta el consumo de bebidas alcohólicas y “queda prohibida la realización de figuras de arena con fines lucrativos” salvo autorización municipal.