Recién terminado el confinamiento, en mayo del año pasado, el consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis, comunicaba a la patronal de la construcción que su sector tenía que convertirse en uno de los fundamentales de la recuperación de la economía canaria “porque la obra pública alcanza un protagonismo político y económico esencial en el Plan de Reestructuración de Canarias”.

El consejero hablaba de impulsar el parque público de viviendas, de la rehabilitación y de las infraestructuras, y señalaba a la construcción como “un elemento de estímulo prioritario para la dinamización económica”. Un año después, la patronal asegura que no se han cumplido las previsiones.

Salud Gil, presidenta de la Asociación de Empresarios de la Construcción y Promotores, criticaba recientemente la demora, la baja licitación de obra pública y el escaso desarrollo del plan de viviendas de Canarias.

En Lanzarote se vuelve a ver alguna grúa y, sobre todo, vallas, bandejas de escombros y albañiles trabajando. Hay síntomas de que la construcción se activa. Un edificio destinado a oficinas, al final de la calle Hermanos Zerolo de Arrecife, que llevaba más de una década parado, se ha reanudado hace unas semanas, reconvertido ahora en un proyecto para 24 viviendas. En el centro de Arrecife hay bastantes obras en marcha, también en los barrios de San Francisco Javier y de Argana.

En Costa Teguise se están finalizando muchas promociones, tipo dúplex, así como licencias de viviendas unifamiliares en la zona del campo de golf y en Ciudad Jardín. Teguise es uno de los municipios que ha acumulado un retraso considerable en el plazo para conceder licencias, pero se han acabado concediendo poco a poco.

En Playa Blanca se está construyendo un nuevo hotel, de más de mil camas, y la misma empresa está construyendo otro gran supermercado, un Hiperdino, en el barrio de Argana. Por otro lado, el año pasado hubo muchas pequeñas reformas, tanto en domicilios particulares como, sobre todo, en complejos turísticos, aunque esas reformas ya están llegando a su fin.

“Faltan proyectos y sobran declaraciones de intenciones”, dice la patronal

No se puede hablar, en todo caso, de un nuevo boom de la construcción. “El titular puede ser goloso pero no es un boom”, señala Nefatlí Acosta, presidente de la patronal de la construcción de la Isla, que dice que el sector ha mantenido la actividad y el empleo durante la pandemia y que la previsión no es mala. Los fondos privados se irán agotando, pero se ha anunciado la llegada de fondos para obra pública.

En Arrecife se han desbloqueado algunas licencias para rehabilitar o ampliar edificios que estaban en el catálogo de protección. Acosta dice que hay que aplaudir la agilidad de la Oficina Técnica de Arrecife en el último año y medio, de donde han salido firmadas una gran cantidad de licencias. Muchas de ellas responden a proyectos que ya estaban marchando antes de la pandemia.

La venta de cemento en la Isla arroja que 2020 fue el año de mayor volumen desde 2010, con 69.000 toneladas y que en lo que va de año, la venta ha aumentado hasta un 32 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado. Por su parte, Acosta dice que es un dato “peligroso” de comparar porque hay grandes obras que hacen que suba mucho el consumo: por un lado, el muelle de Playa Blanca y, por otro, el nuevo centro comercial de Garavilla, además de las bases de los molinos eólicos que se han instalado recientemente.

Obra pública

Desde la patronal creen que la obra pública está peor que hace un año porque se ha ido paralizando en los últimos seis meses y no se ha generado obra nueva. Desde el sector, por otro lado, confían en el impulso que pueda dar el III Plan de modernización de Puerto del Carmen.

Las empresas recelan, y eso no ha cambiado mucho, de que los pliegos de los concursos públicos sigan premiando solo el precio y vuelvan a adjudicarse obras con precios a la baja que acaban quedando a medias, como ocurrió en el pasado.

El presidente del Colegio de Arquitectos dice que se nota “un pequeño repunte”

El Ayuntamiento de San Bartolomé acaba de rescindir un contrato a la empresa Ingemont, que dejó varias obras paralizadas en la Isla, como la de la avenida de Arrecife, que después tuvo que terminar otra empresa. Acosta habla de “empresas subasteras virtuales”.

“Hemos hecho llegar al Cabildo que sigue habiendo peligro para esas bajas temerarias y hemos pedido que se incentive de alguna forma a la empresa local porque hay fórmulas y son legales”, explica el portavoz de los constructores.

Sobre la posibilidad de tener que acudir a los concursos bajo el paraguas de una unión temporal de empresas, los empresarios consideran que es buena fórmula, mejor en cualquier caso a que una empresa gane un concurso y después acabe subcontratando una parte de los servicios.

La construcción registró 3.938 empleos en el primer trimestre de este año, menos del diez por ciento del total de la Isla, pero 300 más que el año anterior y con una cifra muy similar a 2018 y 2019. Hace once años, la cifra era de unos 600 empleos menos, pero la construcción representaba un porcentaje mayor en el total de empleo de la Isla, y en 2006 llegaron a registrarse más de 12.000 contratos, no empleos, con un porcentaje de más del veinte por ciento del total.

Por otra parte, entre el 1 de enero y el 15 de mayo de este año se registraron 137 nuevos expedientes en el Colegio de Arquitectos de Lanzarote. El año pasado, en ese mismo periodo, fueron 122 y en 2019 fueron 181. El número de proyectos visados, por orden, en estos últimos tres años, ha sido de 322, 284 y 295, respectivamente.

La patronal de la construcción cree que la obra pública está peor que hace un año

El presidente del Colegio, Miguel Ángel Fontes, dice que se nota “un pequeño repunte” y que se espera que se incremente aún más en lo que queda de año. “Estaremos por encima de 2019, pero no se puede hablar de un boom”, coincide Fontes en su diagnóstico.

La edificación se ha mantenido y hay proyectos en el horizonte, pero “hace falta algo más de margen para valorar”, según Fontes. En 2020, la media de reducción de los presupuestos presentados ante el Colegio fue de entre el 25 y el 30 por ciento, en todos los colegios de Canarias. Lanzarote fue una de las islas en que se notó menos ese descenso.

Cambios

La construcción se va adaptando a los cambios. En Arrecife apenas se demandan oficinas y hay muchos locales comerciales vacíos, pero se sigue demandando vivienda. Se ha aprobado el Plan de Vivienda del Gobierno de Canarias y se van a construir tanto en Maneje como en Yaiza para paliar un déficit histórico en viviendas sociales.

En Arrecife se han desbloqueado licencias para rehabilitar edificios

En Arrecife aún no hay Plan General, cuya aprobación podría obtener suelo incluso para obra pública. Por otra parte, se espera la llegada de fondos públicos, pero un proyecto tarda una media de cuatro años en tramitarse “y no hay proyectos”, apunta Acosta, que pide mayor agilidad.

“Faltan proyectos y sobran declaraciones de intenciones”, dice el presidente de la patronal de la construcción, que cree que el binomio turismo-construcción sigue siendo necesario porque los complejos turísticos siempre se tienen que renovar. Señala que ahora, excepto un hotel en el sur, la construcción no supone más consumo de suelo y que “no hay especulación”.

Acosta cree que el sector seguirá siendo necesario porque genera empleo e incluso para abordar obras para cambiar el modelo energético. “Para ser sostenible también hace falta cemento”, concluye.