La Sección Sexta de la Audiencia Provincial juzga el próximo 22 de enero a un hombre, D.J.L.S., acusado de abusar sexualmente durante dos años de una niña de 13 años. Tanto el presunto violador como la menor convivían en el mismo domicilio.

Entre los años 2016 y 2018, el procesado convivía en una vivienda de Arrecife junto con su entonces pareja sentimental y la familia de ésta, de la que formaba parte la víctima, que era su hermana pequeña.

Según el relato recogido en el escrito de acusación de Fiscalía, en mayo de 2016, el acusado, “prevaliéndose de la relación de familiaridad que le unía con la menor”, comenzó a abusar sexualmente de la niña.

Así, se relata un primer episodio en el que viendo la televisión “aprovechó para aproximar sus genitales contra ella, simulando estar dormido”. A la semana siguiente, en una situación similar, empezó a tocarle sus partes íntimas, algo que se produciría “casi a diario”.

En junio, después de decirle a la menor que “había tenido un sueño en el que le quitaba la virginidad y que quería cumplirlo, propuso a la menor mantener relaciones sexuales”, a lo que la niña se negó.

“Dos semanas después, movido el procesado por dicho ánimo de satisfacer sus intenciones lúbricas, encontrándose ambos en la cama de la habitación viendo la televisión, comenzó a besarla y a tocarle los pechos y la vagina, y a continuación, tras desnudarse, le quitó el pijama y la penetró por la vagina sin llegar a eyacular”, señala la Fiscalía.

Con el tiempo, estos actos” comenzaron a reproducirse de manera cada vez más habitual, siempre mientras veían la televisión en la cama de la habitación o en el sofá del salón, aprovechando el procesado los momentos en que se encontraba a solas con la menor”, agrega el Ministerio Fiscal.

La víctima denunció “por miedo a que el procesado pudiera repetir tales conductas con su prima menor”

En el escrito de acusación se apunta que el acusado mantenía relaciones sexuales completas con la menor, llegando a penetrarla analmente. También se apunta que obligaba a la menor a practicarle felaciones, “moviendo la voluntad de la menor ante el miedo de ésta de que el procesado pudiera hacerle daño o contárselo a su hermana”.

Estas prácticas comenzaron a reproducirse “de manera cada vez más habitual” y se prolongaron durante unos dos años, “finalizando los mismos a finales del año 2018”. Se denunciaron en enero de 2020, cuando la víctima, “afectada por lo sucedido y por miedo a que el procesado pudiera repetir tales conductas con su prima menor”, decidió contar los hechos.

La Fiscalía solicita una condena de 12 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual con penetración a una menor de 16 años. También solicita que no se pueda comunicar ni acercar a la víctima durante 15 años, así como 10 años de libertad vigilada y la inhabilitación especial para cualquier profesión que conlleve contacto regular y directo con menores de edad durante 17 años.