Intersindical Canaria defendió este martes que el Hospital Insular de Lanzarote debe ser reformado por fases, sin interrumpir su actividad laboral y asistencial. El sindicato consideró “frívolo e irresponsable” el anuncio de la consejera de Sanidad, Esther Monzón, sobre el cierre del centro, lo que ha generado “muchas dudas entre los trabajadores y la ciudadanía” de la isla.

Según la organización sindical, esta medida podría suponer “la pérdida de su especialización en geriatría, única en Canarias y con un modelo de atención geriátrica excepcional”, además de la “reducción de camas hospitalarias” y la “desaparición de servicios esenciales para los mayores de Lanzarote”.

Intersindical Canaria señaló que la consejera Monzón “tendrá que explicar su determinación de clausurar el centro sanitario”, mientras que otras fuentes de la Administración Sanitaria apuntan que el futuro del hospital dependerá del Plan Director de Infraestructuras, incluido en el Plan Estratégico 2025-2028, actualmente en elaboración por una consultoría externa.

Respecto al edificio anexo del Hospital Universitario Doctor José Molina Orosa, el sindicato indicó que “aunque ahora se habla de una cuestión de oportunidad”, esta construcción “no está concluida ni recepcionada”, según el propio Servicio Canario de Salud, aunque “cabe la posibilidad de que se utilice en precario”.

En cuanto a los informes técnicos sobre el Hospital Insular, Intersindical Canaria recordó que en 2019 se identificaron “deficiencias estructurales que afectaban al suelo del ala derecha del edificio principal que se sustenta sobre un sótano y cuyas vigas se encontraban dañadas”.

Intersindical Canaria rechaza el cierre del Hospital Insular y propone una remodelación por fases

Además, aseguró que “una consultora realizó un plan director para reformar el Hospital Insular y se envió a los servicios centrales para su aprobación, pero seis años después no se ha hecho nada para mejorarlo”.

El sindicato recalcó que, dada la condición del edificio, inaugurado en 1950 y con valores arquitectónicos, “las instalaciones no pueden ni deben ser totalmente cerradas ni demolidas”. En su lugar, exigió que “sin más esperas”, el Gobierno de Canarias “realice un plan de conservación progresivo” para evitar el colapso o la destrucción del edificio por abandono.

Finalmente, Intersindical Canaria planteó que “sin abandonar las actividades asistenciales, la reforma integral de las instalaciones se produzca por fases, con el traslado parcial, temporal y retorno de usuarios y pacientes”. Asimismo, subrayó como “condición irrenunciable” el “mantenimiento del carácter público de todos los servicios, grupos profesionales y plantilla actual de trabajadores”.