Francisco y Miguel Arbelo, junto a su madre, Beni Toribio, han revalorizado la ganadería y quesería que su padre puso en marcha hace ya doce años. Hasta el punto de alcanzar el galardón al Mejor Queso de Canarias del XX Concurso de Quesos de Leche de Cabra-Premios Tabefe, desarrollado en el marco de la Feria Agrícola, Ganadera y Pesquera de Fuerteventura (Feaga) este año, por el semicurado de leche cruda. No en vano, la producción de quesos de leche cruda es una de las bases que han permitido a esta joven quesería posicionarse entre las mejores de Canarias.

Miguel Arbelo fue el primero en apostar por la elaboración de quesos para amortizar la ganadería familiar que llegó a superar los 1.000 ejemplares. Aprendió con el maestro quesero ya desaparecido, Tito, en Femés. Al poco tiempo, el patriarca de la familia enfermó y ambos hijos y esposa tuvieron que subirse al carro de la empresa agraria para sacarla adelante.

En la actualidad, Francisco y Beni son los encargados de elaborar los quesos, mientras que Miguel se ocupa de mantener en buenas condiciones la cabaña ganadera que proveerá de la leche necesaria para elaborar unas piezas que están copando los primeros puestos entre los gustos de los consumidores locales y visitantes. Así como alcanzando los máximos galardones en los certámenes a los que se presenta.

Francisco aprendió la elaboración de quesos sobre la marcha y a llevar la gestión de la explotación familiar. La precipitación con la que sucedieron las cosas no le permitió pararse a pensar mucho en su futuro. Renunció a su empleo en la ITV para arrimar el hombro y sacar a flote la granja. Dice que no se arrepiente. “Entre los tres decidimos intentar seguir adelante con la quesería”. Decisión que ahora ha sido premiada con este reconocimiento, junto a otros que sitúan a la quesería entre las más apreciadas de leche de cabra. “Es un trabajo sacrificado, pero tiene su recompensa”, cuenta orgulloso. También se han presentado al concurso oficial Agrocanarias 2024, cuyos ganadores serán desvelados el 9 de julio.

“Es un trabajo sacrificado, pero es rentable y tiene su recompensa”, dice Francisco

El joven ganadero se muestra también agradecido por el buen desarrollo de las ventas. A ello contribuye ser uno de los predilectos de los consumidores locales.

El modo en el que se alimentan las cabras tiene mucho que ver con este éxito. “El ganado sale todos los días al campo y se alimentan con comida de calidad”, señala. Principalmente comen mezcla y forraje, alfalfa, paja de avena, de arvejas... Ante la ausencia de forraje propio, una opción que practican en la ganadería Filo El Cuchillo es sembrar en la finca a lo largo del camino que recorren las cabras distintos cultivos que inciten a los animales a adentrarse en los terrenos de la explotación para conseguir alimento y mantenerlas en el exterior. En la actualidad, suman alrededor de 500 ejemplares disponibles.

Leche cruda

“La elaboración de los quesos con leche cruda es también importante para diferenciar nuestra producción”, explica Francisco. “Trabajamos al día, según se ordeñan las cabras se elaboran los quesos. La leche no pasa por mantenedores, es fresca, fresca”.

El joven ganadero es consciente de que los quesos de Filo El Cuchillo han ido ganando enteros con el paso del tiempo. Pasando de trabajar con una producción de 250 litros a los 650 actuales. A ello ha contribuido también la presentación a los concursos y el respaldo de formar parte de Aqual, Asociación de Queserías Artesanales de Lanzarote. “La creación de Aqual ha venido a facilitarnos mucho las cosas, mandamos todas las muestras a concurso juntos y nos ayudan en la presentación de solicitudes”. También la promoción que se está haciendo de los quesos de Lanzarote con la presencia en Saborea y otras citas gastronómicas que han venido a impulsar al sector del queso, considera.

Filo El Cuchillo destina la mayor parte de su producción a comercios y restaurantes de Tinajo. También cuenta con presencia en distinguidos puntos de venta de San Bartolomé, Tiagua, está disponible en toda la cadena de supermercados Chacón, así como en establecimientos gourmet, como El Almacén del Queso o Queso Project, apostando por la presencia en mercados locales y con venta también online a través de Huerto Canario. 

Conscientes de que con la actual producción limitada no podrían estar presentes en las grandes cadenas de alimentación, a los representantes de Filo El Cuchillo les interesa más reservar sus elaboraciones para un mercado de cercanía donde se valora la producción de mayor calidad, se recompensa el esfuerzo de la quesería familiar y por ende estos comerciantes saben cómo ofrecer las piezas a su selecta clientela, conscientes del trabajo artesanal desempeñado. Quesería Filo El Cuchillo tiene a la venta queso fresco, semicurado, y semicurado con pimentón, todos de leche cruda.

“Al ritmo que ha subido todo, el queso de Lanzarote se está quedando rezagado”

A pesar del incremento reflejado en el precio de esta producción artesanal con motivo de la subida generalizada en la alimentación, Francisco cree que “al ritmo que ha subido todo, el queso de Lanzarote se está quedando rezagado. No es que debamos subir más los precios de nuestros productos, sino que los costes de producción se han disparado, también el alimento de los animales”.   

Entre los planes de futuro de esta quesería familiar no entra ampliar la ganadería destinada a la elaboración de queso, tan sólo con su propio plan de recría, sabedores de que “unas veces sale bien y otras no”. “Nuestro objetivo es mantener la cabaña actual, ampliarla supondría una inversión muy grande, que la empresa no podría afrontar, actualmente”, matiza Francisco. Sí apuestan por mejoras, como la realizada en el sistema de ordeño para la que solicitaron una subvención. “Cuantas más ayudas mejor”, dice este joven quesero que anima a las nuevas generaciones a apostar por el sector primario. “Es un trabajo sacrificado, pero es rentable”, puntualiza.

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