Fedemilanz es una federación que aglutina a varias asociaciones de migrantes en Lanzarote. No es la primera vez que las asociaciones de este tipo se unen, porque ya existió antes el Foro Intercultural Ferine y la Fail, pero no tuvieron continuidad. Hace unos años se volvieron a unir para impulsar de nuevo el Festival de los pueblos originarios, cuya última edición se celebró a mediados de junio en el Parque Islas Canarias. De ahí nació una comisión, como paso previo a la Federación, de la que Daniel Vera, de la asociación Casa de todos, es el presidente.

“La idea era aunar fuerzas y tener un punto de encuentro, algo que había sido muy complicado hasta ahora”, dice Mousa Nying, de la asociación Gente Unida, de Senegal. Con el apoyo económico del Cabildo, ya cuentan con una sede, desde hace algo más de un año, que está en el número 23 de la calle Pérez Galdós.

La Federación aglutina, además de a las asociaciones nombradas, a la Asociación de venezolanos unidos de la mano en Lanzarote, el colectivo mauritano Tichite, la Agrupación musical África Yeah, la Asociación Canaria Enero, la asociación Raíces Marroquíes, y Asocgelan, la asociación de Guinea Ecuatorial, pero también colaboran con otras asociaciones, como Sal y Caña o Tocororo, de Cuba, la asociación de Guinea Bissau, Acciones Unidas o Perla Oriental en Canarias, la asociación china que próximamente se integrará en la Federación. En el último Festival, de hecho, participaron 16 asociaciones diferentes y más de 150 personas con su arte, gastronomía y sus distintas culturas.

El proyecto de la Federación abarca la atención a las necesidades de estas comunidades. En la sede cuentan con un servicio de información y orientación sobre Extranjería, que es el más demandado, “el punto fuerte”, con apoyo profesional psicológico, con una trabajadora social que orienta o deriva a otros recursos, así como en el apoyo a trámites administrativos variados como citas con diferentes administraciones, como ayuntamientos, Seguridad Social, centros educativos o sanitarios y otros trámites como el certificado digital. También ofrecen clases de apoyo escolar, diversos talleres, una radio comunitaria y dos bancos de alimentos.

“Las comunidades son mixtas y cada uno tiene sus necesidades, unas tienen que ver con Extranjería y otras tienen que ver con el simple hecho de estar aquí, con las necesidades de todo el mundo. El objetivo no es solamente atender a la gente migrante, sino que esto es un servicio para todos”, señala Vera.

Por nacionalidades, según la Estadística de Población de Derecho en la Isla de 2022, figuran los nacionales de Reino Unido en primer lugar, con más de 7.000. Italia, Colombia y Marruecos aparecen con unos 4.000 habitantes cada uno, Alemania con algo más de 2.000, China con 1.500, Rumanía con 1.100, y unos 700 de Cuba y otros tantos de Venezuela. Aunque esas son las cifras oficiales, tiene un desfase de dos años. En la Federación creen que las dos comunidades que más han crecido últimamente son las de Venezuela y Colombia. Por otra parte, muchos de los que llegaron a principios de siglo, que fue la época reciente de mayor llegada de extranjeros, ya figuran como españoles al haber obtenido la nacionalidad.

Mousa Nying.

Otra estadística de 2022 del Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote apunta que hay en la Isla 48.416 personas nacidas en otro país, frente a 83.769 nacidas en Canarias y 23.927 en el resto de España. La población extranjera de derecho es de unas 35.700 personas actualmente, frente a casi 40.000 en el año 2011, cuando había unos 102.000 españoles frente a los 120.000 de ahora, lo que confirmaría el hecho de que muchos de los que llegaron como extranjeros ya computan como españoles. Es el caso de Sonia Ortiz, secretaria de la Federación y la encargada de llevar las redes sociales: “Yo soy colombiana, pero tengo nacionalidad española y ya figuro como española”.

Trámites

Tramitar la documentación, el permiso de trabajo o de residencia y el tiempo que se tarda en obtenerlos es una de las mayores preocupaciones de los extranjeros no comunitarios que van a asesorarse a la sede de la Federación. En ocasiones, hay barreras que se suman a la burocracia, como el idioma o el acceso a Internet y a realizar trámites online. “Hay quien no tiene el material, las herramientas”, señala Vera, “y es un alivio para muchos que aquí sea gratuito porque hay locutorios que hacen los trámites pero cobran”, añade Nying.

Daniel Vera.

“La idea era aunar fuerzas y poder tener un punto de encuentro, una sede”

Para obtener la nacionalidad o el permiso de trabajo, o ambas cosas, para cada persona y nacionalidad es diferente. Los que llegan de África necesitan hasta diez años de residencia legal para poder optar por la nacionalidad, los que vienen de América Latina, entre dos y cuatro. Dice Mousa que “uno tiene la sensación de que hay gente que lleva muchos años aquí y todavía está tramitando papeles”. De hecho, cuenta el caso de una mujer nigeriana, cuyo hijo de 21 años nació aquí y no tiene la nacionalidad: “Date cuenta en qué circunstancias se han encontrado para no poder preocuparse de conseguir el pasaporte para su hijo”. Hay que estar atento a conseguir los diferentes certificados y las renovaciones. Hay personas a las que se les pasa el plazo para algunos trámites y tienen que empezar de nuevo, “se ven en un círculo vicioso y al final no saben por dónde tirar”.

Reconocen que, con el paso del tiempo, el marco para la regularización es más sencillo que hace años, aunque sigue habiendo problemas. Exponen que hay retraso de varios meses en las citas en la Dirección insular del Gobierno y que, después de obtener la resolución favorable hay que culminar el trámite para el primer permiso de residencia en Comisaría, para la huella, y ese trámite también se puede demorar varios meses más. El día 20 de cada mes se abre el periodo para solicitar esa cita y ese mismo día ya se cierra. El que no consigue cita ese día debe esperar al mes siguiente “y hay gente que se va a Fuerteventura o Gran Canaria”, señala Indira García, de la asociación Venezolanos Unidos por la Mano, así que también se están saturando los servicios en esas islas. “Como federación ya hemos cruzado algunas quejas, hemos tenido reunión con el director insular del Gobierno, hemos cursado quejas al Ministerio del Interior y a la Policía Nacional, pero lo que pasa es que carecen de personal, aunque en Fuerteventura hay más trabajadores para esto que en Arrecife”, dice Vera.

Vivienda

El problema más grande, más común y más difícil de solucionar es el del acceso a la vivienda. Es un asunto que puede afectar a toda la población pero que lo hace con más intensidad a los extranjeros. La mayoría no tiene familia ni casa de sus antepasados, y la situación se agrava si uno acaba de llegar. Hay poca oferta y piden requisitos, a veces, muy difíciles de cumplir: varios meses de fianza, nómina con varios años de antigüedad, etc... Conseguir trabajo ya no es un problema tan acuciante, por las bajas cifras de paro, pero “la gente no sabe dónde meterse”.

Indira García.

Hay familias que se dividen: unos en una habitación en una casa y otros en otra

Muchas personas acuden a la Federación como último recurso. Hay gente compartiendo piso, otros en hoteles o pensiones, otros ocupando infraviviendas y otros en caravanas. Y los problemas se multiplican. Hay gente que alquila una habitación en su casa para completar sus ingresos, pero no deja que se empadrone otra persona porque recibe un subsidio, por miedo a perder la ayuda “y el empadronamiento es el requisito fundamental para todos los servicios, para la salud, para la educación, para todo...”.

“La situación social ahí es bastante compleja”, señalan. Casas por mil euros y habitaciones por 350. “Por ejemplo, en tres habitaciones están viviendo tres familias porque cada familia ocupa una estancia de la casa”, dicen. Hay parejas o familias que se dividen: unos en una habitación en una casa y otros en otra, porque no les permiten que haya más de una persona en una habitación. “Unos se empadronan en un sitio, otros en otro y no viven juntos, es un desastre. En caravanas hay dos familias con niños, y una de ellas con un bebé de solo dos meses”, asegura Indira García.