Mensntaskölinn à Tröllaskaga. El nombre no es fácil de escribir pero es aún más difícil de pronunciar. Corresponde a un instituto de educación de secundaria en el noroeste de Islandia al que tampoco es fácil llegar. Se encuentra en Ólafsfjörður, una aldea situada en la boca del fiordo Eyjafjörður. Es un lugar aislado en un país que es una isla. Pero de ese lugar se pueden aprender muchas cosas.

Hasta allí, en la primera semana de septiembre, se trasladó una pequeña delegación del Centro de Profesores (CEP) de Lanzarote, formada por el asesor de comunicación y la directora, Flor Alonso, dentro del marco del programa Erasmus, organizado en esta ocasión por la Vicenconsejería de Educación.

Los profesores van a aprender, a observar y a conocer otras herramientas, otros métodos de educar, otros sistemas. Ese lugar, igual que Lanzarote, es Reserva de la Biosfera y aplica, en la educación de sus jóvenes, cuestiones que atañen a ese compromiso. “Nos interesa porque nuestro objetivo también es ser sostenible, somos ambas Reservas de la Biosfera y queremos conocer prácticas sostenibles en otras reservas de Europa”, señala Flor Alonso.

La delegación lanzaroteña contrastó cómo se refleja la sostenibilidad en el currículo para hacer de los centros lugares más sostenibles. Se trata de un centro con varios reconocimientos internacionales, en el que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están muy presentes en la actividad diaria. La internacionalización es otro de sus ejes vertebradores, ya que en la actualidad trabajan en un proyecto con Italia y en otro con el IES Tías sobre gastronomía local sostenible y saludable.

El instituto islandés lleva a cabo proyectos sobre energía, movilidad o reciclaje. Tienen placas fotovoltaicas, no utilizan un solo papel, trabajan online y consumen productos de kilómetro cero. Alonso asegura que también se trata de un centro especial en Islandia. “El centro se parece más a un centro de enseñanza de adultos que a un instituto”, dice.

El régimen de las clases es semipresencial. Los alumnos tienen más de 15 años y algunos sí son adultos que compatibilizan el estudio con un trabajo. Pueden acudir al centro o no. No están obligados. “Lo hacen más bien para socializar”, asegura Alonso, que cree que los islandeses son más cívicos y se centran más en el bien y en el espacio común. “También es cierto que es una sociedad muy nueva”, afirma.

Pero durante gran parte del año no van casi por obligación, por las condiciones climatológicas. El aprendizaje es totalmente autónomo y se insiste en la responsabilidad de cada alumno o alumna en su propia enseñanza y en desarrollar la competencia de “aprender a aprender”.

Los profesores solo acuden dos días a la semana. Suben contenidos y tareas los lunes y las cierran los domingos. Si el profesorado se tiene que reunir con los alumnos, lo hace, pero nunca con los padres.

Las clases online se siguen a través de la plataforma Moodle. Incluso hay clases que se imparten mediante robots que replican la imagen de un profesor que se encuentra en otro lugar del país, o incluso fuera de Islandia.

La experiencia de la delegación se da a conocer al resto del profesorado a través del blog del CEP, donde se comparten también otros viajes de este tipo y las prácticas educativas que se aprenden.

La experiencia en Mensntaskölinn à Tröllaskaga se describe de esta manera: “El alumnado asiste voluntariamente al centro en el horario que le apetece, cuya función es básicamente socializadora. Se respira una total libertad, los zapatos quedan a la entrada y la tranquilidad y el silencio imperan en todas las instalaciones, la sensación es la de estar en casa”.

Aunque se aprende de las experiencias de allí, hay otras que ya se conocen y se llevan a cabo también aquí. Y otras que se llevan aquí y allí no. “Nosotros -señala la directora del CEP- trabajamos en claustro los objetivos ODS para Canarias, todo el centro los visibiliza”. La coordinación corre a cargo de la Red Innova que acoge ocho grandes redes que trabajan en los centros educativos. En el caso de Islandia no cuentan con estas redes. Cada centro diseña sus objetivos sin coordinación.

Tampoco tienen una prueba de acceso a la universidad común, como aquí. Por otra parte, el nivel educativo es similar al de España e incluso el caso islandés aparece por debajo del español en el famoso Informe PISA, que evalúa los sistemas educativos.

Erasmus en la Isla

Los profesores van a aprender, a observar y a conocer otras Imágenes de la visita al instituto islandés

El Programa de intercambio Erasmus no se reduce solo a lo más conocido: un universitario viaja al extranjero para cursar un año en su carrera o un extranjero llega a alguna universidad española con el mismo propósito. En Lanzarote también hay Erasmus en otros centros no universitarios, desde Primaria a Secundaria o Formación Profesional. El CEP acaba de firmar un convenio hasta 2027 para intercambios con Francia, Islandia, Croacia y Austria.

También llevan a cabo Erasmus el CEP Gran Tarajal o el Cuerpo de Inspección e Innovación Educativa. No se trata de intercambios para el curso entero, sino de viajes de hasta dos semanas para todo tipo de alumnos. En la Isla se ha escogido a cuatro tipos de centros: la red de escuelas rurales, que agrupa a 14 centros, el IES Haría, el CEO Argana y el Instituto Marítimo Pesquero.