La llamada Ley de Igualdad de Género, que en realidad se llama Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, tiene en su enunciado sus fines. Esta ley estableció medidas para facilitar el derecho a la conciliación familiar y laboral, un plan estratégico de igualdad de oportunidades, planes de igualdad en empresas, la creación del Ministerio de Igualdad o la paridad en las listas electorales. Algunas de estas medidas se han puesto en marcha y otras, no tanto.

La paridad de las listas, como es de obligado cumplimiento, ha ayudado a incorporar a muchas mujeres a las instituciones, pero la política, en líneas generales, sigue dominada por los hombres. Los responsables orgánicos de los partidos, en la mayoría de los casos, siguen siendo hombres y los que encabezan las listas también. No están sujetos a ninguna ley de paridad, así que hasta ahora nunca ha habido una candidata a ocupar La Moncloa y, en Canarias, solo hubo dos candidatas a la Presidencia en las últimas elecciones, Noemí Santana, de Podemos y Vidina Espino, de Ciudadanos.

Sin embargo, en Lanzarote, el poder orgánico es femenino. Cinco de los principales partidos están dirigidos por mujeres. Desde 2008, la presidenta insular del PP es Astrid Pérez y desde 2012 Dolores Corujo manda en el PSOE. Ambas son parlamentarias (ya lo fueron durante los últimos cuatro años) y, gracias al pacto entre socialistas y populares en la Isla, la primera es alcaldesa de Arrecife y la segunda, presidenta del Cabildo.

En Coalición Canaria, la secretaria insular también es otra mujer, Migdalia Machín, que también fue parlamentaria y ahora es consejera en el Cabildo. La coordinadora insular de Ciudadanos también es otra mujer, Carmen Pellón, mientras que en Somos Lanzarote y en Podemos, aunque ahora carecen de una figura que aglutine el poder insular, hay muchas mujeres en primera línea.

En Somos, tres quintos de su comité son mujeres, al igual que lo es la recién elegida consejera no electa para el Cabildo, Paula Corujo (que encabezó la lista al Cabildo) y a las alcaldías tuvieron tres candidatas más. En Podemos, fueron tres mujeres las que encabezaron las listas a las principales instituciones, Parlamento, Cabildo y Ayuntamiento de Arrecife: María del Río, Nona Perera y Leticia Padilla. De hecho, solo las candidaturas a los ayuntamientos de Tías y Yaiza estuvieron encabezadas por hombres.

Y hay más. La coalición Lanzarote Avanza, que participa en los gobiernos de Yaiza y Tías, fue impulsada por la exalcaldesa y exparlamentaria Gladys Acuña, que no se pudo presentar porque está inhabilitada.

En las pasadas elecciones municipales, autonómicas y a cabildos, Ciudadanos llevó cinco candidatas encabezando las listas, PSOE y PP, tres cada uno, (una de ellas repetida) y CC, ninguna. En este caso, la presencia de Migdalia Machín en la secretaría insular no ha facilitado que haya mujeres encabezando esas listas. De hecho, ella misma iba en el número tres en la lista al Cabildo, en un partido que, tradicionalmente, elige a sus responsables orgánicos pero después concentra el poder en función de quien gobierne en las instituciones.

Migdalia Machín.

De los partidos con representación en las instituciones de la Isla, solo Nueva Canarias tiene un coordinador insular, Armando Santana, además de dos fuerzas de carácter municipal: la Plataforma Municipal de Haría, de José Torres Stinga, y el Movimiento Renovador por Tinajo, de Antonio Morales.

Pero, sin embargo, tras estas últimas elecciones, ganan los hombres por mayoría. Hay 98 cargos públicos masculinos, entre concejales, consejeros y parlamentarios, por 60 mujeres, lo que supone una proporción casi idéntica a la de hace cuatro años. El ayuntamiento más igualado es el de Arrecife, que tenía mayoría femenina, pero se decantó hacia la otra parte por la renuncia de la exalcaldesa Eva de Anta.

El menos igualado es Yaiza, con catorce hombres y solo tres mujeres, mientras que solo hay empate en al Parlamento: cuatro hombres y cuatro mujeres. Durante el pasado mandato (2015-2019) hubo tres alcaldesas en los siete municipios y más parlamentarias que parlamentarios, cinco por tres. En el Cabildo, Pedro San Ginés estuvo diez años en la presidencia pero sustituyó a una mujer, Manuela Armas, y ha sido sustituido ahora por otra.

En los últimos años, ha sido una circunstancia habitual, pero para que una mujer presidiera el Cabildo tuvieron que pasar 81 años desde que se constituyeron. Fue Chana Perera (PIL) durante un año, entre 1993 y 1994. Después llegó María José Docal en 2004. De las últimas seis presidencias, cuatro han sido ocupadas por mujeres. Después de Docal vinieron Inés Rojas, Manuela Armas y ahora Dolores Corujo, que tras las mociones de censura, en Fuerteventura, a Lola García (CC) y, en La Palma, a Nieves Lady Barreto (CC), es la única mujer en la presidencia de un cabildo en todo el Archipiélago.

Las alcaldesas del pasado mandato fueron Loli Corujo en San Bartolomé, Eva de Anta en Arrecife y Gladys Acuña en Yaiza, aunque las dos últimas no estuvieron los cuatro años completos. Pero no es lo habitual. Acuña y Corujo han sido las únicas alcaldesas que ha habido en esos municipios en toda su historia, mientras que en Teguise, Haría, Yaiza y y Tinajo nunca ha habido una alcaldesa, al menos durante la etapa democrática.

En Arrecife, Astrid Pérez, sin embargo, es la quinta alcaldesa en la historia de la ciudad. La primera fue Elisabeth de León en 1997 y tras ellas vinieron de forma consecutiva dos más: Manuela Armas e Isabel Déniz, después tres alcaldes y de nuevo dos alcaldesas.

Cambios profundos

Carmen Delia Reyes, vicepresidenta de Mararía, la asociación social y cultural para las mujeres, señala que “la mujer está adquiriendo más protagonismo en la vida pública”. “Que las mujeres estén encabezando las candidaturas de los partidos y que estén participando de modo activo en la política se ha convertido en algo más habitual y normalizado”, asegura.

Dice que tener una presidenta del Cabildo y una alcaldesa en Arrecife es un “reflejo de que la sociedad está cambiando y avanzando en la equidad de género”, pero que “queda mucho camino por recorrer pues la realidad es que aún hay menos mujeres en las instituciones”, incluso “estando capacitadas, empoderadas y cualificadas para desempeñar puestos de responsabilidad”.

Leticia Padilla.

Leticia Padilla, concejal de Podemos en Arrecife coincide en que las cosas han cambiado y la implicación de la mujer es mayor ahora, pero destaca que aún sigue habiendo situaciones desagradables, por ejemplo, en tertulias y en las redes sociales. “A mí me han mandado a mi cocina muchas veces”, señala, y destaca que hay una evolución más reciente desde la Plataforma del 8M o desde el activismo, con movimientos con gran mayoría femenina como la PAH o la Plataforma por una vivienda digna.

Montse Delgado Medina, periodista y experta en Igualdad, valora la importancia del cambio, del peso de las mujeres dentro de los partidos en las instituciones. Destaca que son modelos, referentes que ven las niñas, y eso es positivo, en política y en otros ámbitos, como la última elección de rectora para la Universidad de La Laguna, en la que hubo, por primera vez, tres candidatas.

Sin embargo, señala que “lo importante es que se desarrollen políticas públicas respecto a los derechos de las mujeres”. “Si tenemos el poder pero hacemos lo mismo, el cambio no será tan profundo”, subraya. Habla de que donde se tiene que notar ese cambio es en las políticas sobre feminicidios, pobreza o dependencia, en las que haya nuevas propuestas y una visión de género para que haya “un cambio estructural y no parches”.

Aboga por cambios profundos en prevención y educación, ya que el sistema sigue siendo patriarcal e insiste en que el verdadero cambio se debe producir en las políticas que se lleven a cabo porque, recuerda que, por ejemplo, en violencia de género, Canarias sigue tenido grandes carencias y debe haber “más recursos, medios y profesionales”.

Por su parte, Carmen Reyes señala que “hay que seguir trabajando y concienciando de la importancia del papel de la mujer de participar en la política, seguir rompiendo barreras, brechas y techos que aún en 2019 dificultan el hecho de que una mujer pueda ser candidata a la presidencia del Gobierno, sin que podamos olvidar el objetivo quinto de la Agenda internacional 2030, que es la igualdad como elemento esencial”.

“Por ello debemos seguir reivindicando la presencia de la mujer en la vida pública, y que los discretos avances que se han sucedido en las legislaturas pasadas vayan consolidándose en una representación en equidad”, concluye.