El descenso de la producción de la materia prima y el mayor precio de la uva, junto a la escasez de materiales y encarecimiento de los mismos para la producción del embotellado ha disparado los precios de los vinos de Lanzarote. Así lo reconoce el experto bodeguero Rafael Espino, de Vega de Yuco.

Primero fue la pandemia y luego la guerra de Ucrania lo que provocó una merma de producción y de materiales, que unido al aumento del coste de la uva, “casi ha duplicado el precio del vino”, sostiene. Espino insiste en que la “escasez y el desabastecimiento” son los principales motivos del aumento del precio del vino de Lanzarote.

A igual demanda y menor oferta, mayor precio. Es una ley básica de la economía. Escasez de uva y de vidrio, cuya principal industria se encontraba en Ucrania, desde donde controlaban los precios de mercado. “Desde que se inició la guerra, Lanzarote ha visto desaparecer el principal proveedor no solo de vidrio, sino de roscas, latas, latón... toda una metalurgia que operaba en base a una energía muy barata”, aclara el bodeguero.

“Los precios aumentan porque la mitad de la oferta desaparece al tiempo que los costes de los productores que se mantienen en el mercado se multiplican. También el cartón se ha disparado. Todo ello unido a un año de escasez de uva por falta de lluvia a consecuencia del cambio climático ha hecho que el precio de la fruta suba un 50 por ciento”, explica Espino.

En consecuencia se ha producido un descenso final de la producción de vino para los bodegueros de Lanzarote y un posterior desabastecimiento de los caldos autóctonos que, sin embargo, están viviendo una revalorización. Espino apunta que “tanto el incremento de los costes variables como de los fijos, que ahora deben imputarse en una menor producción, han subido para las bodegas lanzaroteñas”. El experto augura que hasta que no pueda desarrollarse una cosecha con mayor producción no podrá hablarse de recuperación para el sector.

Menor producción

Según las estadísticas del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote, la producción de uva inició su paulatino descenso tras la histórica campaña de 2018, pasando de cerca de los cuatro millones de fruta a no superar los dos millones de este año, el primero en el que se ha logrado el objetivo de valorar a no menos de tres euros el kilo de fruta, es decir, un 50 por ciento más. Un precio más que “justo” para compensar los costes del agricultor, según entiende el gerente de Vega de Yuco.

“Teniendo en cuenta que este año la producción ha sido menor también deberían superarse esos tres euros el precio del kilo de uva, en una apuesta por animar al viticultor a que continúe en la senda y no abandone la viña, que compone un paisaje único en Lanzarote. No sólo vendemos vino procedente del mosto de la uva, vendemos costumbres, tradición, historia, ilusión, paisaje... Ingredientes todos ellos que están también en el precio de la botella de vino”, señala Espino. “Es una pena lo del precio, pero es inevitable si queremos que este sector, que se basa en la viticultura, se mantenga”.

“El precio sube por el incremento en el consumible, el gasto energético y la uva”

En cuanto a la producción de vino embotellado, los datos del Consejo Regulador apuntan a un descenso en la última vendimia, pasando de los cerca de 2,8 millones de botellas (2.788.496) en 2021 a las poco más de 2,2 (2.220.445) de 2022, bajada que no se originaba desde el año 2017, sin tener en cuenta las cifras del año de la pandemia, en el que no se alcanzaron los 1,7 millones de botellas.

El desabastecimiento en la producción de vino de Lanzarote afecta tanto a la restauración como al sector de la alimentación, explica Espino. “Tenemos que ir regulando la cantidad de vino que vendemos para poder estar durante todo el año y que no nos eliminen de las cartas o de los lineales de los supermercados”.

Otro factor a tener en cuenta es que en los años de menor producción también suben los precios de distribución por “la necesidad de que tenemos que estar presentes para proteger la marca”. “Nuestro objetivo es que para el futuro podamos contar con abastecimiento suficiente para introducirnos en otros nichos que ahora no hemos podido abastecer”, concluye.

A pesar de que la cosecha de 2022 fue similar, en cuanto a la producción de uva, otro factor clave para el incremento de los precios es que las bodegas carecen de existencias para abastecer la demanda. “No tenemos remanente de vino”, comparte el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote, Víctor Díaz, al frente de Bodega Vulcano. Destaca además que, en contra de lo que se pensaba, “esta subida no ha frenado el mercado, sino que se ha incrementado la demanda”.

Precios disparados

“Sabemos que los precios se han disparado”, sostiene el presidente del Consejo Regulador. “El precio sube por el incremento en el consumible, el gasto energético y el valor de la uva”, explica Díaz, quien a la subida de la fruta y de las materias primas para el embotellado (vidrio, cartón, corcho y etiquetas) suma también los propios costes del restaurador, hecho que impide que una botella baje de los 20 euros en un establecimiento de restauración, donde estima que se ha incrementado entre uno o dos euros la botella. No en vano, ya representa el 35 por ciento del gasto total de una comida o cena en un restaurante para el ciudadano de a pie.

Díaz teme que la repercusión final para el consumidor local sea que el vino de su tierra se convierta en “un artículo de lujo”. El presidente del Consejo Regulador augura que estos precios han llegado para quedarse. En primer lugar porque el coste de la uva no descenderá. “Y es mejor que no descienda -opinión que comparte con Espino- a fin de que el viticultor se sienta motivado”. “Hay que darle algún aliciente, porque las bodegas dependemos totalmente de ellos”, añade.

Revalorización

A pesar de las dificultades en los mercados de materias primas y el desabastecimiento, el sector del vino está floreciendo con la llegada de nuevas referencias y variedades en una apuesta por adaptarse a las nuevas exigencias del cliente. “Es un sector maduro que se adapta al cliente y no al contrario”, matiza Rafael Espino.

El vino representa ya el 35% del gasto total de una comida en un restaurante

En este sentido, juegan un papel crucial los nuevos vinos ecológicos donde se valora más esa “variedad en sabores, texturas y presencia”. Son numerosas las bodegas que se han adentrado en esta producción que “viene a conferir un plus de prestigio al sello de la Isla”, añade Víctor Díaz, que acaba de presentar una nueva variedad ecológica con Bodega Vulcano, en una apuesta por abrirse un hueco en el mercado alemán y holandés, donde se demanda en mayor medida este tipo de producción. “Las bodegas que deseamos estar en el candelero tenemos que elaborar productos de cierta exclusividad”.

La apertura de nuevas bodegas, principalmente de carácter artesanal, es otra de las claves para vislumbrar el buen momento que atraviesa el mercado del vino de Lanzarote, aunque supone un incremento también de la demanda de uva autóctona. Al respecto, Díaz señala que es positivo para el sello la llegada de nuevas bodegas, si bien “el productor tiene que ir acostumbrándose a que no sobre uva en la Isla”.

“El vino de Lanzarote está muy demandado tanto a nivel local como exterior, incluso a nivel internacional. Lanzarote tiene su peso en el mercado del vino mundial. Somos una Denominación de Origen muy valorada. Hemos intentado revalorizar el producto para que viticultores y productores se sientan motivados con la confianza en que sea una demanda que se extienda en el tiempo”, argumenta el presidente del Consejo Regulador.