El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha confirmado la condena a dos hombres por la violación de una joven y el abuso sexual cometido contra otra chica en Lanzarote.

Uno de los acusados fue condenado a siete años y tres meses de cárcel por el delito de violación, mientras que al otro se le impuso una pena de dos años y seis meses de prisión por abuso sexual.

Los condenados llevaron a su casa a dos amigas y tras darles de beber alcohol las forzaron sexualmente: una fue violada y la otra sufrió abusos.

Los hechos ocurrieron en la noche del 27 de diciembre de 2017, cuando los dos acusados se encontraron con las jóvenes, con quienes mantenían una relación de amistad y confianza, y se dirigieron a la vivienda de uno de los acusados en Arrecife.

En la vivienda, los acusados y las víctimas estuvieron cenando y bailando, mientras tomaban varias bebidas alcohólicas. Fue de madrugada cuando las jóvenes comenzaron a sentirse mareadas y desorientadas, hasta el punto de que “apenas se podían mover”, recoge la sentencia.

Aprovechando esta circunstancia, uno de los acusados trató de besar varias veces a una de las jóvenes, mientras estaban en el salón de la casa, “rechazándole ella en todas las ocasiones”. Cuando fue al baño a vomitar, el acusado la siguió y la llevó a uno de los dormitorios, donde le tocó los pechos y los genitales mientras la víctima le pedía que parara.

Mientras tanto, según la sentencia ahora ratificada por el TSJC, el otro acusado llevó a la otra víctima a una habitación y se aprovechó de su estado de “intoxicación” y la “imposibilidad de ofrecer cualquier clase de resistencia”. En este caso, el acusado la llegó a penetrar vaginalmente.

La Audiencia Provincial dictó en julio de 2019 la condena para los dos acusados, que ahora ha sido ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Después del asalto sexual, las jóvenes pusieron una denuncia en la Comisaría. En su declaración, una de las jóvenes dijo que había notado “algo raro” en la bebida y que los acusados le aseguraron que “no pasaba nada”.

Las víctimas dejaron claro que por la cantidad de alcohol que habían tomado y el tipo de bebida, “no era para estar en ese estado” de mareo.

También relataron que cuando se marcharon de la vivienda, los acusados las siguieron en vehículo, pararon y las obligaron a subirse al coche.