Los discursos triunfalistas sobre la llegada de Canal Gestión a Lanzarote no han tenido mucho recorrido. Tras una década de su llegada y cinco años después de la finalización de la inversión comprometida, que alcanzaría, según la propia entidad, hasta 58 millones de euros, la situación de la producción, el almacenamiento y la distribución de agua está peor que nunca.

Las pérdidas en red han llegado a superar el 60 por ciento. Es decir, seis de cada 10 litros que se desalan no llegan a su destino. La capacidad de almacenamiento sigue siendo muy escasa: tan solo de unos pocos días en caso de que se paralizara la producción. La depuración tenía una situación crítica que va camino de mejorar con el encargo el año pasado de las dos nuevas plantas depuradoras, de Arrecife y Tías, por un valor de 37 millones de euros. Y finalmente, la producción, que era la parte que no fallaba en los últimos años, se ha desplomado.

El 30 de junio, Canal Gestión anunciaba que el antiguo bastidor de la planta desaladora Lanzarote III quedaba fuera de servicio. Esa línea de producción tenía una antigüedad de 32 años y una capacidad de 10.000 metros cúbicos al día, que en los últimos tiempos se había reducido a 4.000 a pesar de que la empresa anunció que había invertido 4,5 millones de euros en la renovación parcial de toda la planta desaladora. El resultado es que la capacidad de producción es de solo 20.000 metros cúbicos.

Fuentes del Consorcio señalan que a la parada ahora de esta planta hay que sumar otra que se paralizó en 2021 y aseguran que no es aconsejable el arreglo, sino la sustitución. Después de ese anuncio, las siguientes comunicaciones de Canal Gestión fueron los anuncios de cortes de agua diarios en distintos puntos de la Isla.

“Como consecuencia de la merma en la capacidad de producción descrita, las posibilidades de atender la demanda de agua potable en la isla de Lanzarote y La Graciosa, en caso de ocurrir alguna incidencia, se ven limitadas, al no disponer de los recursos necesarios para generar el volumen adecuado; lo que se agrava con la falta de capacidad de almacenamiento de agua potable, que también se ha reducido considerablemente en los últimos 10 años al quedar algunos depósitos fuera de servicio”, admitía la empresa. Además, reconocía “una situación complicada para ofrecer un servicio adecuado”. Durante este verano, ha habido días en que solo había suministro en Arrecife.

Poco después, los nuevos responsables del Consorcio, con Oswaldo Betancort como presidente del Cabildo, que comparecía junto al gerente de Canal Gestión, David González, anunciaban un plan de choque de 90 millones de euros para intentar revertir la situación.

Los trabajos más importantes consistirán en “la gestión remota de presiones de red, campañas de sensibilización para el consumo responsable, campañas de detección de fugas, renovación de las infraestructuras en las calles con más averías, aumento de la capacidad de almacenamiento mediante puesta en servicio de depósitos, renovación de la red submarina de transporte a La Graciosa, incremento de la capacidad de producción de agua regenerada e instalación de desaladoras portátiles, entre otros”.

“Hay que buscar dinero de todos los organismos”, señala el consejero Domingo Cejas

Lo que no está claro aún es de dónde saldrá el presupuesto. “Hay que buscar dinero de todos los organismos”, apunta el consejero responsable del Consorcio, Domingo Cejas, que alude a la búsqueda de fondos propios de Inalsa y el Cabildo, partidas europeas y ayuda del Gobierno de Canarias.

Para empezar, se ha solicitado al Ejecutivo autonómico que incluya dos partidas para obras urgentes en los presupuestos de 2024, para dos nuevos bastidores por un valor aproximado de unos 10 millones de euros y actuaciones de urgencia para intentar solucionar el abastecimiento en la isla de La Graciosa.

En este caso hay dos opciones: construir una planta desaladora en la octava isla de 500 metros cúbicos o desplegar dos nuevas tuberías hacia la Isla, una de suministro y otra de reserva con capacidad de 125 metros cúbicos (hoy tiene 90) para garantizar el abastecimiento. Esta última parece que es la decisión que se va a tomar finalmente. “Con esto en marcha no debería haber ningún problema”, señala Cejas, que calcula esta inversión en cerca de 2,5 millones.

Además, de momento, como solución de urgencia, ya están en la Isla dos plantas potabilizadoras portátiles que instalaron en La Palma durante la crisis del volcán, con una capacidad conjunta de 5.200 metros cúbicos diarios, con la colaboración del Gobierno de Canarias. El combustible para esas plantas será sufragado por Canal Gestión.

Pérdidas

Y queda por delante levantar media isla para arreglar las tuberías con pérdidas. Lo llaman Plan de Choque Inmediato, dentro del Plan de Actuaciones de Infraestructuras para el abastecimiento de agua potable en Lanzarote y La Graciosa. Canal ha aportado un primer lote de ocho calles, de las 38 inicialmente previstas, y hay otro lote más previsto de otras 58 calles o puntos de pérdidas constantes.

Para llevar a cabo las obras, la empresa ha solicitado agilidad o colaboración de los ayuntamientos, que lo que piden es poder planificar los cierres de esas vías con tiempo suficiente, por las molestias que acusan los vecinos. Ninguna de las intervenciones son trazados nuevos, sino tuberías ya existentes que transcurren, en su mayoría, por viales en suelo urbano.

El Consorcio apunta que en 2024 tendrá que regularizar la factura del agua

De las 38 calles, cinco están en Arrecife (Malagueña, Vizcaya, Sabino Berthelot, Campoamor y la carretera de los Mármoles), otras cinco en Haría (en Ye, Tabayesco, Guinate y Máguez), cinco en San Bartolomé (tres de ellas en el casco, una en Montaña Blanca y una en Güime), seis en Teguise (dos en Tahíche, Tiagua, Nazaret, Soo y Las Cabreras), seis en Tías, de las cuales tres están en Mácher, dos en Tías y una en Conil, cinco en Tinajo, de ellas dos en La Vegueta y las otras en el casco del municipio, y seis en Yaiza (La Degollada, Playa Blanca, Femés, Maciot, Uga y Las Casitas).

Todas estas actuaciones se producen en tuberías que superan las 23 averías durante los cinco primeros meses de este año, aunque en la mayoría de los casos el número de averías es muy superior, por encima de 50, 70 u 80. Incluso en algunos casos, como en el diseminado de Las Cabreras, el Barranco por La Vegueta, Puerto del Carmen-Mácher o el Valle de La Degollada, están por encima de 110 averías en ese periodo de tiempo.

Sin embargo, la reducción de las pérdidas no va a ser inmediata. El propio Domingo Cejas reconoce que hay que ser realista y que el objetivo a cumplir en estos próximos cuatro años es llegar, como mucho, a bajar las pérdidas entre 10 y 12 puntos y situarse en algo más del 40 por ciento de agua no facturada. Hoy la Isla está en el 56 por ciento de pérdidas. “Hay muchos kilómetros de red que renovar”, apunta el consejero, quien admite que se puede llegar al 40 por ciento “siendo muy optimistas”. Cejas descarta que haya que solicitar la Declaración de Emergencia Hídrica para Lanzarote, como se hizo en el pasado, que permite flexibilizar las licitaciones de las obras.

Inversiones

Respecto a la validación de las inversiones que debía haber llevado a cabo, por contrato, Canal Gestión durante los cinco primeros años de dicho contrato, el Consorcio reconoce que aún no las ha certificado. Es decir, a pesar del tiempo transcurrido, el organismo compuesto por el Cabildo y los siete ayuntamientos desconoce si Canal Gestión ejecutó conforme al contrato las inversiones que dice haber llevado a cabo, que ascendían a 56 millones, pero que la empresa sitúa en dos millones más. El esfuerzo inversor, a partir de que se hubieran cumplido esas inversiones, sería responsabilidad del Consorcio.

Cejas señala que se va a encargar un equipo de apoyo técnico para auditar esas inversiones y que “no solo se va a ver si se han hecho, sino si han cumplido la Ley de Contratos, que son dos procedimientos distintos”. Por otra parte, Cejas señala que pedir ahora, como solicitan algunos alcaldes, que Canal Gestión se marche de Lanzarote, no solo no soluciona nada sino que supone añadir un problema más de endeudamiento porque habría que pagar cerca de 200 millones de indemnización.

“Hay que aplicar responsabilidad y sentido común”, dice Cejas, y “exigirle [a la empresa concesionaria] que cumpla al cien por cien el contrato, pero no desviar la atención de los problemas del ciclo integral del agua, porque pedir que se vaya Canal puede ser un mensaje engañoso, como si se fuera a solucionar todo o no hicieran falta las inversiones”, apunta.

La factura

Hay otro problema para los abonados, y es que la factura del agua tiene que incrementarse aproximadamente en un 25 por ciento, por la subida no aplicada de los últimos cinco años, que ha generado una deuda, además, reconocida por sentencia judicial, de unos 15 millones de euros.

El Consorcio reconoce que aún no sabe cómo se va a pagar esa deuda, con qué fondos, pero sí apunta que en 2024 tendrá que regularizar la factura. Domingo Cejas señala que están trabajando en el campo jurídico para encontrar una fórmula que permita una subida amortiguada, “lo más pacífica posible”, y buscar soluciones por tramos. El consejero asegura que Canal está abierto a esas fórmulas.