El primero fue en julio de 2017 y el último en julio de 2019. En total, han sido ocho expedientes disciplinarios y todos han acabado, antes o después, de forma favorable para la sargento del Seprona de Lanzarote, Gloria Moreno.

El primer expediente finalizó su recorrido administrativo con sanción de un día de empleo y sueldo. Se había iniciado por una queja del director del centro Isla de La Graciosa, al interpretar que había existido un trato desconsiderado hacia él por parte de la sargento en una reunión de ese organismo. La sargento recurrió ante el Tribunal Militar, que anuló la sanción porque no se habían valorado el resto de las pruebas, que demostraban, según la sentencia, que el trato  fue “considerado, cortés y educado”.

El segundo se produjo por la queja de una vecina de Argana que había puesto una denuncia para que retiraran escombros de un solar sin que se actuara para resolver dicha situación. Sus superiores también le pedían un día de sanción. El expediente fue anulado en recurso de alzada.

El tercer expediente, por dos faltas graves, caducó en abril de 2018, sin sanción. Se le achacaba que no había dado trámite a dos denuncias por maltrato animal, cuando en realidad estaba de baja por maternidad.

El cuarto expediente es uno de los dos que sí terminó su recorrido administrativo con sanción y es el segundo que anula el Tribunal Militar, en junio de 2019. Se sancionó a la sargento por solicitar las copias de las declaraciones de los testigos en sus expedientes anteriores. A finales de enero, el Tribunal Militar Central también le daba la razón en un contencioso disciplinario que anulaba la resolución del director general de la Guardia Civil por la que se la suspendía durante cinco días sin empleo y sueldo.

Durante dos años, la sargento siempre tuvo algún expediente abierto y al menos, durante diez meses a lo largo de ese periodo, tuvo hasta cuatro expedientes en marcha de forma simultánea

El quinto ya había caducado un poco antes, en abril del año pasado. El coronel Ricardo Arranz, como en la mayoría de los expedientes, había elevado un parte disciplinario por una falta muy grave. En este caso, la sargento tuvo que cumplir una medida cautelar de tres meses sin empleo y sueldo. Esta medida también fue recurrida. Según la sentencia del Tribunal Militar Central, estuvo carente de motivación, fue desproporcionada y no fue inmediata.

El sexto expediente fue la reapertura del tercero, que había caducado, y finalizó en esta ocasión sin responsabilidad para la sargento. El séptimo no tiene que ver con sus superiores, el capitán Germán García y el coronel Ricardo Arranz, sino que se abre a instancias de tres de sus compañeros en el destacamento del Seprona de Lanzarote por supuesto acoso laboral. También terminó sin responsabilidad.

Finalmente, el octavo es la reapertura del quinto, por una falta muy grave, que finaliza el pasado mes de diciembre por resolución del director general de la Guardia Civil también sin responsabilidad. En este caso se le abrió el expediente por una queja del veterinario municipal por unas inspecciones realizadas a la perrera de Arrecife. El coronel otorgó credibilidad a la queja del veterinario sin que aún se haya cerrado la investigación por las presuntas irregularidades en las instalaciones municipales.

Entre julio de 2017 y julio de 2019 la Guardia Civil abrió a Moreno estos ocho expedientes y la única sanción que ha cumplido es la medida cautelar de tres meses sin empleo, que fue anulada.

Según señala la letrada de Moreno, María Jesús Díaz Veiga, en un escrito dirigido al Juzgado que tramita una querella de la propia Moreno contra dos de sus superiores, Arranz y el capitán Germán García, por acoso laboral, la apertura de todos estos expedientes “acredita una voluntad pertinaz, reiterada y perseverante de, en un corto periodo de tiempo, minarla y hostigarla para destruirla como profesional y como persona, sin existir causa que justificara tal propósito”.

Durante estos dos años, la sargento siempre tuvo algún expediente abierto y al menos durante diez meses a lo largo de ese periodo tuvo hasta cuatro expedientes en marcha de forma simultánea. En estos expedientes, la sargento, que aún se encuentra de baja médica, se ha enfrentado a faltas leves, graves y muy graves por motivos diversos.

Los expedientes fueron creciendo en gravedad. Los dos primeros fueron faltas leves, mientras que  el cuarto ya fue grave y el quinto muy grave. Por este motivo, la defensa de Moreno considera que se trata de una “estrategia” para “atentar” contra su “integridad y dignidad”

Moreno declaró el pasado mes de diciembre en el procedimiento abierto por la querella que ha puesto contra el capitán y el coronel que cuando se le abrió un expediente y se le notificó la medida cautelar de cese “fue uno de los momentos más duros de la situación de acoso sufrida”. De haber prosperado ese expediente con la sanción que se solicitaba hubiera supuesto la pérdida de destino en Lanzarote, con el traslado correspondiente, y la pérdida de la especialidad en el Seprona por un periodo de dos años.

Los expedientes fueron creciendo en gravedad. Los dos primeros fueron faltas leves, mientras que  el cuarto ya fue grave y el quinto muy grave. Por este motivo, la defensa de Moreno considera que se trata de una “estrategia elaborada para atentar contra la integridad y dignidad” de su defendida.

Además, el hecho de que todos hayan acabado sin sanción evidencia, según la defensa de la sargento, que todos ellos “carecían de fundamento alguno y su única finalidad era someter de manera sistemática a Gloria Moreno a una situación de humillación y acoso que la denigraran con la finalidad de perjudicarla y atentar a su dignidad e incolumidad personal tal y como establece el artículo 48 del Código Penal Militar”.

Dos causas penales

En 2017 se le abrieron tres expedientes: en julio, septiembre y octubre. En 2018 se le abren tres más: en enero, abril y noviembre. Y los dos últimos son del año 2019, en marzo y junio. A estos expedientes hay que sumar dos denuncias por la vía penal que también han acabado sin condena.

Una de ellas fue interpuesta en mayo de 2018 por el veterinario por un delito de infidelidad en la custodia de documentos, que el propio veterinario acabó retirando, y la otra fue por la denuncia del agente Padial.

Moreno avisó a sus superiores de un soplo acerca de presuntas filtraciones a cazadores de pardelas en Alegranza sobre operativos de la Guardia Civil. A Moreno se le acusó de falsedad en documento oficial, delito de falsedad por imprudencia y delito de calumnias, y en el juicio le pedían seis años de prisión. El caso ya se ha juzgado y la sargento ha sido absuelta. La sentencia acaba de convertirse en firme.