La representación de Don Giovanni el pasado sábado en el Auditorio Jameos del Agua superó cualquier expectativa. Las voces, el vestuario y el talento de los protagonistas, una cuidada dirección artística y una grandiosa puesta en escena fueron los ingredientes principales de una de esas noches que se recuerdan con el paso del tiempo. Y lo cierto, sin duda, es que lo fue.

Por espacio de algo más de tres horas, el escenario del tubo volcánico se transformó en la ciudad de Sevilla del siglo XVII de Mozart, en la que tuvieron lugar las aventuras y desventuras de Don Giovanni, un noble arrogante, manipulador y seductor que bordó un brillante Borja Quiza. El lanzaroteño Pancho Corujo, Don Ottavio, disfrutó e hizo disfrutar a su público en un papel que le encajaba como anillo al dedo.

Artistas y público se convirtieron en cómplices de una representación brillante y colosal de una de las obras maestras absolutas de la historia de la música occidental que supuso, además, la irrupción del género en la programación cultural de los Centros de Arte, Cultura y Turismo.

El consejero de la Entidad, Ángel Vázquez, ha querido mostrar su agradecimiento "a todas las personas que han puesto su granito de magia para que el público haya disfrutado de una noche inolvidable", y su confianza en que la representación de Don Giovanni "abra la puerta a este género apasionante en la isla de forma definitiva. Desde los Centros", ha asegurado, "seguiremos trabajando para ofrecer una cultura de primer nivel y abierta a todos los gustos y edades".