Culpables de asesinato con ensañamiento, robo con violencia, secuestro y banda criminal los acusados del crimen de Juan Carlos Tejera
El jurado da la razón a la Fiscalía y a la acusación particular, que mantienen sus solicitudes de condena, de hasta 25 años de prisión
El jurado del juicio por el crimen de Juan Carlos Tejera, muerto a golpes en Lanzarote en 2015, emitió este viernes por la noche su veredicto: considera a los cinco hombres acusados del crimen culpables de asesinato con ensañamiento, robo con violencia, detención ilegal y pertenencia a banda criminal.
Ese veredicto se extiende a José Carlos C.H., Angelo D.D., Juan Antonio D.R., Néstor David P.P. y Antonio Enrique G.G., mientras que para la sexta acusada, Tania R.R., el jurado la ha considerado cómplice de los citados delitos.
Ahora será la Audiencia Provincial la que emita esa sentencia de culpabilidad, en la que los acusados se enfrentan a penas que van desde los 14 a los 25 años de cárcel.
La representante del Ministerio Fiscal planteó en el juicio que la implicación de los cinco hombres fue quedando confirmada a partir del momento en que se produjo "un hito en la investigación", que fue "el hallazgo de una huella palmaria" de uno de ellos en una furgoneta todoterreno del fallecido donde su cadáver fue trasladado para esconderlo a una cueva remota en el entorno de un vertedero de basura.
Seguimientos de los movimientos que todos ellos llevaron a cabo en días previos y posteriores al momento en que se dio por desaparecida la víctima, "en la madrugada del 12 al 13 de marzo de 2015", permitieron recabar, según ha dicho, suficientes indicios de su culpabilidad.
Parecer este que ha compartido la abogada de la acusación particular, ejercida por los allegados del muerto, aduciendo que información facilitada por empresas de transporte y de telefonía a las que se consultó los sitúa en el lugar del crimen mediante el rastro de la señal de sus móviles y confirma que viajaron a Lanzarote expresamente desde otras islas y que, a fin de evitar sospechas, lo hicieron "de forma escalonada" y no en el mismo día.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular han calificado los hechos como delito de asesinato con ensañamiento, achacándoles además la segunda otro de detención ilegal porque las pesquisas policiales desarrolladas apuntan a que su propósito inicial era capturarlo vivo y retenerlo en la cueva donde se halló su cadáver.
Planes estos que se truncaron, sin embargo, al hacerles frente cuando fueron a atraparlo Juan Carlos Tejera, a quien acabaron por golpear hasta morir, decidiendo luego sepultarlo en la gruta que habían preparado para encarcelarlo, y en la que, a tal fin, habían preparado una estaca, una argolla fijada con hormigón al suelo, aparentemente para encadenarlo a ella, y hasta una tienda de campaña, según se descubrió cuando se encontró por fin el cuerpo, más de una semana después de estar buscándolo y con ayuda de guías caninos, de acuerdo con el relato de las acusaciones.
Además, las acusaciones consideran que la mujer a la que se acusa de complicidad con los supuestos asesinos creen probado que ayudó en distintas gestiones y al tratar de encubrir el crimen.
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