El secretario general de Coalición Canaria (CC), José Miguel Barragán, afirmó que “la abdicación del Rey Juan Carlos I y su próxima sucesión por parte del que hoy es Príncipe de Asturias es una oportunidad para afrontar, sin más dilación, la reforma de la Constitución y la construcción  de un nuevo pacto político, social y económico en España”.

Los nacionalistas canarios apuestan por “un proceso abierto a todas las fuerzas políticas que derive en una nueva Constitución, que integre a todas las generaciones, especialmente a aquel sector de la población no tuvo la oportunidad de expresar su voluntad en las urnas o que ni siquiera había nacido en 1978”.

Barragán destaca, a este respecto, las palabras pronunciadas por el Rey Juan Carlos I en las que apuesta por dar el relevo “a una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana”.

“Esta reforma debe servir”, según Barragán, “para cimentar el cambio y la recuperación del sistema democrático. Es una oportunidad inaplazable para demostrar que existe un compromiso para transformar un sistema político que, lamentablemente, es cuestionado por la inmensa mayoría de los ciudadanos”.

“La Constitución”, añade, “necesita un salto cualitativo y que la misma se adapte a los cambios que se han vivido en el Estado en los últimos 36 años. Su reforma exige consenso y un compromiso real de todas las fuerzas políticas. No abrir el diálogo sobre una reforma del sistema solo serviría para generar más desafección y más deslegitimación del mismo”. 

El secretario general de CC sostiene que “hay que generar un nuevo proyecto, que avance en el desarrollo del Estado de las Autonomías, con la inclusión de Canarias con un estatus propio en la Constitución, y que contribuya a mejorar la calidad de la democracia a través de más calidad de sus instituciones.

“En el caso de la Monarquía”, destaca, “es también inaplazable que se regule por ley su funcionamiento, que se defina el papel de la familia real y que se suprima de la Constitución la preferencia del varón en la línea sucesoria”.

Barragán concluye señalando que “la política no se ha adaptado lo suficiente a la nueva realidad social. Y no abrir este debate sería un ejercicio de irresponsabilidad y de ausencia de compromiso real para modificar un sistema que debe contribuir a que exista más  diálogo y debate entre los ciudadanos y sus representantes y, en definitiva, para articular un sistema más eficaz para poner fin a la crisis económica y política que hoy se vive en España”.