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Bar Tin Tan: más de 50 años con las tapas

El establecimiento ha sido incluido en la Guía Repsol con un “Solete”, en una nueva categoría que premia a los bares y cafeterías del día a día

María José Rubio 4 COMENTARIOS 23/08/2023 - 07:48

Hay antiguas cantinas y bares que forman parte de la memoria, que han sido el escenario de los primeros cafés -o coñacs-, las tapas para hambrientos a las seis de la mañana o la arrancadilla para los más rezagados en regresar a casa tras una noche de fiesta. Diario de Lanzarote hace un recorrido por una muestra de algunos de estos emblemáticos negocios, que mantienen la tradición y sus señas de identidad en un sector cada vez más plagado de franquicias y establecimientos impersonales, y que hacen honor al verso de aquella canción de los años 80: “Bares, qué lugares”.

Juan José Gutiérrez es la segunda generación que lleva el mando del Tin Tan. Un clásico cerca de la Vía Medular, situado en la calle Doctor Juan Negrín, en el que las tapas de garbanzas, estofado de cabra, caldo millo, costillas, sancocho, riñones, ensaladilla o atún en adobo son algunos de los platos diarios.

Juan José sigue siendo “religioso” en cuanto al horario de apertura. Cuando abre a las 5.30 horas ya tiene gente esperando, pero desde las cuatro de la mañana está ya en marcha en el bar. Tal vez si uno llega más tarde de las 11 de la mañana no se encuentre con su mítica tortilla porque “según sale, se acaba”, dice su dueño.

Eso sí, la plancha siempre está encendida y los bocadillos de pescado son un buen bocado a primera hora de la mañana para sus madrugadores clientes. Sin embargo, hay a quien de madrugada se le antoja una pequeña “tapita” de garbanzada o algo contundente para aguantar el día. “Es mejor que un Cola Cao”, dice Juan José riéndose.

El origen del nombre del conocido bar se baraja entre dos opciones: una de ellas sería el nombre artístico de un cómico mexicano y la otra la expresión “al tin tan”, en referencia a pagar al momento.

El bar, desde que empezó hasta el día de hoy, “no se ha movido de lugar”. Desde que su padre, Agapito Gutiérrez, abrió el negocio en 1967, “tal vez en septiembre”, recuerda su hijo, se ha mantenido “intacto”.

En 1992, su padre se jubiló y Juan José se quedó al mando, junto con su cuñado, Juan Leandro Rodríguez. Lo reformó todo, porque antes era una cantina como tal. Eso sí, sigue manteniendo las mismas tapas: “He innovado alguna cosita, pero lo que mi padre me enseñó lo sigo haciendo”. Así, cuando el frío aprieta, Juan José va poniendo al fuego su conocido caldo millo.

¿Por qué le cogió el relevo? “De chinijo me gustaba. Llegaba de la escuela y me ponía a fregar los platos y los vasos. Lo llevaba en la sangre”. ¿Seguirá una tercera generación de Tin Tan? “A mí me encantaría que siguiera con el negocio mi hijo”, apunta.

Juan José destaca los numerosos clientes que han venido gracias a las recomendaciones de otros, las búsquedas por Internet o el simple boca a boca. Anécdotas hay miles y muchas le vienen a la mente. “En esa época -cuando abrió su padre- no se podía contratar directamente a mujeres, no estaba permitido. Había que pedir un permiso especial a la Delegación del Gobierno para emplearlas”, recuerda de aquellos años del franquismo.

“Recuerdo también que vino un catalán que estaba trabajando aquí y se comió un bocadillo de pescado -una de sus especialidades- y me dijo que nunca se había comido un bocadillo así en Cataluña”. También le dio a probar un bocadillo de atún: “Esto no lo he probado nunca. El atún allí es en lata”, le dijo. “Luego me trajo a toda su familia”.

De izquierda a derecha, Juan Gutiérrez, su hijo Juan José y su cuñado Juan Leandro.

“Ha subido todo. Hay que hacer malabares para no subir el precio de las tapas”

Y es que lo que más le gusta a Juan José es que “ya vienen hijos de clientes” al Tin Tan. A día de hoy, el bar lo lleva junto con su hijo Juan José y con Juan Leandro, su cuñado que, desde los 14 años, está con ellos en el Tin Tan. “Mi cuñado es un empleado ejemplar”, recalca. Por supuesto, con la mano de María Isabel Rodríguez, su mujer, figura que está y ha estado al pie del cañón y, como él dice, es su “mano derecha”.

El encarecimiento de las materias primas es un quebradero de cabeza para los hosteleros. “Ha subido todo. Hay que hacer malabares para no subir el precio de las tapas”, comparte. El Tin Tan tiene las tapas a 2,50 euros. Juan José recuerda cuando un café costaba 60 pesetas. “Con los euros nos engañaron”, ironiza.

También señala que, a su parecer, antes se bebía más alcohol. “Se bebía mucho ron y coñac. El 90 por ciento lo vendía por la mañana siempre a conductores, albañiles... No en chupitos precisamente, ni con Coca Cola”, se ríe.

El Tin Tan aparece en la Guía Repsol con un “Solete”, en una nueva categoría que premia a los bares y cafeterías del día a día.

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Comentarios

¡Bonito artículo!
Todo muy bueno, pero ahora no puedo ir como antes,las tapas valían 1,5 ahora 2 euros El café 0,80 ahora 1 euro. Un refresco 1,80 . 1 botella agua 1 euro. 1 infusión 1 euro. Estamos yendo a uno que está cerca y más económico, son todos los días desayuno, debieran poner oferta para desayunar. para nosotros es ya caro, pero felicidades por el premio
La verdad que las tapas de los Juanes no tienen color, qué duren muchos años
Felicidades!!!, esa tortilla, la tapita de garbanzas y el arroz, acompañado de un leche y leche, y el ambiente ameno, no me lo quita nadie

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