La novela histórica se está abriendo paso en la Isla. En los últimos meses se han publicado varios títulos de este tipo en editoriales locales. La última novela es Ana Viciosa. La señora de Tinajo, de Ignacio Romero (Editorial Horizontes Atlánticos), que se ha lanzado también al mundo editorial. Es su primera novela, después de haber publicado poesía y otros libros sobre senderismo y naturaleza, además de Isla de Lobos, naturaleza e historia.

Este interés por la historia tiene un valor añadido. “En los últimos años existe un creciente interés por el estudio de los hechos históricos desde una perspectiva de género, que incorpora a la mujer como sujeto y protagonista, restituyendo la invisibilidad a la que ha estado sometida. Lamentablemente Lanzarote ha quedado relegada en este tipo de  estudios. El libro de Ignacio Romero cubre una parte de ese vacío, con el regreso al presente de aquella poderosa mujer, Ana Viciosa (...)”. Esto es lo que señala uno de los prologuistas del libro, José de León, sobre la novela. De León destaca el rigor científico de la novela, con “una gran cantidad de fuentes históricas trabajadas”.

La historia de Ana Viciosa es la del medio siglo más duro que ha tenido que vivir la isla de Lanzarote. Que ya es mucho decir. Ana Viciosa vivió en el tránsito entre el siglo XVI y XVII, en una época de sequías, hambrunas, una recaudación alta de impuestos, ataques piratas y un creciente fenómeno de despoblación. El marco histórico se completa con las luchas hereditarias por el territorio y la estrecha relación con Portugal.

Ana Viciosa fue una mujer que alcanzó gran poder en la isla y un control sobre buena parte del territorio. Su historia está rodeada de leyendas sobre su comportamiento, que han sobrevivido al paso de los tiempos. Romero la describe como una mujer poderosa y transversal. Pertenecía al mundo de la nobleza porque era sobrina de Diego de Herrera, el Marqués de Herrera y Rojas, pero a la vez pertenecía al pueblo llano, porque era hija de una morisca. “Tuvo que tener un enorme control del territorio”, dice el autor. Poseía tierras de su familia, por herencia familiar y además había recibido como donación del Conde el islote de Montaña Clara de donde “extraía orchilla, pardelas, marisco y pescado”, según señala la novela.

No se conoce su descripción física, aunque en la novela se habla sobre su físico. “La tengo que hacer de carne y hueso, claro, que se emocione, que sufra...”. La novela comienza en marzo de 1581, cuando Ana Viciosa se queda viuda y con cinco hijos por la muerte de su marido Juan de León Munguía, mayordomo del Marqués. Después hay casamientos, ataques, herencias y amores. El siguiente capítulo arranca en octubre de ese mismo año. Se cuenta la llegada de nuevos esclavos, los viajes a África o un juicio por brujería y aparecen otros personajes como Morato Arráez o Gonzalo de Argote. “Para sobrevivir se tuvo que saber mover bien en ese ambiente”. Tenía milicianos a su cargo y “tiró para adelante con todas las dificultades”, añade Romero. 

Uno de los motivos por los que ha llegado hasta nuestros días es la existencia de la cueva que lleva su nombre. Un grabado de la cueva aparece publicado por René Verneau. También atrajo a otros grandes investigadores como Hernández Pacheco. Es una cueva casi inexpugnable, una fortaleza de difícil acceso a unos 15 metros de altura, mimetizada con la roca, un escondite para evitar los ataques piratas y, según el saber popular, para sus encuentros carnales.

En la novela se cuentan algunos de esos posibles romances, entre otros con el pirata Cabeza de perro. “La cueva inexpugnable es un icono y probablemente en aquella época tendría un acceso más sencillo”, dice el autor, para el que los senderos de la Isla no tienen ningún secreto pero que nunca ha subido hasta ese lugar. “Los que han subido lo han tenido que hacer con riesgo y a través de varias escaleras colocadas ahí”.

Popular

La protagonista se llamaba Ana Vicioso de Saavedra y la traslación al nombre popular es fácil de desentrañar teniendo en cuenta su fama por esos encuentros amorosos. Muchas de esas historias o leyendas por las que ha permanecido en el imaginario popular de Tinajo tienen que ver con sus amores. “Ana tuvo que tener una personalidad fuera de lo común, que impactó de tal manera en la sociedad isleña que aún a día de hoy pervive entre nosotros”, señala el autor al final del libro.

Una disputa por unas tierras de Ana Viciosa se alargó hasta el siglo XX

Romero, en la presentación en el instituto de Tinajo, preguntó quién conocía el nombre de Ana Viciosa “y levantaron la mano cinco o seis” alumnos, que también habían oído hablar de la cueva. A lo largo del tiempo también permanecieron pleitos y disputas por las tierras en herencia. Dice Romero que una de esas disputas por unas tierras que pertenecieron a la protagonista de la novela, llegó hasta el siglo XX y también señala que es probable que no solo existiera una Ana Viciosa, sino varias, a partir de una de sus hijas.

Cuenta el autor que estaba escribiendo otro libro y que, en un momento de colapso, miró hacia el “listado de libros por escribir” y se paró en el personaje de Ana Viciosa. En dos meses estaba la historia sobre el papel. Su intención con la publicación de esta novela es divulgar la historia para todos los públicos, incluido el público juvenil, de una  forma más accesible que a través de la lectura de un libro de historia.