Los graves problemas de insalubridad en la Casa del Mar no se limitan al espacio habilitado como centro de menores no acompañados, cuyas malas condiciones y gestión derivaron en una denuncia en Fiscalía y en el anuncio de una querella por la Red Española de Inmigración.

La Inspección de Trabajo requirió al Ministerio de Inclusiones, Seguridad Social y Migraciones para que llevase a cabo una serie de actuaciones urgentes ante el mal estado en el que se encuentran también las dependencias ocupadas por los funcionarios del Instituto Social de la Marina.

El pasado 14 de marzo, la Inspección de Trabajo realizó una visita a las oficinas del Instituto Social de la Marina, que se encuentran en el edificio de la Casa del Mar, en la calle Velacho de Arrecife.

Las imágenes a las que ha accedido Diario de Lanzarote muestran el mal estado tanto del inmueble como de sus instalaciones más básicas. Baños nauseabundos por el desbordamiento de aguas fecales, con vertidos que llegan hasta los despachos, paredes desconchadas por la humedad y trozos de los techos desprendidos, además de cucarachas e insectos.

En el informe de la Inspección de Trabajo se apunta que “de la documentación aportada y efectuada visita de inspección” a las instalaciones del centro de trabajo, “se requiere a la entidad Instituto Social de la Marina” para que dé “cumplimiento” a la normativa que establece “las disposiciones mínimas de seguridad y salud”.

Así, el organismo del Ministerio de Trabajo tiene que recordar a una entidad del Gobierno central cuestiones básicas como que los lugares de trabajo “se limpiarán periódicamente”, que “se eliminarán con rapidez” manchas y residuos, o que hay que llevar a cabo “un mantenimiento periódico” y subsanar “con rapidez” las deficiencias de las instalaciones laborales.

La Inspección requirió una “limpieza exhaustiva” además de una “ineludible obra”

La Inspección de Trabajo destacó en su informe que, al margen de que se licite una “necesaria e ineludible obra” del centro de trabajo de la Casa del Mar, “se deberá realizar una limpieza de la totalidad de las zonas afectadas por el desbordamiento de aguas fecales”.

En concreto, exigió una “limpieza exhaustiva” de despachos, de un recibidor, y de los baños de mujeres y hombres. Le dio un plazo de 15 días para ello, y otro de tres meses para reparar la “totalidad de daños” en la instalación de saneamiento.