La magistrada Silvia Muñoz lo calificó como un libro “de terror”, aunque después matizó que en el fondo es un libro de amor: a la profesión de fiscal y a la ética, “por encima de todo”. Dijo en la presentación, que se llevó a cabo en la UNED de Lanzarote, que tras su lectura sintió pena, porque conoce al protagonista que relata esos hechos que le ocurrieron a él mismo, pero también admiración, por descubrir “una valentía poco común”.

El libro es El complot. La verdad del caso del fiscal Stampa (La Esfera de los libros) y el autor es el fiscal Ignacio Sampa, que empezó su carrera en 2004 en Lanzarote y que narra aquí gran parte de su vida y, sobre todo, los hechos que desencadenaron su salida de la Fiscalía Anticorrupción en Madrid por investigar al comisario Villarejo. Ese es el complot.

A Stampa le ha costado tres años escribir este libro haciendo un ejercicio de equilibrio entre lo que se puede y no puede contar para abordar una “historia inaudita e inesperada” en la que narra cuestiones personales “para que se entienda lo que pasó” porque “hay cosas que parecen casualidades, pero no lo son”.

Y para contar la historia de su encuentro con Villarejo y su desencuentro con la que fuera fiscal general del Estado, Dolores Delgado, entre muchos otros, empieza por Lanzarote. “Lo que me pasó en Madrid también me pasó aquí, aunque en menor escala”, dijo en la presentación.

La periodista Isabel Lusarreta fue la otra presentadora del acto. Recordó la “campaña brutal” de desprestigio que vivió Stampa en la Isla por sus investigaciones y dijo que “lo que no se había investigado en Lanzarote estalla de golpe, porque llegó una persona con ganas de investigar”.

El autor describe, por primera vez, cómo recibe el encargo de comenzar a investigar el caso Unión

Es el propio autor del libro el que describe, por primera vez, cómo recibe el encargo de comenzar a investigar el caso Unión. Le llama a su despacho el entonces fiscal delegado de Medio Ambiente, Antonio Vercher, y le pregunta qué es lo que pasa en Lanzarote y le dice que le va a ir a ver un capitán de la UCO.

Vercher puentea a los superiores más inmediatos de Stampa. “Desde Madrid se estaba sorteando a propósito el conducto reglamentario al hablar directamente conmigo”, dice en el libro.

-¿Qué es eso de la UCO?- le contesta Stampa, que después ha tenido tiempo de sobra de contestar él mismo a esa pregunta.

“Comencé a contarle todo aquello que en cierta manera llevaba tiempo atormentándome tras cuatro años en la plaza, ya que mi percepción era que el enemigo lo teníamos en casa. Siempre el peor enemigo está en casa (…). Le expuse que, a mi modo de ver, el problema esencial sobre el que pivotaba la corrupción medioambiental de la Isla era la constante y omnipotente presencia de un personaje siniestro con algún comprometido parentesco, pero esto mi interlocutor también lo tenía clarísimo, lo cual me liberó aún más”.

“Parecía como si lo controlara todo”, dice sobre esa persona que no nombra, pero de la que dice que era una de las pocas personas que manejaba el farragoso Derecho Administrativo en la Isla, en una clara alusión al exsecretario de Arrecife, Felipe Fernández Camero.

El fiscal Stampa también los problemas que empezó a tener cuando comenzó con el caso Stratvs

“Cuando los poderosos -escribe el fiscal- manejan durante tantos años y con tanta superioridad los despachos y las arcas municipales al antojo de sí mismos y de otros pocos, con el afán de acumular más y más dinero, dominio e influencia, llegan a tal conciencia de impunidad que la mínima injerencia en sus dominios la castigan con despótica severidad, sin miramientos y sin el menor escrúpulo”, añade.

También cuenta el fiscal los problemas cuando comenzó con el caso Stratvs. Dice que en la bodega nada era lo que parecía: “Todo era un trampantojo muy bien diseñado”. Narra que una visita de la Guardia Civil a la bodega finalizó tras el aviso del encargado al dueño sobre la presencia de los agentes para que recibieran una orden y se dieran la vuelta. Eso constaba por escrito en el sumario. “Uno se sorprende de encontrar determinados documentos cuando analiza todos los papeles y llega a la conclusión de que solo la desfachatez y esa interminable sensación de poder e impunidad permiten semejantes indecencias”.

Y habla de la campaña de descrédito de Chavanel, Canarias 7 y Lancelot. Sobre eso señala en el libro que se opuso a demandar también a Lancelot, propiedad de Juan Francisco Rosa, el dueño de la bodega, porque lo consideró “instigador y financiador de toda la campaña” y porque era una trampa porque la demanda le obligaría a apartarse de los procedimientos en su contra.

Al final del libro revela un dato “ya contrastado”: “Un empresario llamó por teléfono desde Lanzarote ofreciendo dinero a un periódico importante para que me machacaran mientras se celebraba el juicio sobre aquel asunto de corrupción urbanística y medioambiental relacionado con la bodega construida en La Geria”.

“Yo no pedí el caso Unión, ni Yate ni Stratvs ni Montecarlo y tampoco pedí el caso Villarejo”, afirma

Lusarreta dijo que el asunto es enrevesado, pero en el fondo la historia es muy sencilla: “Un fiscal que molesta a mucha gente que tiene amigos en las altas esferas”. Y pasó de Lanzarote a Madrid, donde las amistades eran “las más poderosas”. “Era imposible escapar”, dijo Stampa.

El fiscal reveló que se decidió a escribir el libro para que no le pase a nadie más. “Yo no pedí el caso Unión, ni Yate ni Stratvs ni Montecarlo y tampoco pedí el caso Villarejo”, afirmó. Dijo que en Lanzarote nunca dio entrevistas ni declaraciones y que estuvo investigando a Villarejo junto a su compañero Miguel Serrano con discreción durante 40 meses y callado otros tres años más. Hasta que le convirtieron en un personaje público con las acusaciones que después se han demostrado falsas.

En la Fiscalía de Madrid ha llevado ya 15 homicidios. Siempre le gustó más “la sangre que la corrupción”. Al final, afirmó que en el fondo le han hecho un regalo saliendo de Anticorrupción, mientras que otros protagonistas no están tan bien, como Dolores Delgado, cuyo último nombramiento por parte de Álvaro García Ortiz lo ha anulado el Supremo por desviación de poder... “Me alegro de que se esté poniendo en negro sobre blanco lo que pasó aquí porque el nivel de desprestigio al que llevaron la carrera fiscal quienes nos gobiernan era inconcebible”, señaló.