ENTREVISTA

“No existe ningún país del mundo en el que no maten a las mujeres”

Graciela Atencio, creadora de Feminicidio.net

Saúl García 3 COMENTARIOS 23/07/2025 - 06:53

Desde hace años estudia y publica en el observatorio feminicidio.net los datos sobre el peor reflejo del machismo: los asesinatos de mujeres. Estuvo en Lanzarote para participar en las Jornadas anuales de Mararía, este año bajo el lema Violencia contra la mujer: una mirada global: Feminismo sin fronteras, reflexiones desde España hasta los territorios en conflicto.

-¿Qué es feminicidio.net y por qué nace?

-Soy argentina, pero vivo en España desde 2003, y vine aquí denunciando los homicidios de Ciudad Juárez (México) porque viví allí casi tres años y cuando llegué estaba el tema en el punto álgido de la difusión mundial. Antes de salir casi huyendo, porque me amenazaron de muerte grupos vinculados a los asesinatos de mujeres, habían visitado la ciudad medios de comunicación de 93 países del mundo. Cuando llegue aquí investigué, estudié y fundé el Observatorio feminicidio.net que registra los asesinatos de mujeres con perspectiva feminista, o sea, los feminicidios en España, aunque nuestra intención era documentar en toda América Latina, pero nunca lo conseguimos por falta de fondos. Nuestro principal aporte es que documentamos todos los asesinatos de mujeres por razones de género porque el Estado español, por la Ley del 2004, solo consideró oficiales los del marco de la pareja. He de decir una cosa muy positiva de Canarias, que tiene una ley de violencia mucho más amplia que la del Estado español.

-¿Y cuál es la diferencia entre los datos?

-Es importante hacer la diferenciación, porque casi el 90 por ciento de los casos de los asesinatos de mujeres son cometidos por razones de género. Nos matan por ser mujeres. No existe ningún país del mundo, ninguna sociedad, por muy civilizada que sea, en la que no maten a las mujeres. Yo doy formación a fuerzas y cuerpos de seguridad, he dado cientos y cientos de conferencias desde el año 2003. Cuando estaba en México, que daba formación a hombres, al funcionariado, les preguntaba ¿por qué los hombres matan a las mujeres? ¿Y sabes cuál es la respuesta frecuente? Porque pueden, que es una respuesta muy dura y contundente. Está relacionada con la impunidad de la que históricamente han gozado los hombres, porque las leyes ligadas a los derechos de las mujeres tardaron mucho tiempo en entrar en vigor. No llevamos más de medio siglo del siglo pasado y un poco más de este en el que se ha reconocido la violencia contra las mujeres.

-¿Los hombres matan a las mujeres porque consideran que les pertenecen?

-Es un crimen de poder, es un crimen de dominación masculina, vinculado a la misoginia, porque cuando hablamos de feminicidios también tenemos que hablar del odio o aversión que los hombres tienen a las mujeres. Hay casos en los que la mujer, previamente, antes de ser asesinada, ha sufrido tortura, y algunas han sufrido tortura toda su vida a través del maltrato. La sociedad puede ver esto y acoger la causa de las mujeres que plantearon las feministas, como en la sociedad española: no queremos asesinatos de mujeres, queremos que sea una cuestión de Estado. Eso ha logrado que tengamos leyes avanzadas con respecto a otros países. Francia tiene una tasa de feminicidios bastante más alta que España, Alemania bastante más. El año pasado en Alemania fueron asesinadas más de 315 mujeres, en España no más de 100. En España tenemos un problema muy serio, como en todos los países del mundo, porque la violencia machista es estructural, pero sí se han tomado medidas, y las tenemos que cuidar por el auge de la ultraderecha.

“El aumento de la violencia social sexual viene a través de la violencia digital”

-Parece evidente que solo con el enfoque punitivo, con el Código Penal, este problema no se va a resolver, porque es más profundo...

-En lo que hay que trabajar es en la coeducación y en implicar a los hombres porque es un problema que tienen los hombres, pero que lo sufrimos las mujeres. Es fundamental que la coeducación se convierta en una cuestión de Estado en la que trabajemos por derrumbar los estereotipos de género, por la cultura de paz y por otra manera de relacionarnos. Están bajando en España los feminicidios, pero están aumentando otras formas de violencia. En las últimas estadísticas se denuncia una violación cada dos horas. Está aumentando notablemente.

- ¿Aumenta la violencia sexual o aumentan las denuncias? Puede que antes hubiera una violencia oculta, que no salía a la luz...

-Hay un debate. Hay posiciones que argumentan, como la exministra de Igualdad, Irene Montero, que el hecho de que tengamos más denuncias tiene que ver con la sensibilización social que ha habido por la Ley Integral del solo sí es sí, pero sin embargo yo, que me dedico a la formación, creo que estamos en un rearme patriarcal, que están aumentando notablemente las formas de violencia contra las mujeres y, en general, las violencias patriarcales, porque también existe la violencia entre hombres y hay más conflictos armados. La violencia contra las mujeres está aumentando particularmente en la crueldad, en el sadismo que se ejerce contra las mujeres, en la violencia simbólica. Los medios de comunicación tenemos un problema muy serio con la pornografía, que es una pornografía violenta, que enseña a los hombres a violar, que se exciten a través de la violencia.

-¿Estamos dejando en manos de la pornografía una supuesta educación sexual para chavales desde una edad muy temprana?

-Debemos, con urgencia, al menos prohibir el acceso de la pornografía a menores, de manera efectiva. Es muy difícil ahora con el entramado jurídico, porque es como ponerle puertas al campo cuando hablamos de plataformas tremendamente grandes a nivel global, pero tendría que haber un pacto social en la Unión Europea para presionar a esas plataformas. El Estado tiene que intervenir. La pornografía forma parte del lobby de la industria proxeneta. No podemos separar la pornografía de la prostitución porque a los niños se les enseña a que después sean consumidores de sexo. Ahí es donde encuentras la escuela de misoginia, porque que un varón en una escena le diga guarra, cerda, zorra, puta... es una violencia simbólica que ellas viven realmente, que no es ficción. Esas mujeres que sufren esa violencia sexual que estás viendo la están viviendo de verdad.

-¿Cuánto daño ha hecho el llamado amor romántico a las relaciones de igualdad entre hombres y mujeres?

-Lo que dinamita el amor romántico son las relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, en las que se rompe con los estereotipos, en que la mujer es autónoma, independiente, en la que se tiene que pactar qué tipo de relación tienes que tener. Parte del rearme patriarcal viene por ese lado. El rearme patriarcal también tiene que ver con que los hombres no aceptan la igualdad y se sienten víctimas del feminismo y sienten que las mujeres ahora tienen más derechos que ellos, cuando en realidad estamos tratando de alcanzar esa igualdad real. También ves ese rearme en la manosfera, ese grupo de hombres influencers que tienen millones de seguidores entre los más jóvenes. Uno de los ídolos máximos es Andrew Tate, que enseña a los jóvenes cómo tratar a las mujeres de manera violenta y patriarcal. Es proxeneta, fue uno de los que impulsó el negocio de las webcams, tipo onlyfans, y da cursos sobre cómo ser proxeneta. Ahí está es donde está el rearme patriarcal. Ahora estamos en la cuarta ola del feminismo. Si tú analizas las olas anteriores, siempre que ha habido un avance importante de los derechos de las mujeres ha habido una contrarrevolución.

“Francia y Alemania tienen una tasa de feminicidios más alta que España”

-¿Y esta cuarta ola por qué se caracteriza?

-Lo voy a poner en un eslogan: ya no más violencia sexual contra las mujeres. No toleramos que no podamos salir a la calle solas sin que nos acosen y nos violen. No nos callamos más con la violencia sexual que sufrimos en el marco de nuestras familias, por nuestros padres, por nuestras madres, nuestros hermanos, nuestros amigos. No toleramos la violencia sexual dentro de la pareja, que no se habla de eso, pero la violencia sexual también existe dentro de la pareja.

-De hecho, normalmente se tiende a pensar que el mal siempre viene de fuera y se insiste mucho, por ejemplo, en que las chicas no vayan solas a casa a ciertas horas, pero las estadísticas dicen que las agresiones más comunes se dan por personas del entorno.

-Totalmente. Cuando se habla de violencia sexual, en la cultura popular, la gente se sigue imaginando al sátiro en una calle oscura que aborda a una mujer, pero las estadísticas dicen que suelen ser varones cercanos. Y tenemos un problema muy serio: que está bajando la edad de los agresores. Vamos a publicar un libro que nos llevó más de un año de investigación sobre la violación grupal en España en el que hacemos un análisis del caso de La Manada y documentamos los casos de agresiones sexuales múltiples. Es un panorama bastante preocupante porque tenemos violadores de 12 años en escuelas que violan en grupo a una niña en el baño o en centros comerciales...

-Pero, al igual que con las denuncias... ¿Ahora hay más casos o es que antes ni siquiera sabíamos que esto ocurría?

-La violación es ancestral, sí, y es uno de los pilares del sistema patriarcal, como un instrumento de dominación y que sirvió para jerarquizar a los hombres por encima. Simplificando mucho. Pero lo que te encuentras ahora con esas formas de violencia sexual, no solamente es la violación, es que tienes unas formas que son actuales. Antes la sumisión química no estaba generalizada.

-Sin embargo, hace treinta años, digamos, abusar de una chica que estaba borracha, ni siquiera estaba mal visto.

-Tampoco sigue estando mal visto ahora. Según un estudio reciente, casi cuatro de cada diez jóvenes admite haberse aprovechado de que la chica había bebido para intentar tener sexo. Eso sigue vigente, solo que se ha incorporado una nueva forma, como también están las violencias digitales. El sexting, que es una práctica sexual permitida y que se supone que no implica violencia, pero que se convierte luego en venganza. La principal amenaza ahora, el aumento de la violencia social sexual, viene a través de la violencia digital. La favorece el anonimato, aunque sea por un conocido. Los niños y las niñas que son atacados o que sufren violencia sexual, en muchos casos es porque están en un chat...

-Todos los cambios profundos tienen que ver con la educación, pero en el caso de España, ¿cómo afrontamos esa coeducación si hay quien ve las políticas de género como una cuestión ideológica o si la Iglesia católica sigue controlando la gran mayoría de los colegios concertados y no admite este tipo de cosas?

-Estamos ante un riesgo con el auge de la ultraderecha y de esa reacción patriarcal que tiene un porcentaje importante de los hombres, y que no podamos conseguir avances. Si no prohibimos el porno ni hacemos políticas de Estado para limitar el uso de los móviles, del ordenador... El Estado tiene que intervenir, pero también tenemos un problema social sobre qué hacemos para dejar solo a nuestro hijo en su habitación, que parece que está en su habitación sin hacerle daño a nadie todo el día con el ordenador y no nos hemos ocupado de todo lo que entra por ahí... Tenemos una plataforma de formación dirigida sobre todo al público en general y a profesionales pero estamos pensando incorporar cursos y talleres para progenitores, padres y madres, para que aprendan cómo tratar a sus hijos e hijas y qué educación darles. Porque sí, estamos notando que hay falta de dedicación y de tiempo.

Comentarios

Sí, claro. En cambio a los hombres no los matan en ninguno.
Ni tampoco ninguno en el que no maten a más hombres que a mujeres.
El sabado febrero matan el conejo en el paso

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