Raúl Martínez Morales (Granada,1971) es licenciado en Astrofísica y desde 2003 se dedica a la divulgación por todas las islas, adonde lleva su Galactarium, un planetario itinerante, para acercar a la población el conocimiento sobre las estrellas. Para este otoño e invierno ha puesto en marcha un programa de siete sesiones que se lleva a cabo los viernes, gratuitamente, en el planetario de la Escuela de Pesca.

Hace una década que se dedica a la divulgación astronómica en Canarias. ¿En general, la población de Lanzarote demuestra tener conocimientos sobre las estrellas?

Hay de todo. Actualmente la astronomía en Canarias tiene un cierto peso, aunque no tanto en Lanzarote como en otros sitios como La Palma, pero sí se siente el peso. La gente tiene interés y con el paso del tiempo se va acercando a estas actividades. Hay cosas curiosas. Hace años, en unas experiencias en La Graciosa, me di cuenta de que los niños de La Graciosa conocen mejor el cielo que los de Lanzarote, supongo que porque está mucho menos contaminado y salen a la calle y pueden verlo sin problema.

¿Cuál es el mayor obstáculo para observar el cielo?

El principal enemigo es la luz. Ahora cuesta encontrar un sitio donde se vea bien porque cada vez vemos menos el cielo. También hay factores que influyen como el alisio. En las islas altas, a partir de cierta altura tenemos un cielo muy limpio pero aquí le da otras características: la parte Sur del alisio, de Teguise o San Bartolomé para abajo es menos húmeda pero está más contaminada. Jameos, Masdache o Mozaga son buenos sitios.

¿Y la observación de las estrellas también puede ser un atractivo turístico?

Hay empresas que se dedican al astroturismo. Igual que se “vende” el sol se pueden “vender” las estrellas y nos nutrimos de la fama del Observatorio de Canarias. También tenemos mejor tiempo que en Europa y el cielo más despejado.

¿Qué es más importante: mirar mucho el cielo o estudiar mucho?

Las dos cosas. Si se mira mucho el cielo se acaba estudiando porque se quiere comprender.

¿La astronomía debería ser una asignatura en el colegio?

Sí, de de hecho se estudia, no como asignatura pero sí dentro de Conocimiento del medio y en Secundaria. Es una ciencia básica y tiene una multiplicidad, echa mano de la física, de la geografía, del dibujo, de las matemáticas, la química, geología... Además está arraigada en nuestra cultura, el origen de nuestro calendario y nuestra hora, los días de la semana… Los ciclos que han servido a la humanidad para avanzar han sido astronómicos.

¿Cada vez se sabe más o se desconoce más?

Se sabe mucho más y también se sabe que no se sabe nada. Cuanto más sabemos también nos damos cuenta de lo mucho que nos queda por conocer.

¿Cuaĺ ha sido el último descubrimiento revolucionario en astronomía?

El conocimiento se va construyendo poco a poco. Un descubrimiento revolucionario fue darse cuenta de que La Tierra es redonda. Ahora parece muy fácil pero todos los descubrimientos se hacen poco a poco, como la teoría de la relatividad o la física cuántica. Ninguno es trabajo de una sola persona sino de muchas. Las grandes cosas se construyen entre muchos.

¿Hay algún apoyo público para la astronomía en Lanzarote?

Actualmente estamos con la iniciativa privada. Hace unos años había una aportación pública para el centro que hubo en el Castillo de San Gabriel pero luego desapareció.

¿Y hay afición a la astronomía, hay alguna asociación?

Ahora no hay asociación pero en estos programas de divulgación se van creando grupos y la gente tiene curiosidad. Para tener afición ya se requiere maś compromiso, echarle más tiempo.

¿Mirar las estrellas ayuda a darse cuenta de que el hombre no es el centro del universo?

Esa visión desapareció hace mucho tiempo cuando nos dimos cuenta de que no somos el centro del sistema solar ni estamos en el centro de la galaxia. Somos una parte más del universo y probablemente haya muchos seres más, apasionantes, y no me refiero necesariamente a extraterrestres con inteligencia sino a animalitos. Debe ser posibe. Nosotros somos una pequeña parte del universo, muy interesante y valiosa, pero una pequeña parte.

Eso puede ayudar a relativizar las cosas y vivir de otra forma…

Debería, primero, quitarnos esa sensación de ser el ombligo del mundo, y segundo, para valorar lo que tenemos. Cuando hablas con gente que sale de su tierra natal y vuelve, se da cuenta de lo maravilloso que es su lugar, pues cuando descubres otros mundos fascinantes y miras para atrás, ves lo maravilloso que es esto y qué poco conscientes somos de que no lo valoramos, no nos damos cuenta de lo frágil y maravilloso que es el ecosistema. Es fascinante este hecho. Eso debería darnos conciencia de que debemos cuidar este planeta, no pensar en los resultados económicos ni el crecimiento rápido y cercano, sino a largo plazo, y no un enriquecimiento individual sino colectivo, que sirva para todos los seres vivos, porque nosotros sin los animales ni sin las plantas no podemos sobrevivir.

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