Suya es buena parte de la responsabilidad de que Lanzarote cuente con campeones de España y destacadas actuaciones internacionales, tanto en categoría masculina como femenina, en un deporte del que apenas existe una treintena de licencias federativas a nivel insular. No en vano, fue uno de los artífices de su implantación en la Isla a finales de los 80 junto con el que fuese primer delegado insular de piragüismo, Andrés Ibáñez. Melillense de nacimiento y lanzaroteño de adopción, José María García Ríolobos preside la Federación Canaria de Piragüismo desde hace ocho años y es miembro de la junta directiva de la Federación española.

¿Cómo se siente tratado el piragüismo canario institucionalmente?

A nivel institucional le estamos agradecidos tanto al Cabildo de Lanzarote como a los ayuntamientos de la Isla porque nos están apoyando bastante. Otra cosa es que reivindiquemos un reparto más equitativo de las subvenciones deportivas a nivel autonómico. Hay que tener en cuenta que los gastos por asistir a las competiciones son muy elevados. De hecho, el año pasado nos quedamos sin competir en el campeonato de España por no poder costearnos los desplazamientos.   

¿Y cómo es posible que con tantas dificultades y tan pocas licencias Lanzarote cuente con campeones de España?

Pues a base de mucho sacrificio por parte de todos, desde los padres que se ven obligados a realizar importantes desembolsos económicos para que sus hijos puedan competir fuera de la Isla hasta los propios piragüistas, que son los verdaderos protagonistas. Aunque no sean de mucha cuantía, con las ayudas que recibimos nos las vamos apañando para que el piragüismo no se muera y se siga practicando. Hay que tener en cuenta que las piraguas pueden medir más de 6 metros y que no se pueden guardar en cualquier lado. Al principio, cuando funcionábamos como sección deportiva de la Casa del Miedo, las almacenábamos en un hangar al lado del castillo de San Gabriel. Después, durante un tiempo nos las permitieron dejar en el Club Náutico de Arrecife. Pero ahora hemos tenido que alquilar nuestro propio local en el número 14 de la calle Fuerteventura, cerca del Charco de San Ginés, lo que nos supone un gasto importante.

¿Qué le diría a aquellos padres que pueden verlo como un deporte peligroso para sus hijos?

Sobre todo les invitaría a que lo probasen. Es normal que un padre pueda tener reparos al principio, como sucede con todos los deportes náuticos en general. Pero pueden estar tranquilos porque cumplimos con todas las normas para que los niños puedan empezar a practicarlo con garantías desde los 8 años. Es más, nos llaman constantemente para colaborar en los dispositivos de seguridad de otras pruebas que se desarrollan en el mar como los triatlones o las travesías a nado, y a veces no damos abasto en ayudar a sacar a gente del agua. En este aspecto prestamos un servicio importante al deporte insular.

¿Qué objetivos inmediatos tiene marcados en la Isla?

A nivel federativo queremos asistir a los campeonatos autonómicos, nacionales y del mundo de Kayak de Mar, que es en la única especialidad en la que competimos. Y también a las concentraciones de tecnificación que convoque la Federación española. A nivel general, nuestro objetivo es difundir el piragüismo por los colegios de la Isla y entre la gente de la calle. Se disfruta mucho dando un paseo en una piragua. Cuando se descubre, es un deporte del que es muy fácil enamorarse, porque te ayuda a evadirte y a cargarte las pilas. Tiene una magia especial. Además estamos rodeados de mar y gozamos de un clima favorable todo el año, así que contamos con unas excelentes condiciones para practicarlo.

Familia de campeones

Se aficionó desde que tenía 10 años viendo a su hermano practicarlo en la zona del Puente de las Bolas y tan bien se le dio que el pasado mes de septiembre añadía un título más a su ya brillante trayectoria en categorías inferiores, proclamándose campeona de España sub 23 de Kayak de Mar, modalidad que se desarrolla en aguas abiertas y en la  que hay que recorrer distancias de entre 10 y 15 kilómetros.

Seguía así Elsa Torres Fernández los pasos de su hermano Víctor, quien hace dos años se proclamaba también campeón de España de la misma modalidad y categoría, pero en K2, junto al majorero Raúl Salmerón del club Herbania (Fuerteventura y Gran Canaria son las otras dos islas punteras de Canarias, donde existen unas 250 licencias).

“La verdad es que no sabría decir exactamente por qué me gustó. Puede ser que fuera porque me ayudaba a desconectar. Pero el caso es que desde que empecé ya no lo he podido dejar”, afirma esta joven lanzaroteña que a sus 22 años se entrena en la actualidad con el club Amigos del Piragüsimo de Las Palmas de Gran Canaria, donde estudia fisioterapia.

“A diferencia de lo que se pueda pensar, en el piragüismo no sólo ejercitas los brazos, sino todo el cuerpo. Por eso además de técnica se necesita también muchas horas de gimnasio y de fondo físico”, señala Elsa que lo define como un deporte “sacrificado pero a la vez sano, bastante completo, divertido y de muy buen rollo, donde nadie va a pisar al otro y con el que conoces a muchas personas nuevas”.

Y entre ellas se encuentran las actuales subcampeonas de España juveniles y campeonas de categoría cadete en 2011, Paula Rijo Hernández y Claudia Rodríguez Viera,o el subcampeón de España junior, Matías Gabriel Di Candia,palistas del único club existente en la Isla, el Marlines presidido por la propia Elsa, que con sus destacados resultados han contribuido al prestigio que ostenta el piragüismo lanzaroteño en la modalidad de Kayak de Mar.