“El mayor riesgo del modelo lanzaroteño está en la soberanía alimentaria”
Marta Arnés, especialista en Desarrollo Rural y Agroecología
Marta Arnés es bióloga especializada en desarrollo rural y agroecología y estos días recopila en Lanzarote datos para su máster sobre Patrimonio agrícola mundial, enfocado a la red de Sistemas ingeniosos del patrimonio agrícola mundial (SIPAM) de la Organización de la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO). Su objetivo es analizar e identificar los cultivos tradicionales de la Isla y “dignificar el papel del agricultor y su importancia en la naturaleza, manteniendo la agrobiodiversidad, el conocimiento tradicional y, sobre todo, la seguridad alimentaria”.
-Háblenos de su trabajo en la Isla para la nueva red SIPAM creada por la FAO.
-La Organización de la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas sostiene la necesidad de nuevos modelos de agricultura para el futuro inmediato que sean más sostenibles, diversos, resilientes, enfocados localmente y socialmente justos. En este ámbito, trabajo sobre esta red que se ha creado a nivel mundial, denominada Sistemas ingeniosos del patrimonio agrícola mundial. La idea es reconocer y mantener espacios especiales, por el ingenio del agricultor que ha moldeado la naturaleza y ha ideado paisajes increíbles. En Lanzarote, estamos analizando e identificando la zona de los cultivos tradicionales. El objetivo es dignificar el papel del agricultor y su trabajo en la naturaleza, ayudando a que se mantenga el paisaje, la agrobiodiversidad, el conocimiento tradicional y, sobre todo, la seguridad alimentaria, que es un criterio esencial para la FAO. Respecto a mi trabajo, me acabo de especializar en el máster de Patrimonio agrícola mundial, con la idea de formar parte del cuerpo de especialistas técnicos de la FAO capacitados para reconocer estos espacios. He pasado varios años en Camerún, con poblaciones indígenas de la selva, y opté por esta especialidad porque es un tema que está resultando dramático a nivel mundial. Se están perdiendo espacios increíbles, pero, sobre todo, se está olvidando el papel de nuestra especie en la naturaleza. La lucha por la conservación ambiental ha terminado aislando al ser humano y lo ha sacado del medio, cuando en realidad es esencial para mantener la naturaleza y conservar los paisajes. En muchos casos, al sacar el elemento humano, la consecuencia es la erosión del suelo y la naturaleza y la pérdida de muchísimos recursos.
-En el caso de Lanzarote, ¿piensa que cumple los preceptos del Comité Hombre y Biosfera de la Unesco sobre actividad humana sostenible o cree que la Isla está devorando a su hijo con el modelo turístico implantado?
-Pienso ambas cosas. Por un lado, el turismo está siendo realmente masivo y, si no se tiene cuidado, se puede perder precisamente todo lo que se ha conseguido, pero, por otro lado, en mi opinión, la gente de Lanzarote es muy crítica con el territorio, con todo. Para mí, que conozco muchos lugares, la Isla es un ejemplo mundial de mantenimiento, de reconocimiento, de protección. Estoy impactada en general y, en concreto, con el nivel de cumplimiento de los parámetros sostenibles, así que no puedo ser tan crítica con Lanzarote como con otros lugares que he visto. De todas formas, está bien ser críticos y no dejar de luchar por mantener tu cultura, tu territorio, tu tradición y, sobre todo, la soberanía alimentaria. Hay que pensar que ahora está asegurada, pero, si en algún momento se diera una situación de aislamiento, ¿lo estaría? Porque los agricultores son los que traen la seguridad alimentaria y esa pata cojea. Ese sí que es un riesgo que se puede correr en Lanzarote. Por ejemplo, el paisaje de La Geria es una marca para los turistas que vienen a verla. Si no se mantiene al agricultor, si no se le reconoce, se va a perder el paisaje y con ello el turismo. En cualquier lugar del mundo puedes ir a la playa, pero no en todos lados puedes ver algo tan singular como Lanzarote.
-¿Qué destacaría del modelo agrícola isleño que ha conocido estos días?
-La verdad es que en Lanzarote impacta todo. Solo el hecho de que se haya conseguido mantener la agricultura tradicional hasta una generación anterior me parece increíble, porque, en general, en muchos lugares, el agricultor ya hace unas cuantas generaciones que no existe. Ese es un elemento muy importante en la Isla. Son los abuelos los que están transmitiendo ese conocimiento. Y los lanzaroteños lo viven de manera muy fuerte. La gente joven tiene sus viñedos. Aparte tienen un trabajo que les mantiene, pero hacen la agricultura por tradición. Están haciendo hoyos en La Geria simplemente porque quieren, porque tienen ese conocimiento de sus abuelos, ese cariño a la tradición, a su tierra. A mí eso me impresiona.
-Usted, que conoce tantos países ¿Ha visto este modelo en otro lugar en el mundo?
-Lanzarote es absolutamente único entre las zonas que he recorrido. Islas volcánicas hay en muchos lugares. Cerca de la isla de Chiloé (Chile) encuentras paisajes volcánicos increíbles, como Chaitén, pero lo que no encuentras es al ser humano trabajando ese espacio para sobrevivir en él y con el conocimiento de siglos.
Comentarios
1 Paco Lun, 12/08/2019 - 10:08
2 anonimo Lun, 12/08/2019 - 12:15
3 5 Lun, 12/08/2019 - 14:29
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