Parto cerebral: un año de arte en El Quirófano
Se unieron para dar visibilidad, profesionalidad y oportunidades al arte joven en Lanzarote. Son ex alumnos de la Escuela de Arte Pancho Lasso que han unido sus neurotransmisores para ser más fuertes. Tienen su taller, y punto de encuentro, en el centro sociocultural de La Vega y en junio se cumplirá el primer aniversario de su activa y combativa galería: la Sala El Quirófano.
Los artistas lanzaroteños Moisés Fleitas, Emma López-Leyton, David GP y Sheila Betancort llevaban años tratando de ejercer su profesión, aquí, en Madrid, en Tenerife; cansados de exponer en bares y de entrevistarse con programadores que les daban largas y luego cerraban su sala (municipal) dos meses.
“Tenía muchas ideas de buscarme la vida con lo que hago, pero al final me di cuenta de que si quieres dedicarte al arte, tienes que hacerlo allí donde estés, y como aquí tengo mi pequeña familia” — dice Emma mirando a sus compañeros— decidí volver para intentar hacer algo en común ellos”.
Llevan años de amistad y de proyectos conjuntos, pero hace dos formalizaron su unión y crearon la asociación cultural Parto Cerebral. El ayuntamiento de Arrecife les cedió una sala del centro sociocultural de La Vega, “un espacio enorme que estaba medio abandonado; sólo venía una parranda a ensayar, que sigue viniendo”. En 2015, decidieron presentarse a la convocatoria de subvenciones culturales del mismo consistorio capitalino para conseguir financiación y crear una galería de arte. La sala El Quirófano.
Dicho y hecho. Les aprobaron el proyecto e invirtieron el dinero en transformar una sala del teleclub en un espacio expositivo diáfano, con paneles móviles, multifuncional. De mantenerla y de gestionarla se encargan ellos, con tiempo y esfuerzo. El Quirófano es un centro autogestionado que en junio cumplirá su primer aniversario y que se ha convertido en una de las salas con programación más estable y público más fiel “y variopinto”.
Tenían claro que si abrían, tenían que tener “exposiciones mensuales”, contenido contra viento y marea. No podían contagiarse de los males que ellos, y otros compañeros, padecieron: espacios que exigen al artista que abra y cierre la sala, "haciendo un trabajo no remunerado"; que no tienen criterio expositivo claro, ni contacto con la cantera local... Ocurre con los espacios expositivos municipales y con el mismísimo Museo Internacional de Arte Contemporáneo, dicen.
“El MIAC es un caso aparte. Debería ser un centro importante en la isla. Los museos son sitios a los que ir asiduamente, son espacios vivos, que siempre están en movimiento, refrescándose y este no lo es”, valora Moisés. El resto asiente. En la comparación con el Tenerife Espacio de las Artes (TEA), el MIAC queda reducido a fortaleza del siglo XVIII “y a restaurante”.
El próximo mes de junio, El Quirófano celebrará su primer aniversario. En estos últimos 365 días han expuesto la obra de Cristian Schulz, Sara GDM, Alex V Schröder, Adriana SanDec, Felipe de la Cruz, Ifrabe, Marcos García, Odette Kellner, Mr. Trazo, Rowan Newton, Elena Ardanaz, Cristian Sánchez, Iván Vilella, Laura Gherardi, Antonia Bacallado, Óscar Marín Repoller, Josefa Toledo, Inma Armas, Ivan Vilella, Jaqueline Sánchez, Lena Finkeldey, Nicutz, Pepe Betancort, Tami SD, Tirsa Tapia, Paula Paxian, Ione Quesada, Judith Moralez, Atchen Pounapal, Donovan Curbelo, Marcos García, los alumnos del ciclo de Fotografía del Pancho Lasso, Kant (del colectivo Ars Magna, autor del mural que ilumina el parque de La Vega) y su propio trabajo.
Vale tu obra, no tu trayectoria
Ilustración digital, grafito, óleo, acuarela, tinta, café, collage, fotografía, abstracción, surrealismo, caricatura, literatura…. Las técnicas, las disciplinas y las nacionalidades de los autores son muy variadas. No necesariamente es arte contemporáneo, sólo exigen producción reciente. Tampoco seleccionan obra en función de la trayectoria del artista, sino de su estética y propuesta creativa.
Parto Cerebral se financia exclusivamente de las aportaciones de sus colaboradores y, cuando hace falta, de sus propios bolsillos. “No estamos subvencionados”, recuerdan. Por de pronto, buscan un diseñador que les ayude a crear una web donde reunir un catálogo virtual de los creadores. Imprimir uno en papel, cada mes, acabaría con su presupuesto. “Tenemos que priorizar: primero necesitamos tachas y material para montar la exposición”. Primero el contenido, luego el contenedor y la promoción.
Les gustaría utilizar otra sala del centro sociocultural para impartir talleres, porque la formación es otra piedra fundamental de su lucha: “La gente joven necesita alternativas de ocio. Si no les damos la oportunidad de expresarse, con talleres de grabado, grafiti o de lo que sea, no se van a expresar”, dice David. “Y no sólo formarse, también ver proyecciones de cine o teatro que un adolescente pueda pagar de su bolsillo; no existe una oferta asequible, yo trabajo y tampoco tengo dinero para pagar por la oferta cultural”, añade Emma. La Sala Buñuel era uno de esos lugares. La apertura del retrasadísimo CIC El Almacén la consideran “de carácter muy urgente”, pero sigue pendiente de un papel.
En este fructífero año han colaborado con Ars Magna y con la Bienal Off. Los veremos en mayo, ejecutando una performance en la Feria del Libro de Arrecife. Su objetivo a largo plazo es crear una residencia de artistas. Son conscientes de que requerirá mucho trabajo pero están convencidos de que conseguirán ponerla en marcha: “Vivir y trabajar sin preocuparte de si lo que estás haciendo te va a dar dinero o no, hacer lo que quieres hacer”, resume Emma. Un cambio sistémico y de moneda: decir adiós a la tiranía del capital y practicar, en serio, la economía sociocultural. “Se puede”, dice David. “Tenemos mucho, mucho que trabajar.
Comentarios
1 indignado Jue, 12/05/2016 - 08:47
2 p.ico2 Jue, 12/05/2016 - 09:29
3 DeTias Vie, 13/05/2016 - 06:43
4 Antonio Vie, 13/05/2016 - 07:29
5 Pepe Betancort Lun, 23/05/2016 - 21:51
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