El denunciante del caso Yate, Carlos Espino, señala tras la aceptación de la condena de prevaricación por las licencias de los hoteles ilegales de Costa Teguise por parte de Juan Pedro Hernández, que se queda “con el hecho de que el alcalde ha reconocido claramente que dio las licencias de manera contraria a la ley y esto aclara mucho la situación frente a los que hablaban de inseguridad jurídica”. “Por fin hay un alcalde que reconoce que dio las licencias de forma irregular”, asegura.

Espino añade en declaraciones a Diario de Lanzarote que “es una decisión inteligente por parte de Juan Pedro Hernández por colaborar con la Justicia; y el tratamiento siempre es mejor del que le corresponde, ese mensaje debería de escucharlo quien tenga que escucharlo”. “Hernández ha dicho que dio las licencias de forma irregular, no que fuera un malentendido”, subraya Espino.

Según Espino, “algunos se han empeñado en que la historia reciente de Lanzarote la tienen que escribir los tribunales; todo este tipo de cosas pudieron acordarse, se pudo respetar la normativa, llegar a acuerdos para que se produjeran compensaciones al interés general… pero algunos se han empeñado en que la escriban los tribunales y la seguirán escribiendo porque quedan capítulos muy importantes”.

“Esta sentencia”, continúa, “cierra de alguna manera ese capítulo kafkiano de que en Lanzarote faltaba un 'papelito' o había inseguridad jurídica o un Plan Insular enrevesado, o unos alcaldes coartados de manera anticonstitucional en su libertad de dar licencias”.

El denunciante del caso Yate asegura que “algunos se han empeñado en que la historia reciente de Lanzarote la escriban los tribunales”

“Aquí han empezado a aflorar los hechos con la lectura real, que algunos han pretendido esconder”, recalca Espino. “Algunos pensaban que por su dinero o su cercanía a las instituciones podían eludir la ordenación y la normativa urbanística, y en este momento la ley cae sobre el alcalde y se continuará esta línea contra algunos que fueron contra el interés general”.

Además, según señala el ex secretario insular del PSOE, “esto coloca la pelota en el tejado de otros”. “El Ayuntamiento de Teguise tendrá que afrontar este asunto, más allá del intento kafkiano de que los alumnos de la Escuela Pancho Lasso pinten los esqueletos, y por otra parte obliga a una reflexión sobre las posible modificaciones de los instrumentos de ordenación para dar cabida a este tipo de situaciones”, concluye.