Formado por un equipo de veterinarios de la Isla

Guardianes de la biodiversidad: el Servicio de Fauna auxilia animales y protege endemismos

Foto: De la Cruz.
M.J. Tabar 1 COMENTARIOS 10/05/2015 - 08:13

Ramón Gustems (Barcelona, 1956) quiso estudiar Biología pero se decantó por Veterinaria “por sentido práctico”. Desde hace 25 años reside en Lanzarote y atiende en su clínica a los animales que recoge el Servicio de Fauna Silvestre Accidentada, el Seprona o ciudadanos con la suficiente “educación” para preocuparse por un pájaro con un ala rota.

El Programa de Recuperación de Animales Accidentados involucra a Tragsa, empresa responsable de atender las llamadas en el 696733177, recoger y transportar los animales; al equipo de veterinarios -que firmó un convenio de colaboración con el Cabildo- y a varios centros recuperadores como Aquarium Costa Teguise, Rancho Texas o Guinate Tropical Park, donde la fauna completa su rehabilitación antes de regresar, si todo va bien, a la vida en libertad.

A veces el desconocimiento es el peor enemigo del ser humano y de los animales que le rodean. Con los pollos de la avutarda hubara, ave esteparia que habita el jable lanzaroteño, pecamos de exceso caritativo. “La gente ve un pollo y piensa que está perdido, porque no ve el nido, que es una sencilla depresión en el terreno”, explica Ramón. Los huevos se confunden con pequeñas piedras y no es la primera vez que se recogen pollos en perfecto estado de salud, ante la mirada vigilante pero impotente de sus alados progenitores. “Si un animal no está accidentado, hay que dejarlo en su hábitat”, recuerda.

Aunque la ley prohíbe que nos apropiemos de un animal silvestre, a veces sucede. Se han recogido pollos de cernícalo y se han criado en una casa hasta que la criatura de rapiña crece y el tamaño de la realidad le viene grande al rescatador humano. El animal queda inadaptado y es incapaz de valerse por sí mismo fuera del ámbito doméstico. Este fue el caso de un ejemplar que llegó recientemente a esta clínica veterinaria con un problema en un ala. “Probablemente tuvo un vendaje y no se curó bien”. Es fácil deducir que vivió algún tiempo con personas porque “pide comida”.

Otra recomendación dirigida a los pescadores es que no corten el sedal si capturan por accidente una tortuga boba (Caretta caretta, especie protegida). A veces lo hacen por miedo a una multa. “No les va a pasar nada, deben llamar por teléfono para que atendamos al animal”, insiste Ramón. Cuanto antes llegue, antes podrá extraérsele el anzuelo y recuperarse.

En otros casos, es nuestra pésima gestión de los residuos la responsable de las muertes de animales en el mar. Los sacos de rafia que se usan para empaquetar papas y cebollas o las mallas de plástico de los refrescos son uno de los principales problemas para estos quelonios marinos en peligro de extinción. Son trampas en las que se enredan y se hieren, sufriendo abrasiones y amputaciones.

El equipo de biólogos del Aquarium Costa Teguise ha rehabilitado varias tortugas con aletas amputadas que han conseguido volver al océano. En 2013 se hizo una suelta en Playa Chica con varios ejemplares recuperados. Durante la época de cría, aumenta el número de pájaros accidentados. Algunos pollos no consiguen despegar y terminan en el suelo. En octubre y noviembre les pasa a las pardelas. También le ocurre a la garcilla y otras aves.

El problema del petrel de Bulwer es otro y vuelve a ser responsabilidad humana: queda deslumbrado y desorientado por las farolas que iluminan el cielo en vez de la calle. Esta contaminación lumínica se ha denunciado en varias ocasiones y desde diversos frentes (biólogos, ecologistas, aficionados a la astronomía y ciudadanos de a pie que padecen y pagan el derroche energético).

Cuando sopla el viento del Este, a la isla pueden llegar especies migradoras “muy raras”. Es el caso del chotacabras, un pájaro que sigue la ruta Norte-Sur pero que resulta irremediablemente empujado mar adentro por la fuerza del viento. En ocasiones, los puertos son la vía de entrada para algunos ‘polizones’. El catálogo español de especies exóticas invasoras advierte que está prohibida la puesta en libertad de culebras, ratas (parda y negra), muflones y un largo etcétera de animales introducidos, como el erizo moruno, que resultan una amenaza para la diversidad biológica nativa.

Además de auxiliar a cualquier animal accidentado (un cernícalo albino por ejemplo, que por su genética queda inhabilitado para cazar; o una iguana negra como la que se capturó hace un tiempo en La Santa), el objetivo de este servicio es proteger los endemismos lanzaroteños (la musaraña o el lagarto de Haría) y cuidar el equilibrio del frágil ecosistema autóctono.

Operación rescate

El 15 de mayo, a las 19 h, el salón parroquial de La Graciosa acogerá una charla sobre la problemática de la conservación de las tortugas y el protocolo que debemos seguir si nos encontramos un ejemplar herido o enmallado. Participarán la bióloga Arrate de Velasco (Aquarium Lanzarote), Blanca Rodríguez (Proyecto Tortugas Marinas en el Caribe mexicano) y el jefe de acuaristas de Aquarium Lanzarote, Carlos Abuim.

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