Tiene que haber muchos ejemplos más, pero hay dos paradigmáticos en la Isla de políticos que parece que no tienen pasado y que sí lo tuvieron, y bastante triste, pero que sin embargo siguen viviendo de la gestión pública: los ex concejales de urbanismo de Yaiza y de Teguise.

Con la paulatina degradación de la política se ha rebajado el nivel de exigencia tanto que la gestión política es buena siempre y cuando un cargo no sea condenado por la Justicia. Si nos atenemos a este lamentable requisito, los dos ex concejales están capacitados para seguir en la vida pública. Si nos atenemos al sentido común y a un somero análisis sobre el resultado de la gestión de estas dos personas, hace tiempo que debían estar dedicándose a sus cosas.

Debe ser que Tato Rodríguez, en Yaiza, y Domingo Cejas, en Teguise, no gestionaban ni planificaban nada como concejales de urbanismo. Queda claro que eran unos meros interlocutores de promotores y vecinos y cobradores de licencias. Para eso no hace falta un concejal. Basta con un funcionario. Las fuerzas políticas a las que pertenecían y pertenecen son de las que dicen que los ciudadanos (el pueblo, dicen) sólo quieren gestores. Puede que hagan falta gestores, pero sobran los procuradores, que es el papel que han hecho, y que siguen haciendo, estos y otros concejales de urbanismo.

Tan sólo con ver el resultado del urbanismo aplicado en esos dos municipios en los años noventa y principios de este siglo bastaría para que no se volvieran a acercar a la gestión, pero sin embargo, ahí siguen. Y ahora lo hacen en partidos distintos a los que los acogieron hace años. Talento tienen, obviamente. Qué talento tienen ya es otro tema.

Rodríguez no ha sido capaz ni siquiera de dar explicaciones ante la juez por Stratvs pero sí aportó decretos que no había aportado el Ayuntamiento. Lo suyo no es la oratoria. Presentó un nuevo partido y no fue capaz de abrir la boca. De la nefasta labor de Tato no duda ni siquiera su actual compañera de partido, que dijo en esa misma rueda de prensa que el urbanismo del municipio estaba “patas arriba” y que han tenido que ordenarlo. Y claro, mantiene al mismo concejal de urbanismo que tenía su antiguo enemigo íntimo, José Francisco Reyes.

Cejas fue el concejal de urbanismo de Juan Pedro Hernández, al que le piden cuatro años de cárcel por algunas de esas licencias. Será ese mérito o el de los esqueletos de Costa Teguise el que le ha llevado a que San Ginés le nombre asesor en el Cabildo y responsable del contrato del vertedero de Zonzamas, ese mismo por el que apartó a Sergio Machín porque había muchos millones en juego. Machín o Cejas, política lanzaroteña del Siglo XXI: duelo de titanes.