Lo de estar a la altura de la institución que representan, o al menos sr conscientes de ello, no parece que sea uno de los puntos fuertes de los políticos insulares en los últimos años. En lo más básico: se representa a la institución, no al partido por el que fueron elegidos.

Se ve esto perfectamente en los sucesivos pactos de gobierno y en la absurda insistencia por trasladar a la opinión pública que un supuesto éxito no es del grupo de gobierno sino de uno de los partidos que o forman.

Lo hemos visto en todos los pactos en cualquier ayuntamiento o en el Cabildo y ya estábamos tardando en verlo con los nuevos grupos de gobierno. CC y PP ya han empezado una guerra estéril por ver quién se apunta el tanto de la cesión de un suelo para un proyecto que llevan anunciando veinte años. Pelear por la nada: capítulo veinte.

Pero no solo no se está a la altura en el espacio. Tampoco se está en el tiempo. Hay políticas que los nuevos grupos de gobierno cambian respecto a los anteriores, con toda lógica. Pero hay otras que se trata de compromisos adquiridos por la institución, y que hay que cumplir, con fervor o sin él.

El Cabildo se comprometió a facilitar la escritura de las setenta casa de Valterra a sus propietarios. Es un compromiso firme. Se aprobó un proyecto de ley y tenían un año (ya menos) para hacerlo. El nuevo grupo de gobierno ya se está haciendo el remolón, probablemente porque es un compromiso del anterior grupo de gobierno, que por cierto lo asumió porque el Ayuntamiento de Arrecife no quiso asumirlo. Para el Cabildo no es una opción, es una obligación, esté quien esté.