Un sueño americano en Titerroy: cómo aprovechar un despido para montar una empresa
De un mal trago laboral puede florecer una oportunidad inesperada. Manuel de Paz, 30 años, era conductor en el aeropuerto de Guacimeta de las pasarelas móviles que se acoplan a los aviones. Lo despidieron en abril del año pasado “injustamente”, recalca, y llevó a la empresa a juicio. “No me había hecho un perrito caliente en mi vida”, admite. Hoy tiene, junto a Francisco, su hermano menor, un floreciente negocio especializado en comida rápida “con sabor americano”, que ha abierto dos locales en menos de un año.
Francisco (27 años), cuyo apodo, Puchi, se ha convertido en marca, se ganaba la vida en Las Palmas como instalador de comunicaciones autónomo, pero tras ocho años fuera quería regresar a Lanzarote. Manuel aprovechó el despido y le hizo una visita. En Gran Canaria estaba despegando “un nuevo estilo” en el mercado de la comida rápida y decidieron lanzarse.
Cogieron la indemnización del aeropuerto y la invirtieron, hasta el último céntimo, en su primer local, en la calle Gregorio Marañón de Titerroy. “Es más, hasta le pedí 20 euros a mi abuelo para comprar un grifo, y nunca perdí la esperanza”, subraya. Abrieron en septiembre del año pasado y en febrero, “el cien por cien de las ganancias” las invirtieron en su segundo local, en Puerto del Carmen, a unos metros del centro comercial Biosfera. Más grande, con terraza y comedor, además de con turistas, funciona con mucha clientela conejera.
Manuel de Paz aprovechó su despido de un trabajo estable para montar con su hermano Ca’Puchi
Para llegar aquí han tenido que pasar por un periodo de experimentación y aprendizaje a marchas forzadas. “Las recetas de los perritos son cosa nuestra, a base de hacer pruebas en casa”, recuerda Francisco. Durante tres meses su cocina se convirtió en un laboratorio, con “degustaciones” con amigos para conocer lo que gustaba y lo que no. Apostaron por productos de calidad y en ocasiones no tuvieron fácil encontrar lo que buscaban. “La carne molida la compramos fresca y la preparamos nosotros, la salsa pesto nos la hace una italiana, el pan de los perritos es del día…”.
El estreno tampoco fue sencillo. “La apertura fue un caos”, reconoce Francisco. “Se abrió y se elaboraron 150 perritos en cinco horas. Nunca habíamos hecho eso”. Les faltó material y un sistema con el que organizar los pedidos. Ahora preparan de media unos 300 perritos al día y han llegado a servir más de 400. “La necesidad y la rapidez en las ventas nos ha obligado a crear un sistema de producción, como una cadena de montaje”, explica Manuel. “Muchos proveedores se reían por las cantidades que encargábamos y llegó un momento en el que alguno no tenía capacidad para dar lo que le pedíamos”.
En la carta de Ca’Puchi hay casi una decena de perritos: desde el Liberty, el más sencillo, al que “están acostumbrados” los turistas, pasando por el Texas Ranger, con carne tex mex, queso en virutas y cheddar, cebolla crujiente y papas pajas, o el California, uno de los más solicitados, con el toque que le da el ‘sweet chilli’. Francisco dice con una sonrisa que su “gran éxito” es una “salsa secreta”, dulce, que da sabor a las papas Manhattan, otra especialidad.
Su empresa de comida rápida con ‘sabor americano’ ya tiene dos locales en apenas un año
La empresa no sólo les cambió la vida a Manuel y Francisco. “Hace un año empezamos tres y ahora somos nueve, todos amigos de la infancia, gente que conocemos, del barrio, gente de confianza y que muchos estaban en el paro”, señalan. “Hay que diferenciar cuándo estoy como amigo y cuándo como jefe, pero hay compañerismo”, resalta Francisco. Manuel da una clave: “Vamos rotando en los puestos: en la caja, en la freidora, en los perritos… con lo cual todos aprendemos de todo”.
Su objetivo es convertir su negocio en franquicia y expandirlo a otras Islas. “En Fuerteventura estaremos en menos de un año y después nos queremos lanzar a la Península”, asegura el hermano menor. “Las expectativas son grandes”, afirma Manuel. “Uno no lo hace por dinero, es algo más simbólico, tener a mi hermano cerca y sacar un negocio adelante. Que venga el aeropuerto en peso, te vean y te digan ‘coño, no te habían despedido…’”. “Pues da las gracias a tu jefe”, sentencia Francisco.
Comentarios
1 Jose Dom, 07/09/2014 - 12:51
2 Estefania Lun, 08/09/2014 - 00:21
3 Maria Jose Lun, 08/09/2014 - 01:45
4 Maria Jose Lun, 08/09/2014 - 01:45
5 Maria Jose Lun, 08/09/2014 - 01:45
6 cristina Mar, 09/09/2014 - 08:14
7 Sergio Mar, 09/09/2014 - 14:59
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