El sector pesquero de Lanzarote lleva años atravesando un temporal. Ahora mira con cierta esperanza el acuerdo pesquero con Marruecos para los próximos cuatro años mientras que la flota de bajura se enfrenta a la competencia desleal del furtivismo.

Seis atuneros con base en Arrecife se beneficiarán desde este mes de agosto del convenio suscrito entre la Unión Europea y el Reino alauí: Ave María II, Cima de Oro, Izar Alde, Monte Arballu, Santuario Barquereño y Zeruko Erregiña. Otra embarcación de La Graciosa, el Teide II, también puede aprovecharse del acuerdo y faenar en aguas bajo jurisdicción marroquí.

Los seis atuneros que resisten en Arrecife son lo que queda de una flota que llegó a ser mucho más numerosa. En los últimos 15 años, explica Domingo Hernández, secretario de la Cofradía de San Ginés, se ha visto mermada “en un 75 por ciento”. A finales del pasado siglo había “seis sardinales inmensos”, otros cuatro de una empresa mixta con Marruecos, unos 20 atuneros y una decena de barcos artesanales, además de las embarcaciones de bajura, recuerda.

Hoy en día, al margen de los atuneros, sobreviven unos 26 barcos de bajura. En total, “no llega a 200 trabajadores directos” aunque, explica, “un puesto en la mar equivale a cinco en tierra”.

El atún que capturan las embarcaciones con base en Arrecife se comercializa en exclusiva a través de Optuna. Su gerente, Andrés Cedrés, dice que sin el acuerdo con Marruecos se han estado capturando “entre 1.200 y 1.300 toneladas” por zafra. “Gracias a un acuerdo con Portugal del año pasado se subió a Madeira”, señala Hernández.

Con el convenio con Marruecos, “si antes se faenaba hasta septiembre o noviembre, ahora si vas con una mancha hasta África, hasta mediados de diciembre puedes estar pescando”, resalta Cedrés. “Es una puerta abierta muy interesante para nosotros”, subraya.

No obstante, el convenio con el Reino alauí tiene su peaje: Marruecos ingresará unos 40 millones por cada uno de los cuatro años de duración, entre derechos de acceso, cooperación y canon por licencias y capturas. Los atuneros tendrán que desembarcar el 25 por ciento de las capturas de especies como la melva o el listado. Entre las exigencias plasmadas en los acuerdos pesqueros ha estado la obligación de contratar a personal marroquí, “de un listado del Gobierno”.

El día a día de las embarcaciones pesqueras de Lanzarote y La Graciosa no es sencillo. “La situación está mal, pero vamos escapando”, dice Francisco Rodríguez, patrón de la cofradía de La Tiñosa, al otro lado del teléfono antes de atracar. La Tiñosa tiene 17 barcos y unos 36 marineros.

"Hay mucho furtivo sacando lo que les da la gana", denuncia Gregorio Páez, patrón mayor de La Graciosa

“El sector está un poco jodido”, resume de manera gráfica Gregorio Páez, patrón mayor de la cofradía de la octava isla, con 33 barcos “y unos 70 trabajadores directos”. Destaca como uno de los principales problemas a los que se enfrentan “el furtivismo”, especialmente en la Reserva Marina, a la que le “falta vigilancia”. “Hay mucho furtivo sacando lo que les da la gana”, subraya Páez. “A los [pescadores] deportivos les dejan coger cinco kilos al día, pero hay quien saca 40 o 50, lo que les cuadre”, denuncia.

Con el estallido de la crisis hace seis años, las licencias para pesca recreativa se multiplicaron por tres, rozando las 3.500 autorizaciones. Tomás Vicente Martín, patrón mayor de la cofradía de Playa Blanca, con unos 14 barcos, coincide en que hay “mucho furtivo” y que eso perjudica a los profesionales. “Pero entiendo que si estás en paro tengas que alimentar a la familia y hacer lo que sea”.

Reivindicaciones: más medios y combustible más barato

La cofradía de La Graciosa destaca entre sus reivindicaciones, mejoras pendientes en el ‘travel-lift’, para sacar a los barcos del agua, que supondrían una inversión de unos 100.000 euros y el cierre de la rampa de varado. La de Playa Blanca reclama que la acuicultura quede acotada en Playa Quemada y no invada otras zonas de litoral “donde se cogen calamares y carnada”.

La cofradía de San Ginés pone el acento en la necesidad de instalar pantalanes en Puerto Naos, frente a la cofradía, para los barcos pequeños. Y se queja del gasto en combustible. “Los seis atuneros pueden consumir al cabo del año un millón de litros, y superar de largo los 600.000 euros de gasto”.