El permanente aislamiento del Islote de Fermina
La apertura se retrasa de nuevo, pero cuando abran las diferentes instalaciones que se han planteado lo harán de forma progresiva y, de momento, sin la piscina
El verbo abrir, precedido del sujeto ‘el Islote de Fermina’, solo se conjuga en futuro. Así es desde hace años. Desde 2018, cada año se anuncia una fecha de apertura, que después se pospone. Es tal el retraso para abrir esta infraestructura que la concesión que Costas hizo al Ayuntamiento de Arrecife para su gestión por un periodo de diez años se agotó el año pasado sin que el recinto hubiera abierto, y su renovación es otro de los motivos del nuevo retraso.
La última fecha de apertura señalada era a finales del mes de julio. La anunció la alcaldesa de Arrecife, Astrid Pérez, y tampoco se ha cumplido. Antes de esa, el Cabildo dijo que abriría en la primera quincena de marzo de 2021: “Con vistas a su inminente apertura, las tres instituciones llevan meses coordinando y articulando protocolos de actuación con el fin de dotar a este espacio estratégico de nuevo contenido orientado al uso público de todos los lanzaroteños”, decía una nota institucional.
En agosto de 2019 se dijo que abriría en octubre de ese año: “Décadas después, el espacio ideado por César Manrique está casi listo para su uso”, señalaba el Cabildo. Tampoco abrió, a pesar de que las obras, en realidad, finalizaron hace casi dos años.
Otra fecha más. En junio de 2017, el entonces presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, anuncio que abriría a principios de 2018. Presentó el llamado Proyecto Fermina, que iba a costar 1,4 millones para desarrollar el uso náutico deportivo y una especie de vivero tecnológico para albergar iniciativas ligadas a la evolución de la industria turística. San Ginés llegó a decir lo siguiente: “El Islote de Fermina es el icono del fracaso político en Arrecife”. Tampoco lo sacó adelante.
En esta ocasión, lo que falta es la firma del convenio entre el Ayuntamiento y los Centros de Arte, Cultura y Turismo que se harán cargo de la gestión. Se firmó un convenio entre el Ayuntamiento, el Cabildo y los CACT para las obras, pero no para la gestión. Intervención aún no ha dado su visto bueno. Arrecife cede la gestión, pero a su vez la recibió de Costas y la concesión se tuvo que renovar en febrero de 2020 para otros diez años.
Apertura progresiva
Desde los Centros Turísticos apuntan ahora que quizá pueda abrir en agosto. En cualquier caso, será una apertura progresiva. La idea que se baraja es que el recinto sirva para realizar eventos: conciertos, presentaciones, ferias..., pero llevará instalaciones fijas.
Por un lado, un observatorio costero, del que se encargará Patrimonio, con el objetivo de emprender acciones encaminadas a la participación de la población en las tareas de conservación del mar a través de campañas de limpieza y conocimiento de los fondos, de recuperación de sebadales y de reconocimiento de fauna.
Además, habrá una oficina que gestionará el Ayuntamiento, aún por concretar, y un observatorio de cambio climático ligado a Naciones Unidas. A esto hay que sumarle instalaciones para deportes náuticos y una cafetería que gestionarán los CACT. En 2019, el proyecto incluía el pago de una entrada si se quería visitar. Se había hecho un borrador sobre la explotación del espacio que arrojaba unas pérdidas anuales de unos 100.000 euros. Ahora, la entrada será gratuita.
Las instalaciones se irán incorporando poco a poco. Una de las que tardará será la piscina. Los CACT han tenido que llevar a los tribunales a la empresa encargada de las obras porque ha dejado desperfectos y se producen filtraciones de agua constantes. Hasta que no se resuelva el pleito y se arregle de nuevo el vaso de la piscina, no abrirá.
Varios intentos
El diseño inicial para la intervención en el islote, en los años setenta, es de César Manrique. Proyectó una piscina, un solarium, un embarcadero y un bar. Las obras se iniciaron, pero no terminaron. Mucho tiempo después, en el año 2000, la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, con Juan Carlos Becerra al frente, convoca un concurso de ideas que gana el arquitecto Carlos Morales con el proyecto Mareas, que eliminaba la piscina central e instalaba un centro para la vela. Nunca se hizo.
En 2005, la misma consejería, esta vez con Manuel Fajardo Feo como consejero, dice que se va a recuperar el proyecto de César. Destina un presupuesto de 1,2 millones a las obras, aunque el coste final es casi el doble, y se inaugura poco antes de las elecciones de 2007, inacabado. Entre otras cosas, faltaba la instalación eléctrica porque no había suficiente potencia contratada. Un año más tarde, en agosto de 2008, se hace entrega definitiva de las obras y se inaugura una exposición del Instituto Tecnológico de Canarias, con otra consejera lanzaroteña, Rita Martín.
Laberinto burocrático
El islote pertenecía a la Autoridad Portuaria y la concesión había caducado. Se firma una prórroga en 2009, pero el tiempo que ha estado cerrado ha perjudicado al espacio y hay que ejecutar más obras de mantenimiento y arreglo. Puertos decide desafectar la zona, que ya no tiene uso portuario, y ahí comienza un laberinto burocrático. El islote pasa a depender de Costas, con quien se debe firmar. Mientras tanto, mientras se van moviendo los papeles, el islote sigue cerrado y los vándalos se mueven más rápido. Arrecife elimina la vigilancia nocturna y, en pocos meses, el islote pasa a ser una ruina.
Aún hubo otro intento, con presentación incluida en el Ayuntamiento de Arrecife de un acuario privado y se planteó actualizar el proyecto de Morales, pero al final hubo que volver a adjudicar otras obras para dejar el espacio a punto.
Comentarios
1 Vecino Jue, 05/08/2021 - 09:13
2 Juan Angel Jue, 05/08/2021 - 09:24
3 Vergüenza Jue, 05/08/2021 - 15:49
4 Paco Jue, 05/08/2021 - 16:45
5 Germán Jue, 05/08/2021 - 17:35
6 Lalo Jue, 05/08/2021 - 19:26
7 Anónimo Jue, 05/08/2021 - 19:42
8 Realidad Jue, 05/08/2021 - 23:17
9 Ocio Vie, 06/08/2021 - 18:28
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