El Ayuntamiento de Arrecife creó una comisión de expertos para proponer el cambio de nombres de calles relacionados con el franquismo, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. La comisión propuso trece cambios, pero después dejó varios sobre la mesa: Jacinto Borges, Coronel Valls de la Torre y Viera y Clavijo.

Hubo una segunda propuesta, que consistía en mantener la denominación de Jacinto Borges en la actual calle Fernández Ladreda, que en principio no iba a desaparecer. Ahora hay una tercera propuesta, después de aceptar gran parte de las alegaciones de vecinos y familiares de Borges y Valls de la Torre.

La propuesta del departamento de Cultura es la siguiente: mantener la calle Valls de la Torre, eliminando del nombre el cargo de Coronel, dejar la calle Jacinto Borges en su sitio y con su nombre, mantener la Calle Viera y Clavijo, y cambiar García Escámez por el presidente de la República Juan Negrín, así como Fernańdez Ladreda por Amadou Ndoye, escritor y traductor africano.

Fernández Ladreda fue militar, ministro de Obra Públicas durante el franquismo, fundador de la CEDA y “protagonista del aparato encargado de la represión”.

Jacinto Borges fue un joven soldado que murió en la Guerra Civil en el bando nacional. Su familia alega que su nombre no tiene connotaciones represivas y que el propio Jacinto vivía en esa misma calle al igual que gran parte de su familia y que aún hay familiares viviendo en esa vía, próxima al Charco de San Ginés.

Los familiares de Jacinto Borges señalan que el primer empedrado de la calle lo subvencionó la familia Díaz, “padres y tíos de Jacinto”. Destacan el aprecio que la vecindad sentía por la familia y que trasladar su nombre a otro entorno no tendría sentido.

“Un acto de verdadera injusticia”

Los descendientes de Valls de la Torre consideran que su eliminación del callejero sería “un acto de verdadera injusticia hacia una persona siempre recordada en la Isla como ejemplo de hombre de bien, caritativo, que ayudó altruista y desinteresadamente a gran parte de la población, y que siempre pese a su condición de militar ayudó a multitud de personas significadas políticamente y con ideologías contrarias a la que imperó durante el régimen franquista”.

Por este motivo presentan escritos firmados por descendientes de Félix Pérez Camacho, presidente del Cabildo de Lanzarote durante un breve periodo en la II República, confirmando que Valls de la Torres reclamó su traslado a Lanzarote para evitar su ejecución cuando éste estaba en el campo de concentración de Las Palmas, argumentando que “no había cometido otro delito que pensar de otra manera”.

También presentan la certificación de que donó en 1945, junto a su mujer Magdalena Díaz, unos terrenos en La Destila al Ayuntamiento de Arrecife para que se construyeran casas de alquiler reducido para los más necesitados.

Viera y Clavijo, un honor

Finalmente, los vecinos de la calle Viera y Clavijo también presentan alegaciones oponiéndose al cambio de nombre de su calle, ya que ese nombre iba a figurar en la actual García Escámez.

Señalan que es un honor mantener ese nombre que lo propusieron los propios vecinos en 1994, que les causa gran perjuicio a los comerciantes y residentes “que tanto lucharon” para establecer su denominación y que el cambio responde a cuestiones “arbitrarias y de conveniencia” puesto que Viera y Clavijo no está relacionado con el franquismo.