Carmen Delia Tejera, madrastra de Verónica Molina Lillo, la joven cuyos restos aparecieron en su vivienda en Tinajo, se entregó este martes y ha ingresado en el centro penitenciario de Tahíche. La mujer se encontraba en situación de busca y captura después de que no compareciera el lunes para ingresar en prisión.

La madrastra de Verónica fue condenada por el Juzgado de lo Penal a una pena de tres años de prisión por un delito de malos tratos habituales, con la circunstancia agravante de reincidencia, y a cinco meses de cárcel por un delito de profanación de cadáver.

En la sentencia se destaca que la mujer, "obrando con completo desprecio al vínculo familiar" que la unía con la joven y a sus "deberes de protección y respeto", con "intención de atentar contra su integridad física y moral" la "golpeaba de modo frecuente" en su domicilio de Tinajo.

La sentencia añade que Carmen Delia también sometió a "malos tratos psíquicos" a Verónica, hija de su esposa, que sufría una minusvalía del 68 por ciento. La joven falleció "por causa desconocida", según el Juzgado, en 2012.

Los restos de la joven, que tenía 27 años cuando falleció, aparecieron en una bolsa escondida en la vivienda de Tinajo, descubierta por la Policía Nacional en febrero de 2013, a raíz de la denuncia de su hermano.

Según la sentencia, Carmen Delia Tejera "obligaba" a su hijastra a realizar tareas domésticas y labores del campo, "haciendo un completo abandono de las necesidades de higiene y salud" de la joven, "forzándola a permanecer oculta y encerrada en una de las dependencias anexas al domicilio", que carecía "de las condiciones necesarias de salubridad".

Por el contrario, el Juzgado absolvió al hijo de Carmen Delia, Zeus Montolio Tejera, del delito de malos tratos por el que había sido acusado. Consideró la jueza que "no se ha acreditado" que fuera "consentidos pasivo de la situación padecida por Verónica" ni que la hubiera podido "haber subsanado o evitado".

La sentencia también detalla que, una vez fallecida Verónica, su madrastra, "faltando al debido respeto a la memoria de los muertos, metió su cuerpo en bolsas" y "la enterró en un agujero en el jardín del domicilio familiar" ubicado en la calle Morro, número 5, de Tinajo.

"Posteriormente", en el mes de enero de 2013, "la desenterró, quemó sus huesos, y los introdujo en una bolsa de basura dentro de una mochila que ocultó en una grieta existente en las dependencias anexas a la vivienda".

La jueza señaló que "no se ha acreditado" que en la profanación del cadáver participara otra hija de Carmen Delia, Keila Francisca Montolio Tejera, que se sentó en el banquillo de los acusados y que resultó absuelta.