Después de una de las intervenciones policiales que el Ayuntamiento de Arrecife se ha empeñado en llamar desokupaciones, el alcalde de Arrecife escribía en sus redes sociales: “Los vecinos de esta zona de Argana Alta ya pueden dormir con tranquilidad y seguridad. La calle recupera la normalidad tras la intervención de la Policía Local de Arrecife. (...) Para que los vecinos tengan seguridad. Y vivan con tranquilidad”.

Sin entrar en que lo que está haciendo el Ayuntamiento es trasladar un problema (el de las personas que utilizan esas casas como fumaderos y que se irán a otro sitio, en lugar de intentar solucionarlo), queda claro que al alcalde le preocupa, como es lógico, el descanso y la tranquilidad de sus vecinos. Al menos de una parte.

De forma paralela, y gracias a la organización de fiestas y conciertos por parte del Ayuntamiento, ya se ha dado el primer paso para crear una Plataforma contra el ruido que forman vecinos preocupados a la vez por su propio descanso y tranquilidad, pero con alguna dificultad para poder acudir a la Policía Local para que desokupe la actividad que avala el Ayuntamiento.

Probablemente el alcalde se tenga que reunir con los vecinos de la Plataforma contra el ruido para explicarles que hay tranquilidades y tranquilidades, que el ruido organizado es mejor que la algarabía espontánea o que los decibelios programados son menos molestos que los gritos sin programar.

Pero quizá sea la consecución de tranquilidad más sencilla para unos vecinos que tenga el alcalde en sus manos. Quién mejor para devolver la tranquilidad que aquel que provoca la intranquilidad.