Hace veinte años ya se planteaba la misma solución pero no se hizo nada. Entonces, el problema se enfocaba como un pleito entre municipios, entre Tinajo y Yaiza, aunque también entre Yaiza y el Cabildo. Lo ideal para no solucionar un problema real es inventarse un problema entre administraciones. No falla nunca.

Yaiza quería su aparcamiento y Tinajo quería el suyo. Ninguno lo tuvo. El asunto se aparcó y, años después, se planteó otro aparcamiento dentro del Parque, en El Chinero. Otro requisito más para que las cosas no cambien nunca: plantear una solución ambiciosa. Tampoco falla.

Siempre se puede esperar a que las cosas se solucionen solas, pero no suele pasar. La suerte es que las grandes colas de coches se producen solo en verano. Y el resto del año se olvidan. Pero las colas no son el problema, son el síntoma. El patronato del Parque Nacional de Timanfaya reconoce que la calidad de la visita está muy mermada por el exceso de afluencia, tanto en el Islote de Hilario como en el Echadero de camellos.

“Los aparcamientos están colapsados y no queda espacio para la circulación de las personas, de forma que no se aprecia la visita al Parque, que se hace esquivando los turismos y guaguas”, dice la Memoria del año 2021.

Se vuelve a hablar, de nuevo, de poner dos aparcamientos: uno en Mancha Blanca y otro en Yaiza, para que los coches no entran el Parque. Eso es solo un primer paso, aunque imprescindible. Los coches no deben entrar al Parque. Pero, para no trasladar los atascos de un lugar a otro y que mejore la calidad de la visita, habría que establecer una central de reservas y que se compre la entrada online, con la hora de visita fijada.

Lo que pasa es que esta solución quizá obligue a limitar el número de visitantes diarios al Parque. Y, de la misma manera, en el resto de Centros turísticos tampoco vendría mal. Así que lo más lo probable es que dentro de veinte años sigamos hablando de buscar una solución.