EL PASEO
Por Saúl García
No debería ser tan difícil poner todos los esfuerzos en hacer cumplir la ley en lugar de negociar. Se trata de derribar y pasar la factura
Dice el alcalde de Teguise que tanto él como su grupo de gobierno y los técnicos municipales llevan “mucho tiempo negociando con los propietarios de las construcciones inacabadas”. “Nos hemos tomado siempre muy en serio la gestión en materia de Urbanismo en Teguise, y prueba de ello es que alguna cadena ya ha mostrado su intención de actuar sin que afecte al bolsillo de los ciudadanos de Teguise”.
Es interesante esto de negociar con quien carece de licencia y tiene una construcción en estado de ruina. No debería ser tan difícil poner todos los esfuerzos en hacer cumplir la ley en lugar de negociar. Se trata de derribar y pasar la factura. Todo lo demás, como la solución que se intenta articular, es premiar al infractor. Sin contar con que esa solución está abocada al fracaso: no se puede modificar el planeamiento para encajar una ilegalidad.
Pero esa solución no solo es inconveniente. Es extemporánea. Supone construir un nuevo hotel, y con este ya serían dos nuevos en Costa Teguise y otros dos en Playa Blanca. El Gobierno acaba de conceder una nueva licencia.
Bendecir la construcción de nuevos hoteles es tirar la toalla en la capacidad de regulación que tienen los poderes públicos. Cumplen los requisitos, tienen derechos edificatorios y tienen licencia. Bien. Ahí sí que no se negocia. El procedimiento es sagrado. Es el mercado, amigo. Y seguirá siendo el mercado cuando se llenen estos hoteles nuevos y los viejos queden vacíos o, peor aún, llenos por un precio ridículo. El problema particular de muchos será de todos.
Lo único premium de verdad es reducir el número de camas y no seguir dando facilidades. Baleares acaba de decretar que congela la creación de plazas turísticas, “tanto hoteleras como vacacionales, durante los próximos cuatro años con el objetivo de iniciar un decrecimiento real del número de las plazas de alojamiento”.
Hay que reconocer que es muy difícil derribar un hotel. Incluso aunque no haya llegado a estar abierto, como los esqueletos de Costa Teguise. Ahí sigue en pie el hotel de El Algarrobico a pesar de que está construido en suelo no urbanizable de especial protección del Parque Natural de Cabo de Gata. El Gobierno central y la Junta de Andalucía acordaron derribarlo hace diez años y aunque parezca mentira, tiene licencia en vigor y los tribunales no ordenan el derribo.
¿Qué tendrá el hormigón que es tan difícil de tirar? Debe de estar construido con el mismo material que los mitos del progreso, que son aún más resistentes.
Comentarios
1 Rasmunsen Lun, 28/02/2022 - 13:18
2 Premium Lun, 28/02/2022 - 14:10
3 Isla Perdida Lun, 28/02/2022 - 20:42
4 Números Lun, 28/02/2022 - 22:15
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