Puede ser ejemplo también de muchas otras cosas, pero no sé si puede haber mayor ejemplo de la conversión invisible de personas en consumidores que las dificultades de un archipiélago, de un país o de un continente, para educar y alojar a varios miles de menores de edad, frente a la llegada de 14, 85 y más de 500 millones de personas cada año, respectivamente.
Y, sin embargo, aunque la gran diferencia es que unos pagan y otros no, no es un problema económico. Hay dinero de sobra para atender a estos chavales. Así que el problema tiene que ser otro. España acoge a 180.000 ucranianos que huyen de la guerra y les otorgó permiso de residencia y de trabajo de forma inmediata.
Suele ser de mala educación hacer públicas las dificultades, los problemas o las gestiones que se hacen para resolver tus propias obligaciones. Se anuncia el resultado pero no se hace público el proceso. No hace falta escupir a la cara expresiones como reparto, desbordamiento, emergencia oleada, guerra o crisis.
También tiene que ser muy pobre (cercana a la inexistencia) tu propuesta política si se basa en que es una amenaza al bienestar y a las arcas públicas la llegada y alojamiento de esos varios miles de menores de edad.
Pero hay una paradoja en este aumento de la extrema derecha en la vieja Europa. Muchos de los que se suman, aunque no identifiquen bien al enemigo, están diciendo que las cosas ya no funcionan bien. Y para frenar a la extrema derecha, lo que se pide es que se mantenga el sistema, como si funcionara.
Comentarios
1 Complicado Lun, 08/07/2024 - 15:32
2 Hipocresía Lun, 08/07/2024 - 17:09
3 Anónimo Lun, 08/07/2024 - 20:03
4 Fuera PP Mié, 10/07/2024 - 15:06
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